Amatud

Y porque no puedo ponerle menos. Siempre han sido secos y lentos pero ayer se cubrieron de gloria. Mala educación, voy a pagar y mientras estoy sacando el dinero de la cartera y diciendo que faltaba dinero y luego a mala leche me estas timando???
No me gusta criticar pero fue la gota que colmo el vaso

Uno de los primeros salones de té de Valencia, precursor de todas las panaderías cafeterías que conocemos hoy en día. La calidad no es mala, pero creo que no se han adaptado a los tiempos que corren y tiene un toque kitch, que no vintage, que no gusta demasiado. Su público es gente bastante mayor de 50. Hacen tartas por encargo y también tienen bombonería. Esto no lo he probado y tiene muy buena pinta. Pero lo dicho, si se modernizaran ganarían mucho.

Lo de este local es de manual. El local está decorado de manera muy agradable. Elegante como diría un Unilocaler amigo. Los productos están muy buenos y en consonancia no es el local más barato de la zona. Es más bien caro para estar situado en una zona no muy céntrica. Pero claro, tanto el producto como el local son buenos, y la calidad tiene un precio.
Lo conozco desde hace años. Para ser exactos desde hace 14 años. Se dice pronto, pero es un montón de tiempo, y más con los tiempos que corren. Está situado muy cerca de un parque donde solía ir cuando paseaba a mi hija, que entonces era pequeña. Cuando nos cansábamos de estar en el parque nos acercábamos para tomarnos un café, o una merienda y así reponer fuerzas. Recuerdo que dejamos de ir. No recordaba porque. Extraño.
El otro día, el día de reyes para ser exactos, quedamos con unos amigos y buscamos un sitio donde ir a tomar un café. No fue fácil, ya que al ser Reyes estaban la mayoría cerrados. Nuestros amigos sugirieron El Amatud. Así que allí que nos fuimos. Recordé la decoración, el café, que estaba estupendo, y me sorprendí al ver que además de bar, restaurante, panadería y pastelería, habían añadido un espacio para venta de fiambres gourmet. Todo un lujo. No había casi espacio en la terraza, y además como está en una calle muy transitada, hay mucho ruido ambiente. Tuvimos que renunciar al esplendido sol que hacía, y meternos dentro. En la parte del fondo, esta oscuro, pero bien ambientado.
Estuvimos hablando un buen rato, disfrutando de la compañía. Vimos que empezaban a preparar mesas para la comida. Bueno. Eran poco más de las 12:30 y el local estaba vacío, así que seguimos a lo nuestro sin preocuparnos. Al poco, todo se me iluminó. Recordé perfectamente porque dejamos de ir a este local. En eso veo que no han cambiado. El trato recibido por el personal. Como teniendo todas las variables para hacerlo bien, más que bien, se puede fallar en lo básico. El camarero nos echó, literalmente. Eran las 12:45, no había nadie en el local. Vale que tienes que preparar las mesas para la comida, pero … por favor! Tenía tiempo de sobra. Habrá gente que no le importe que la traten de manera grosera, pero hay otra que sí. A mí se me quedo una frase grabada: quien paga manda. Obviamente, a algunos del Amatud, no.
Así que pagamos nuestros 1,25 € por nuestro café y salimos, una vez más, por piernas del local. No aprendemos.
Señores del Amatud, si alguna vez leen este comentario, por favor, páguenles un cursillo de cómo tratar a los clientes. Un cliente de un café hoy, puede ser un cliente de su cafetería, panadería, su pastelería, su charcutería o su restaurante. El día 6 de enero no perdieron 4 clientes, perdieron 20.

En el restaurante, en el interior, el menú está muy bien y el servicio amable y rápido. Calidad-​precio acertado. Lo malo es que hay mucho ruido, chillamos mucho mientras comemos! La terraza no me gusta porque está tan cerca del tráfico que no es cómodo y por lo tanto, también mucho ruido. En el interior, la pastelería, un pecado! Buenísimo!

Comi un menu. Muy bueno y casero. Se nota mucho.
Pero que ruido. Se oye mucho la gente hablar.

Recomiendo el pan gran reserva, dura 2 días !!! Excelente.

Tengo muy buenos recuerdo de ente sitio porque en fallas venía aquí con mis amigos a desayunar chocolate con churros después de pasar toda la noche por ahí. Y es que es uno de los pocos sitios que están abiertos a esas horas por la zona.
También he ido un par de veces a horas normales para tomar algo por la tarde, y siempre nos han atendido genial, muy rápido siempre y los camareros siempre han sido muy amables con nosotros.
Lo único que no me gusta de esta cafetería es la terraza, que se queda al lado de una avenida bastante grande por la que pasan muchísimos coches y no es muy agradable que digamos. Se está mucho mejor dentro, más tranquilo y con más espacio.

Lo que más me llama la atención de este lugar es la diversificación de comestibles que presenta. En un mismo establecimiento hay una chocolatería, una cafetería, un restaurante y una charcutería. Según entras, a la derecha queda la barra de madera y a la izquierda hay un enorme expositor que ya te obliga a entrar babeando: miles de bombones, tabletas de todos los tipos –en serio, chocolate negro con kikos: el paraíso existe– y dulces variados forman una enorme montaña de gluten.
Más adelante hay algunas mesas cuadradas y a su izquierda una barra con comidas para llevar. Un poco más adelante, hay una especie de tabique de madera que separa un salón apartado, donde están la mayoría de las mesas, con sillas y bancos, absolutamente todo de madera y con ambiente así muy selecto. Al fondo del todo, un tercer mostrador, con jamones y quesos.
Personalmente, no puedo hablar de los precios de las consumiciones en el local –bueno sí, en la puerta anunciaban un café irlandés que costaba casi 6 €, válgame– pero, por lo que me han comentado, es bastante caro. Por eso, me llamó mucho la atención que la compra que hice, tres platos de comida para llevar, tuvieran un precio más que aceptable.
La variedad que tienen en comida preparada es muy amplia: hay carnes, pescados, verduras, arroces, pasta, ensaladas y algunos entrantes y guarniciones para acompañar los anteriores. Los precios de la raciones oscilan alrededor de los 3 €; de hecho, prácticamente valen 3’50 todas, a excepción de los entrantes que son más baratos y algunos arroces que cuestan ya 4 €. El tamaño de la ración no es que sea descomunal, pero la relación calidad-​precio es muy buena.

He ido alguna ocasión con mi madre, en algún paseo o regresando del cementerio, ya que el bus nos dejaba cerca.
Es una cafetería algo cara, aunque tiene una sección de bombones y dulces excelente. Siempre he estado dentro, pues fuera corre fresquete y además en plena Av. Giorgeta, con el tráfico…
El trato recuerdo que fue nomal, ni borde ni súper amables. Como curiosidad, las tazas donde sirven el café, las encontré en el súper y las he tenido en casa. Frikismo que padece uno.

Este Amatud en la esquina de la calle Carcagente con Giorgeta, está muy frecuentado por su ubicación privilegiada, justo enfrente de una zona de parque. No se si será este el motivo por el que su personal se permite ser especialmente seco.
Estábamos en la terraza tomando algo mientras el peque trasteaba con los platos y copas, pero controlado. El camarero no tardó ni un minuto a venir a retirar la mesa con cara de pocos amigos, me pareció un detalle muy feo, sobre todo después de pagar 3 euros por dos míseras cañas y además calientes. Por mi parta ya ha perdido clientela.
Por lo demás el local está bien, tienen un buen surtido de bollería y pastelería, además es restaurante aunque con un menú bastante limitado. Su interior está cuidado con predominio de la madera, un local agradable, en la línea del Amatud de la plaza Julio Verne, pero con más oferta comestible y menos amabilidad en el trato, con lo que todo lo demás pierde muchos puntos.

Soy cliente habitual de Amatud y ello se debe al buen trato y amabilidad de todos los camareros. Cabe destacar el buen ambiente que hay entre ellos. Por lo demás, la calidad de los productos es notable y los precios son asequibles a cualquier bolsillo.

Pocas veces he visto en el escaparate de una pasteleríà la cantidad de chocolates, bombones y pasteles de todo tipo como he visto en Amatud… Solo por eso el lugar ya llama la atención… Es cierto que nunca he comprado esos chocolates en tabletas tan grandes, que venden al peso en algunas ocasiones, pero de su pastelerías si que he probado los típicos mezcladitos que compraba el tío de mi novio cada vez que íbamos a comer a casa de sus padres, que viven en la calle Giorgeta… Variedad y presentación de 10, pero el sabor es otra historia…
Pero no te puedes quedar ahí, Amatud, no es una pastelería, es una panadería, vende pan durante todo el día. .Es una cafetería, con un café bastante bueno y una terracita modesta, por lo estrecho de la calle y algo ruidosa por su ubicación… también es un restaurante, cuya sala interior suele estar llena muchos días, sobretodo fines de semana, con un menú variado y un servicio atento, bien dispuesto y que te tratará con respeto desde un principio… pero también es una casa de comidas para llevar, pues tiene una selección variada de platos preparados, paellas y arroces que te pueden salvar un día que no te apetezca cocinar…
Amatud es esto y mucho más, un mezcladillo que intenta mantener siempre una imagen limpia y con una decoración seria y algo elegante, sin llegara a pasarse…
Pero todo este conglomerado de servicios tienen su polo negativo… dos cosas que no me gustan del todo de este lugar… Los precios, elevados en todas sus facetas, cafés, pasteles, comidas para llevar o para tomar allí. Algo más de lo debido para la zona y por la calidad, que no dejando de ser muy buena, no debería subir tanto el precio… Y la segunda cosa son las caras de los empleados, es un tema personal, pero para mí, que siempre llevan cara de amargados, como si estuvieran un poco cansados de servir a la gente y te hicieran un favor haciéndolo… No es algo que demuestren con su servicio, pues te atienden cordialmente, pero esas cosas se notan y al final sales con otra sensación.
Aun así, su oferta variada y rica, no deja de dar un poco de color a este curioso local.

…es una chocolatería…NO…es una panadería…NO…es una cafetería? NO… es un restaurante… NOOOOO…es Amatud!!!
Bueno, depende de a quien preguntes, igual alguien te dice que si a todo o a algunas preguntas, la verdad que es un sitio donde nunca he me he sentido del todo cómodo, y anda que no he intentado quitarme el prejuicio estético de encima, por comodidad (la tengo prácticamente debajo de casa).
La terraza está en la esquina de Giorgeta y Carcaixent, con todo el ruido y smog que eso conlleva, ya dentro, tienen un mezcladillo de zona gourmet, charcutería, comidas para llevar, cafetería y unas cúpulas al fondo, que son el restaurante propiamente dicho, que a mi ver, no encaja…
Y ni la calidad ni el servicio son para echar cohetes…

Amatud es una cafetería — pastelería — restaurante — charcutería, un negocio variadito, vamos.
Desde mi punto de vista lo mejor es la cafetería y los pasteles, porque la charcutería es bastante pequeña y el del restarutante sólo puedo opinar del menú semanal (el restaurante a la carta no lo he probado), del cual tengo de decir que, por la zona, es una de mis últimas opciones, no está mal, pero la calidad es bastante mejorable y el servicio en las mesas también, así que cuando estoy por allí prefiero ir a comer a otros sitios.
Sí que es un sitio recomendable para merendar, porque el café está bien y los dulces están muy ricos.

Este restaurante-​cafeteria-​pasteleria, NO ES LO QUE APARENTA DE FUERA.
Mala atención por parte de un camarero, bastante ‘chuleta’ joven, bajito y siempre
de vestido de negro.
El punto en que está situado, es lo que le salva. De la limpieza;me adyero al informe
anterior (sobre bichitos que caen desde el techo).NO LO RECOMIENDO.

Un café restaurante que ofrece infinidad de servicios, desde tomar algo, comprar dulces y chocolates en su bomboneria, comidas para llevar, pan o comer en su restaurante.
En cuanto al restaurante la carta es muy similar a vips (por ejemplo) y tambien cuenta con menu diario el precio de su restaurante es medio.
Un dia tuve una mala experiencia ya que me cayó del techo un bichito en la taza de café (me extrañó ya que el sitio es bastante limpio) y aun estoy esperando que me pidiesen disculpas, pero he ido en infinidad de ocasiones.