Dulcería Manu Jara

Es, sin duda, una de las pastelerías más innovadoras de Sevilla. Ocupando un local de un negocio tradicional de la calle Pureza elaboran unos pasteles exquisitos, utilizando para ello materia prima de gran calidad. La imaginación del gran pastelero se aprecia a lo largo de todas las vitrinas.

Voy a hacer una reseña escueta, directa e inequívoca. Si vais a Pureza, si vais al local de Manu Jara, estareis en la mejor pastelería (dulceria suena una jarta de cursi) de Sevilla. Por algo ha sido encuadrada entre las 10 mejores pastelerías de España. Queda dicho, otro aliciente más de mi Triana. IMPRESIONANTE, no dejen de pasarse por este dulce templo.

Un sitio mágico de esos que hay que conocer.
Cuando entras no sabes donde mirar. La decoración, los pasteles, su disposición…todo genial.
Lo único malo es que, al ser tan pequeño, todavía no he conseguido disfrutar allí del pastel y siempre me lo he tenido que llevar a casa.
Algún día lo conseguiré!

Yo de lo único que me arrepiento y a la vez me alegra, es de haber conocido este sitio tan tarde. Lo descubrí por casualidad mientras hacía un tour turístico por Triana, y creo que debería salir en todas las guías de la ciudad.
No conozco a Manu Jara, pero por lo que pude ver allí y luego probar (un poquito) es un artista. Un señor que se formó en Francia, con los mejores pasteleros, que ha servido a los mejores hoteles de Madrid, y que según dice su leyenda, dejó su pastelería en Madrid porque ya no hacía lo que le hacía feliz, empezó a hablar tanto de pastelería que dejó de hacer pasteles, así que se volvió a Sevilla (a Triana para ser exactos) para ser un poquito más feliz.
Adaptó su tienda a los precios de la zona y mantuvo la calidad de sus pasteles y dulces. Yo vi algo de lo que hace y probé los cruasanes y los roscos de azúcar y hacía tiempo que no me comía un cruasán tan rico, mucho, mucho tiempo.
Como digo, una lástima haberlo conocido tan tarde y que esté tan lejos de mi casa, aunque pensándolo bien, mejor disfrutarlo de vez en cuando, que si no, me harían el carnet vip, ahí y en endocrino.

We walked from the Cathedral and it took us 20 minutes. This is a nice homey restaurant. Sangria was fantastic though I had to request the waiter to add less sugar. We absolutely loved the Chacina, Bacalao and Berenjenes tapas. We don’t know any Spanish but the waiter communicated effectively enough with us. Recommend.

Adoro con locura la Dulcería Manu Jara, sus creaciones son obras de arte y lo que más nos interesa…¡Están buenísimos! Desde el primer momento que entras al pequeño local de la calle Pureza número 5, te das cuenta al instante que todo lo que vas a encontrarte está hecho con mimo, dedicación y con el más mínimo detalle.
Conocí la Dulcería Manu Jara gracias a un evento de Unilocal,y…¿os cuento un truco? Puedes pedir que te lo pongan para llevar y así acabar en el Café de la Prensa que está a pocos metros. No hay ningún problema y puedes estar sentado o en la terraza, pedir algo para beber y disfrutar sin agobios de las vistas que ofrece la calle Betis en el barrio de Triana ¡No te lo puedes perder!
Como ya he dicho, cuidan mucho los detalles y puedes encontrarte dulces, como pasteles e incluso algo más cotidiano pero lo que NO vas a encontrarte es con bollería industrial. Es una pena que el establecimiento no sea más grande, creo que ganaría aún más pero también pienso que podría llegar a agobiar si hubiera tanta gente. Posiblemente la estética y lo que ofrecen cada día, esté más dirigido a algo más tranquilo y directo. Así el cliente puede elegir sin agobios y disfrutar posteriormente.
Siempre que tengo un tiempo o estoy por la zona, intento probar diferentes tipos de pasteles y probar todos «algún día». Recomiendo bastante la palmera con chocolate, pestiños cuando sea la época o cualquier pastelito de chocolate ¡Son mis preferidos! Una curiosa creación artística es la que puedes encontrarte con el chocoburguer, incluso viene con caja e información impresa para los alérgicos a algún producto que lleve. Aunque… sinceramente, por mucho que recomiende, cada persona tendrá sus gustos y dependerá bastante de lo que entre por los ojos a cada uno. Para mí es una de las mejores tiendas de pastelería que hay actualmente en Sevilla.
Una recomendación antes de entrar: Visualmente quieres todos, pero desde el principio sabes que tu cuerpo no va a permitirte ese lujo.

Entrar en la Dulcería Manu Jara es un auténtico placer, tanto por cómo está decorada, con vitrinas de madera y cristal, y la utilización del hierro que le da al local un estilo de antaño, por la excelente disposición y presentación de todos sus dulces, como por, sobre todo, el exquisito aroma a bollería que se respira en el local, al cual es imposible que te resistas.
En las numerosas ocasiones en las que he estado he probado tanto los dulces como la bollería y sin lugar a dudas me decanto por esta última, que para mí es una de las mejores de la ciudad. En el caso de los dulces, aunque lucen de manera excepcional, en el sabor o textura no han terminado de convencerme los que he probado. En cuanto a la bollería es difícil destacar una sobre las demás, todo lo que he probado estaba riquísimo. Dejaros aconsejar por la dependienta.

Tras leerme las diecinueve reseñas anteriores (ya sabéis que me gusta leerme lo que escribís), me pongo manos a la obra con la mía.
Poco se puede añadir a todo lo el resto de compañeros ha escrito. No obstante, daré mi opinión personal. Nada más entrar parece que has vuelto al comienzo del siglo XX, como en la serie televisiva «El Ministerio del Tiempo». La decoración es simplemente maravillosa, si además, le unimos el aspecto de los pasteles, el aroma y el sabor de los mismos, es un auténtico disfrute de los sentidos.
He comprado en varias ocasiones pasteles para llevarlos a casa y tomarlos en el postre. Aunque tiene una variedad enorme, siempre acabo decantándome por los que tienen hojaldre. Son unos expertos en este tipo de masa, los cruasanes son mis favoritos. El hecho de usar mantequilla de Normandía, lo dice todo. La materia prima es de primerísima calidad y la elaboración es completamente artesanal.
No sabía lo del acuerdo con el Café de la Prensa, a partir de ahora muchas meriendas van a ser un combo calle Betis+cortado+hojaldre de manzana, por ejemplo. Sí me consta que en Pura Tasca y la Cayejera, los postres son de aquí.
El precio es otra de las agradables sorpresas que te encontrarás en Manu Jara, no es que los productos sean baratos, pero no son nada caros, sobre todo si tienes en cuenta el tipo de pasteles que te estás comiendo.
Como única pega, debo decir que las veces que he ido, la persona que me ha atendido estaba siempre un poco «revolucionada». Eso es algo que me pone muy nervioso. Es cierto que el nivel de explicaciones es fantástico, pero la velocidad de las mismas me descuadra un poco. Pero vamos, no voy a dejar de ir por este motivo, ni muchísimo menos.
Buon Appetito.

Una de las mejores pastelerías/​obradores/​cafeterías en los que he estado. Probé sus productos en un evento Unilocal en el Café de la prensa (cercano al local) y pensé que tenía que volver. Y así lo hice.
No es una de las cafeterías al uso. Pequeña y con todos los detalles muy remarcados, tiene la zona principal para un mostrador de los pasteles y delicatessen que crean. En el pequeño espacio que sobra hay dos mesas altas y un par de ellas bajas en las que puedes disfrutar de tu comanda.
Aunque sea especial para los pasteles, debo decir que todo lo que sale de Manu Jara es un ‘pecado divino’. Se nota que no es bollería industrial, incluso sin serlo, tiene un toque que no tienen otros establecimientos que también hacen pastelería diaria.
Disfruté de una palmera de dulce de leche que era mano de santo. Aunque como no, no pueden faltar pasteles con chocolate.
Volveré otra vez cuando el calor se haya ido, únicamente para disfrutar de la zona de Triana mientras tomas una buena merienda.

Me encanta la bollería de este sitio, el pain au chocolat es excepcional igual que los croissants y todo lo demás.
Tengo pendiente probar el pan.

Delicious, beautiful pastries.

Tengo que empezar diciendo que yo no soy muy dulcera, suelo preferir un bocadillo a un pastel pero… aún así, ¡esta pastelería me gustó bastante! Es tradicional pero moderna, creativa y con una gran variedad de dulces.
Merece la pena visitar este lugar, aunque sea por ver y observar lo que tienen. desde hamburguesas de chocolate, hasta tartas sandwich, o latas de tarta de queso…
Yo pude probar la mini ensaimada con pasas y la choco burguer, ambas muy ricas, la primera me gustó más porque la masa me pareció tan esponjosa y tierna que me chifló. La segunda me resultó más pesada pero lo cierto es que merece la pena que se pruebe entre otras cosas por probar algo diferente… La chocoburguer estaba compuesta por un pan brioche, tranchete de naranja y mango y un «filete» de nocilla. Como veis muy rico pero como se describe, muy consistente. Y aunque su tamaño no es muy grande, aún así para mi fue demasiado.
Eso sí, si algún día tengo antojo de dulce, sería un sitio que volvería a visitar sin duda.
Por otro lado y hablando del precio (cuestión que sé que a muchos les interesa) Me pareció que estaba bastante bien. O mejor dicho… normal. A pesar de tener unos pasteles muy elaborados para nada me resultó caro. La chocoburguer creo recordar que eran unos dos euros y la ensaimada uno y algo. No lo ví para nada caro y menos teniendo en cuenta que son pasteles artesanales y no de supermercado…
Como punto a favor decir que tienen acuerdos con varias cafeterías de la zona para que puedas llevar sus pasteles y comerlos allí (consumiendo la bebida en el local) un ejemplo, es el café prensa.

Entrar en esta pequeña dulcería es un peligro. Nada más abrir la puerta, te da una bocanada de aroma a deliciosos pasteles, y es difícil salir sin comprar uno… o dos ;)
Se encuentra en un local encantador, que conserva los azulejos de sus negocios pasados lo que, junto con el olor, te transporta a un ambiente mágico ^^.
Pero hablemos de los pasteles. Sin duda su producto estrella es la chocoburger, una hamburguesita con pan de brioche, nocilla haciendo el papel de la carne y, en lugar del queso, una lámina de mango naranja. Absolutamente deliciosa, y nada empalagosa. Del resto de dulces, bollos y pasteles, solo he probado el tiramisú (porque si en un sitio hay tiramisú, mi religión me impide irme sin probarlo), y lo cierto es que no me resultó especialmente bueno. Demasiado bizcocho y poca crema, por lo que es un poco pesado.
Además, hacen unas chocolatinas con mensaje grabado, una gran idea para regalar en ocasiones especiales :)
Aunque el local es muy pequeño y no hay espacio para sentarse a disfrutar de estos dulces, tiene un acuerdo con la cafetería contigua, Café de la Prensa, para poder ir allí a comer los dulces acompañados de un rico café… pero de eso hablaremos en otra reseña ;)

Cuando lei que existíà la chocoburger no me lo pensé dos veces, ¡Eso tengo que probarlo! Yo, amante de los pasteles y tartas, tenía que descubrir ese curioso manjar.
Llegamos un poco tarde al evento y cuando aparecimos por la dulcería y me dijeron que los Unilocalers que habían llegado antes habían agotado las chocoburguers dije, voy a matar a alguien, menos mal que nos dijeron que en pocos minutos saldrían unas cuantas más y podríamos probarla.
El mostrador estaba lleno de preciosidades azucaradas que me llamaban a gritos pero me mantuve fuerte porque sabía que la chocoburger merecíà la pena esperar, y así fue. Mmmm, que buenisima estaba esa combinación de ingredientes, me hubiera comido 20 más, y aunque no era tan cara como llegué a imaginar me contuve.
Por supuesto estoy deseando repetir, y seguro que volverá a caer la chocoburger, que hasta la caja es monísima, pero además probaré otros pasteles.

Dulces a sólo pocos pasos del romántico puente de Triana. Ir con los chicos de Unilocal fue toda una experiencia! La pastelería está genial, los dulces son exquisitos y a un precio justo. Las encargadas son atentas y muy amables. Fui con unas amigas y probamos las chocohamburguesas, el mouse, el éclair que estaba delicioso! Y el ferrer. Todo de maravilla, definitvamente hay que volver. Manu Jara y los chicos de Unilocal se ganan mi corazón.

Me gusta mucho lo que he podido conocer hasta ahora de la Dulcería de Manu Jara. Enclavada en una de las calles más míticas no sólo ya de Triana, sino de toda Sevilla, esta pequeña y coqueta tienda/​obrador ofrece a sus visitantes un repertorio de dulces y pasteles artesanos que harán las delicias de todo el mundo, incluso a los que somos más de lo salado y el dulce lo dejamos, como aquí, para ocasiones especiales.
Como no soy de pasteles, mi recomendación directa va a la Chocoburguer: una delicia de masa brioche, filete de nocilla y tranchete de mango naranja. Sin embargo, hay muchísimas cosas más que harán que a muchos se les haga la boca agua de pensarlo. Seguro que si se acercan y echan un ojo, encuentran un pastel que les encante.
Destaca especialmente el local donde han ido a abrir la tienda. Por lo visto era un clásico de Triana, donde las señoras más mayores del lugar ya venían de pequeñas a comprar cosas y, posteriormente, fue una tienda de muebles. Han respetado la solería, los azulejos y los muebles antiguos, dándole un aspecto precioso al local, con una gran vitrina refrigerada y un escaparate muy llamativo de cara a la calle.
Tienen un acuerdo con el Café de la Prensa, justo al lado, para tomar allí los pasteles con el café que sirven, por lo que es una opción muy interesante para echar una tarde por la zona con vistas al Guadalquivir.

Pese a gustarme más lo salado que lo dulce, hay que admitir que esta dulcería se ha lucido. No tiene los típicos dulces, así que nada más entrar, se te van los ojos sin poder evitarlo. Tiene todo una pinta estupenda. Probé la chocoburguer, y la recomiendo, esta buenísima.

Qué mejor que un evento Unilocal para probar por primera vez los postres de Manu Jara. Yo he de decir que defenderé con mi honor y paladar la chocoburguer y no exagero, fue un flechazo al primer muerdo.
Pude probar algún postrecito más y me quedé con ganas de palmera y croissant, pero me encantó lo que picoteé. No es barato, pero tampoco caro y merece la pena.
Si estás por el mercado de Triana y hay ganas de dulces, ni te lo pienses.

Dulcería (o confitería como más bien suelo definir este concepto de pasteles y dulces) muy curiosa a mi gusto y con muchos productos apetecibles y recomendables.
Para mí que soy un poco «pejiguera» (delicadete) con las cosas de comer, intenté buscar algo que me convenciera y que además fuera bonito tanto en la imagen como en la mezcla de sabores, y tras pedir sugerencia por mi parte, y ver varios dulces, encontré el perfecto (no tengo el nombre ahora), pero era una mezcla de chocolate con vainilla y además con dos detalles de chocolate encima (rosa y un pétalo, en este enlace podéis verlo
–Subida por Claudia P.-)
Con este pastelito se ha ganado mi recomendación personal por si pasáis por Triana y queréis llevarlo a vuestra casa en un cómodo paquete similar al happy meal de Mcdonalds o en el propio establecimiento.

Muy interesante esta pastelería que ha abierto en el corazón de Triana. Tuve la oportunidad de ir la semana pasada y lo hacía por recomendación de un amigo y tras leer los comentarios por aquí, y la verdad es que no me decepcionó.
El local es muy original. O… más que eso, diría que está bien decorado aprovechando elementos antiguos (creo haber oído que el establecimiento era una abacería clásica del barrio) y dándole un toque de confitería de los años cincuenta. El producto es bueno y bonito. Barato quizás no tanto, aunque sin duda la calidad y el sabor compensan el precio. También es verdad que hay cosas muy originales que no he visto en otras confiterías, así que puedes probar creaciones dulces que difícilmente vas a ver en otros sitios.
Me parecieron especialmente ricas las porciones de tartas con el chocolate como protagonista, y tenían una pinta increíble una especie de muses cremosos que tendré que probar la próxima vez. La bollería también era muy interesante, con unas piezas de hojaldre buenísimas y una torta de aceite con aroma de naranja que estaba de miedo.
La atención, estupenda. Nos dieron algunas cosas a probar y nos explicaron estupendamente en qué consistía todo. Por cierto, que además de llevarte a casa los pasteles, tienes la opción de consumir allí en una pequeña barra a la derecha. Genial si estás de paso por la calle Pureza y aterrizas en esta dulcería. No te la pierdas.

Es una dulcería sensacional. Manu Jara es un auténtico especialista en todo tipo de dulces desde los más tradicionales a los más modernos. Es difícil decantarse por solo un dulce aunque destaca su hamburguesa, muy golosa.
Puedes pedir para llevar o tomar tus dulces directamente en el local en una pequeña barra. Además realiza por encargo todo tipo de tartas.
Destaca también la amabilidad del personal que ‘dulcemente’ te aconsejan y contestan a todas tus dudas. Una dulcería que a buen seguro se hará un nombre entre las pastelerías más míticas de Triana.

Me habían hablado de este sitio muy bien y lo que más me llamó la atención fue el término «dulcería». Cuando escuchas un término así te imaginas cascadas de chocolate por todos lados, ¿no?
Bueno, fuera de todo tipo de espectativas y fantasías dulces, la Dulcería de Manu Jara es una pastelería al uso, con un mostrador alargado lleno de tentaciones. Es curioso en cuanto a decoración, porque respeta la disposición y elementos antiguos, dándole un toque vintage y diferente a la pastelería.
Las chicas son superamables y te explican todo lo que necesites sobre los productos que tienen. Pude probar la hamburguesita y también el dulce de ferrero rocher, dos piezas perfectas para endulzar meriendas.
Fuimos un domingo por la tarde y ya no le quedaba mucho variedad, así que tengo pendiente volver para probar otro tipo de productos de este sitio.