La Maltería

Sería cinco estrellas si no fuera tan salada la comida. En especial las berenjenas fritas. Muy buena atención, buen café y buenas tostadas con jamón y tomate

Vengo muchas veces porque me quedo en un hotel que está a 2 minutos andando y que también he reseñado.
Tengo un trato muy bueno con los camareros que ya me conocen, suelo pedir casi siempre lo mismo, de las ensaladas que tienen la que tiene pollo y pera, el pulpo braseado está espectacular, aunque yo no soy de paladar fino lo confirma la opinión de los compañeros de trabajo con los que suelo venir. En el tema de postres no entro ya que suelo terminar con una infusión poleo-​menta ya que rara vez vengo o aquí antes de las 23:30. Nota: prácticamente todas las veces que vengo está lleno.
A ver si pido diferente la próxima vez y puedo comentar.

Ubicado en la lejana Sevilla Este, nada especial, pero no en el mal sentido, para tomarse unas tapitas y sus correspondientes refrigerios está más que correcto.
Eramos seis personas y mientras ellos se ponían bien de vinito, yo me dedicaba al agua, así que ya sabéis, sitio para acompañar comida con vino a los que os guste el fruto de las vides.
Tomé un socorrido montaito de lomo, muy rico, la carne suavecita y también comí una pechuga bechamel, que no me convenció mucho. Probé unas gambas rebozadas que andaba por el plato de otra persona, y algún pico que otro mojé en el alioli de las patatas.
No se si volveré, pero no me importaría, un sitio más donde tomarse una buena tapa y algo para calmar la sed.

Hace poco estuve en La Maltería. Siempre que pasaba por allí y hacía buen tiempo veía las terrazas con mucho ambiente. Mas de una vez tenía en mente ir, pero entre unas cosas y otras no terminaba por acercarme.
Aunque en Italia éste concepto esté relacionado con el maltrato, aquí se está la mar de bien. Ése día, precisamente no había mucha gente, por lo que se podía tener una conversación sin levantar excesivamente la voz, es mas si hablabas un pelín mas alta los que estaban a tu lado escuchaban tu conversación. El nivel de ruido era bajo.
Nosotros decidimos ponernos en las mesas y taburetes altos porque teníamos la intención de probar alguna tapa. Si te sientas en las mesas mas bajas tienes una carta diferente y no creo que te pongan tapas. Aunque me pedí una cerveza, era consciente de que allí lo mas apropiado es beber vino y por supuesto comer chacina, otra cosa de la que prescindimos, no por nada, porque la verdad la chacina y embutidos que allí había entraban por los ojos, pero en la carta había mucha variedad de pescado y el camarero nos había aconsejado una brocheta de mero con langostinos.
Pero antes de pedir nada, el camarero super atento en todo momento, nos puso una tapa de papas aliñadas, todo un detalle por su parte. Haciendo caso a su recomendación, comimos la brocheta, bastante grande, aunque el mero un poco salado para mi gusto. Este plato nos costó unos 6,50 euros.

Me llevó a conocerlo un amigo, no había estado nunca y me sorprendió como lo tienen montado.
Si entras al bar, a simple vista es normal, el salón con las mesas y la barra, pero a la derecha, hay un pequeño espacio donde se despacha chacina, es curiosísimo. Es una charcutería, pero a la vez puedes tomarte las tapas del bar y las del despacho, sentado en las mesas altas que tienen en este reservado tan bonito y acogedor, no pasa el tiempo aquí sentado.
Desde fuera puedes verlo, hay dos puertas si te fijas bien, normalmente siempre tiendes a entrar por la del bar, al lado tiene otra con un cartel grande en el que se puede leer la palabra vinos, por aquí entras directamente al mostrador de chacinas y si quieres la compras y te la llevas a casa, como en una charcutería cualquiera.
¿Qué sería un bar especializado en chacinas sin poder saborear un buen vino? Es casi imposible encontrar algo así, por eso te ofrecen una extensa carta de vinos, donde puedes elegir el mejor para la situación y el menú que tengas entre los dientes.
El trato es correcto y amigable. Son chicos que hacen bien su trabajo y te atienden con gusto.
Puedes probar cualquier tapa o plato allí, carne, pescado, salmorejo, pero lo mejor, el queso en el despacho de chacinas con una merecida copa de vino y una buena compañía.