— Anda, mira la hora que es y no tenemos ni pan ni picos para comer… — Anda mamá, ¿Y ahora lo dices? (En mi casa no concebimos eso de comer sin picos) — Pues no tenemos ni panecillos ni nada. a ver que hacemos ahora. — Bueno, voy a ir al chino de ahí al lado que tiene que estar abierto. — Yo creo que no. ese chino cierra a la hora de comer. Ve mejor a la calle callao que han abierto una despensa pequeñita. — Vale. La verdad es que ese día fue la primera vez que me fijé que había una despensa aquí. Y mira que paso veces por San Jorge… pero nunca me pongo a mirar para esa acera. Con más hambre que el perro de un ciego, salí corriendo hacia la pequeña despensa«el botellín». Vaya, que sorpresa. y que avío más bueno me va a hacer hoy. Compré dos bolsitas de picos y una barra de pan. Y un paquete de patatas para el camino, que mi estómago me iba a comer a mí misma.
Álvaro B.
Tu valoración: 4 Sevilla
Todo lo que puedas necesitar a dos pasos del Altozano, así es la despensa El Botellín, que lo mismo está para un roto que para un descosido en lo que a comestibles se refiere. Que necesitas pan, tienen pan; que quieres una litrona, una litrona; que quieres galletas; también. Lo dicho, de todo. Además la señora que lo regente te atiende que un cercanía especial, te hace sentir como en casa y te aconseja incluso si le comentas que no sabes que preparar para almorzar, desprendiendo un optimismo que es de agradecer en ese tipo de comercios. Una peculiaridad del sitio, es que cuenta con una mini-terraza en la que puedes tomarte litros de cerveza o conservas adquiridas en el local, sobre las dos de la tarde, el sol da sobre su fachada y son muchos los trabajadores que toman un respiro sobre sus taburetes altos y sus valadores. Abierto hasta las 10, es un enorme recurso de última hora para comprar lo que necesites en tu cocina. Y ahora que me acuerdo, voy a bajar a por un paquetito de arroz que tengo la despensa vacía.