Cruz y Ortiz

Todo aquel medianamente puesto en algo relacionado con la arquitectura ha escuchado ha hablar de Cruz y Ortiz, referentes mundiales de la arquitectura en las últimas décadas aunque llevan trabajando desde los años 70 del pasado siglo XX. Abrieron en Sevilla su primer estudio, hoy día tienen otro en Amsterdam. Ambos han sido profesores en universidades como la de Harvard y reunen un enorme numero de premios y menciones en diferentes concursos de arquitectura de prestigioso peso internacional. Puede considerarse uno de las mejores firmas de nuestro país.
Mi admiración por Cruz y Ortiz surgió la primera vez que me bajé del tren en la estación de Santa Justa, me impresionó tanto la eficiencia, iluminación y armonía del espacio que me surgió la pregunta: ¿Quien habrá hecho esto? Al poco tiempo me topé con que era el estudio de Cruz y Ortiz quien había creado el proyecto, comencé a interesarme por sus creaciones y a ver la practica totalidad de su obra arquitectónica, decir que también son especialistas en el diseño de interiores y el paisajismo.
Pasaron unos años hasta que un día hablando con un primo mio arquitecto, que será mucho mejor arquitecto que Cruz y Ortiz juntos, todo sea dicho, no por ser familia sino porque es cierto. El, que es muy crítico y sabe de lo que habla porque conoce mas proyectos que el común de los arquitectos de su edad. Un día en una agitada conversación sobre la ética que ha de regir la arquitectura contemporánea (tema en el que solemos estar de acuerdo, nos va lo sencillo). Me puso como ejemplo a estos dos Sevillanos ilustres, me enseñó la estación de alta velocidad de Basilea en Suiza y realmente según iba progresando la conversación mas flipábamos. La opinión de un historiador del arte (o sea yo) que en aquellos tiempos pensaba que lo conceptual era lo único bueno y que la arquitectura comercial actual caminaba por sobrepasados y ostentosos caminos, empezó a relacionarse con la de un Técnico, un verdadero y genial arquitecto que es él, lo que pasa es que no le dejan trabajar. Aprendimos mucho juntos, a tratar la arquitectura desde dos puntos de vista que se nutren el uno al otro en aquel año que vivimos juntos.
Considero una enorme suerte la posibilidad de tener este estudio en la ciudad, si eres multimillonario puedes contratar sus servicios. A los demás nos queda el contemplar y reflexionar acerca de como van repartiendo por el mundo su coherente y hermoso saber hacer en el arte de crear espacios.