Para mi este sitio era muy querido. Tenia su encanto, el personal que lo regentaba era como de la familia, muy entrañable. Es una pena que no esté abierto, ponían una se las mejores ensaladilla. El uso que le daba era desayuno y cervecita a mediodía con alguna tapa o montadito, pero he de reconocer que con el cariño y esmero que te lo ponian valíà la pena estar allí de pie en una de esas mesas alta que tenían fuera. Con el buen tiempo se agradecía estar al calor de ese sol. Me encantaría que lo volvieran a abrir pero claro está con el mismo personal.
Pablo G.
Tu valoración: 4 Sevilla
Para mí, este es un lugar de parada técnica ideal. Insisto en que es ‘para mí’, porque a los bares, cada uno le da el uso que se corresponde con sus propias necesidades. De esta manera, según cada persona y según las circunstancias, hay bares buenísimos para desayunar, otros para la cervecita del mediodía, otros para tapear, otros para la merendola, otros para la cervecita nocturna, y otros, simplemente, para leer el periódico o hacer uso de los baños, tomándote algo como excusa –los conocidos bares-excusa-. Pues, este es, para mí, de parada técnica. Los bares de parada técnica hacen la función de los boxes en las carreras de coche. Paras, repostas y sigues la marcha. Son bares que por su ubicación, te cogen a mano para tomarte algo rápido, ya sea cafelito-despertador o cervecita-premio por el trabajo bien hecho. En cualquiera de estas dos facetas, suelo dejarme caer por aquí cada vez que voy al centro. Aparco la moto cerca y, ya sea a la llegada o a la salida, hago una asistencia técnica en La Perlita al chasis que me lleva y me trae, es decir, pongo a punto cuerpo y alma, y acto seguido, tiro ‘palante’ como los de Alicante. Está siempre bastante animado, ya que aquí paran muchos dependientes y trabajadores de los comercios y grandes almacenes cercanos. Aunque lo frecuento más a primera hora, para el primer café, también he repostado alguna vez al mediodía. De las tapas os puedo recomendar el menudo, que es la única que he probado. Muy bueno. Eso sí, con una fresca cerveza.
Patricia M.
Tu valoración: 4 Sevilla
El nombre de este pequeño bar junto a la Iglesia de la Magdalena me parece gracioso. Aquí veníamos a tomar el café alguna vez la gente del trabajo, muy de vez en cuando, porque nos pillaba un poco retirado de la oficina y porque cuando nos decidíamos era para desayunar churros. Se compran justo en frente en la churrería San Pablo. Un día nos pasó una anécdota divertida. Yo no sé qué tengo con los churros, que cuando en raras ocasiones oso a deleitarme, la vida me dice que no. Aquel día nos dividimos, porque teníamos poco tiempo, así que yo me fui a por los churros y mis compañeros al bar a por los cafés. Me atendieron muy rápido, porque acababa de salir una rueda. Así que cuando llegué al bar esta gente estaba todavía dentro. Dejé el papelón de churros en la mesa de fuera y entré para ver si necesitaban ayuda y al salirrrr, ya no estaban los churros!!! ¿Cómo te quedas? Nunca lo he probado pero dicen que la tapa de menudo está exquisita.