Quo

Bar todoterreno donde los haya. Abierto desde por la mañana a la madruga, igual puedes ir a desayunar tostadas, que a comer montaditos a mediodía, que a tomar un café después de comer, que a ver un partido de fútbol, que a tomar unas copas por la noche. Las posibilidades son casi ilimitadas.
La primera vez que fui, fue por recomendación de un amigo. Por lo visto el dueño es amigo de un amigo, o una historia parecida. Ese día estuvimos poco rato, pero el sitio me dejó buenas sensaciones. El interior pequeñito, los taburetes altos con sus mesas, las gominolas que nos pusieron con la bebida (en lugar de los clásicos frutos secos). En fin, me gustó el sitio.
Así que un tiempo después, coincidiendo con un partido de la selección española en el mundial de Sudáfrica (qué buenos recuerdos), volvimos para ver el partido. Aquello estaba que no se cabía. Si el interior es pequeño, lleno de gente, puede ser agobiante. Con todo el ambiente era espectacular. Los botellines de cerveza (a pesar de que eran más de las cinco de la tarde) pululaban a sus anchas. Literalmente, y a riesgo de caer en el tópico, había más botellines que personas. No recuerdo cómo quedó el partido, pero sé que me lo pasé muy bien.
He vuelto a ir muchas veces más. Me he sentado tanto dentro como en la terraza (que por cierto es más grande que el interior). He bebido, he comido, me he reído… Sin duda es un sitio que ofrece muchas posibilidades. Y todas ellas son buenas.