Creo que este sitio necesita un comentario actualizado urgentemente porque mucho han cambiado las cosas en los últimos tiempos. Parto de la base de que yo nunca he estado de día, así que solo hablaré de las noches de los Corralones, que es por lo que este sitio se hizo referencia en el ambiente sevillano alternativo. Los Corralones se convirtió en el reducto de libertad cuando la Alameda empezó a tener problemas con la policía, que procuraba que a cierta hora estuviera ya desierta. Ya de siempre había sido un lugar alternativo por excelencia: un corral de vecinos compuesto por talleres de día y bares y salas de concierto de noche en los garajes. Te podías ir allí a echar la noche cambiando de garito, escuchando un cocierto rock un rato en uno, luego un poco de reggea en otro, etc… Arriba estaba la terraza donde ponían cubatas y botellines tirados de precio, ideal para el verano. Hasta un futbolín gratis había. Y, por supuesto, libertad absoluta para que cada uno consumiese lo que quisiera en la tenuidad del corral. Precios bajos, variedad musical y mucha mucha libertad. Eso eran los Corralones. Cuando la Alameda comenzó a decaer la voz corrió y los Corralones se masificaron. Y la policía no tardó en actuar. Yo viví aquellas noches en que la policía entraba a arrasar con todo y con todos con mogollón de coches y furgonas blindadas como si aquello fuese la revuelta de Tiananmén. Exagerado. Al final lo consiguieron, consiguieron arrebatarnos otro lugar donde disfrutar a nuestra bola, donde no hacíamos daño a nadie ya que era un corral sin viviendas, con unas inmensas fachadas como barrera de ruido y un largo pasillo de separación hacia la calle desde donde no se podía ver nada del interior. Ahora los Corralones ya no son los Corralones, son un patio donde hay un par de bares con veladores. Ya no hay alma ni vida, por donde pasan algunos solo dejan tierra seca.
Julio L.
Tu valoración: 4 Sevilla
Es un sitio miy peculiar que reúné talleres de artesanos, bares y un patio que reúné en verano a mucha gente tomando algo. Cambia totalmente de noche y de día, pero siempre tiene un punto canalla, diferente y underground que hace que te sientas en un lugar que se rige por sus propias normas y está al margen de todo lo demás. Este corral popular de artesanos tiene diferentes talleres que por la mañana están en funcionamiento y puedes encontrar un poco de todo y por la noche se transforma para acoger un público un tanto canalla. Hay bares con programación cultural, como cine o conciertos y también es un lugar en el que a veces se puede disfrutar de flamenco. Hay una terraza espectacular con vistas al Palacio de Dueñas. Lo peor que tiene es que nunca se sabe muy bien cómo va a estar porque a veces la policía lo desaloja y se acaban las noches del corral por un tiempo.
Óscar H.
Tu valoración: 5 Madrid
El Corral de Artesanos tiene un algo que hace que siempre que paso por Castelar me pare un poco a chismosear que hace el imaginero, que hacen las niñas del baile, los ceramistas. Es un edificio enorme lleno de pequeños talleres donde la gente trabaja, crea, comparte y vive.
IÑIGO j.
Tu valoración: 4 Sevilla
Yo soy una persona de memoria olfativa, igual ya os habéis dado cuenta. Por eso, entre otras cosas, mi limitado cerebro guarda un gran recuerdo de Los Corralones. Siempre que paso por allí el embriagante olor a madera del taller del carpintero me produce una orgía de sensaciones. Una estrecha entrada, cuidado si metes el coche, te lleva a un patio que sirve para distribuir la multitud de locales que sirven de espacio de producción para diferentes actividades. Conciertos, comidas y otros entretenidos espectáculos tienen cabida en éste histórico espacio. El padre de un amigo tiene aún un taller de tapicero en estos corrales que todavía albergan a auténticos artesanos junto con talleres un poco mas«modernos» dedicados a la música o a la danza. Durante un largo tiempo estuvimos recogiendo las cestas de verduras y frutas ecológicas que repartía un estudio de simpáticos arquitectos que también tienen su sede en tan señalado lugar
Lucía V.
Tu valoración: 5 Sevilla
La fama actual de los corralones de la calle Castellar viene de las fiestas flamencas y del aire de lumpen y bohemia que ha heredado de tiempos antiguos. Para mí, como para él y mucha otra gente, se trata de un lugar especial, y no sólo por la fiesta. Aquí pervive una forma de existencia y organización del trabajo en vías de extinción. No sólo puedes encontrar talleres de baile y bares, además continúan, luchando un poco contra los nuevos tiempos o adaptándose a ellos, artesanos imagineros, plateros y orfebres, junto a artistas plásticos e inmigrantes africanos que han abierto pequeños ambigús para sus asociaciones, aunque otros oficios como los herreros han desapecido por la edad de los últimos ocupantes de los talleres o el desgaste ante la presión de los intereses inmobiliarios en la zona. El corralón tiene una protección especial en el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla, para impedir que se construya sobre una forma de arquitectura y urbanismo de la que quedan pocos ejemplos, pero tanto la administración como el propietario han olvidado repetidamente este hecho y los artesanos y artesanas han tenido que dar batalla para no ser expulsados. Ahora la situación es más estable y el propietario ha encontrado la solución intermedia de alquilar el espacio al aire libre como aparcamiento y los pequeños talleres a artistas que están empezando. Alguien decía hablando de la calle Feria que esta calle es la nueva Alameda, porque conserva el sabor popular que aquella está perdiendo al convertirse en un lugar de moda. Yo creo que la calle Castellar y el eje de San Luis-Pumarejo, conservan aún más la composición social que hubo en la zona a lo largo del último siglo y me alegra ver que la apertura y el conocimiento de los corralones por más gente no esté llevando al encarecimiento del sitio o la desaparición de esas formas de vida. Espero que tampoco suceda en los próximos años. Así que, por favor, si vas por allí, hazlo desde el respeto y la curiosidad, no entres como elefante en cacharrería, ten en cuenta que estos son espacios de resistencia especulación. De la Fábrica de Sombreros cercana y abandonada(y ahora del mismo propietario que el corralón), que también fue el centro social okupado más molón de los que ha habido en Sevilla, aunque tuvo un sólo e intenso año de vida, también podría contaros más cosas. pero éste no es el os interesa el tema y queréis saber más os dejo este enlace sobre un libro escrito y editado por los colectivos sociales de la zona, sobre su evolución en los últimos veinte años En otros comentarios os iré detallando algunos de los talleres y servicios que podéis encontrar actualmente dentro del corralón.
MIRIAN R.
Tu valoración: 5 Sevilla
Nunca pensé que el flamenco me pudiera llegar a transmitir tanto. El Corral de los artesanos hay que escribirlo con Mayúsculas. No he estado nunca en otro sitio de Sevilla en el que se pueda disfrutar de esa manera el cante hondo en directo, ¡tan mágico! Frecuentado por guiris, que yo no sé como hacen pero conocen sitios que ni los mismos sevillanos han escuchado hablar jamás, es el padre de la conocida Carbonería, aunque este corral se haya inaugurado con ese fin, mucho después. Digo esto porque el espectáculo de los jueves por la noche a la luz de la luna son del estilo de la Carbonería, pero sin el concepto de” tablao” que conocemos. La actuación a las 11 de la noche, es solo el primer plato de lo que te espera después, pues nada tiene que envidiar las jamsession de flamenco que te dejan con la boca abierta y en las que todo el que entienda puede participar. A mí, me enamoró, y eso que el edificio se cae a cachos y puede dar hasta mal rollo. Si subes las escaleras sigue la fiesta todavía más íntima, la gente canta alrededor de una candela, que es la única luz que hay allí, vamos más íntimo imposible. Las vistas de esta terraza también son estupendas, dan a la Plaza de la Encarnación. Durante el día, los corrales son locales con todo tipo de talleres de artesanía: guitarra, baile, fotografía, diseño gráfico, jardinería,… Recomiendo la visita pero con un par de amigos o con la pareja, no mas. La entrada además es gratuita.
Paco P.
Tu valoración: 4 Sevilla
Los corralones son uno de los sitios más punteros, especiales y diferentes dentro de la oferta de ocio nocturno y cultural en el centro de Sevilla. Situado en antiguos talleres de artesanos, en dependencias que pertenecieron al palacio de las dueñas, colindante por la parte trasera de este espació ecléctico desde el cual se ven los inmensos arboles que tiene la «Duquesa de Harvard». El interés reside en las reuniones flamencas que se realizan por las noches. Es uno, si no el mejor, sitio para escuchar flamenco en vivo en Sevilla en este momento, flamenco del de verdad. Por la zona en la que se encuentra, tradicionalmente ha sido muy combativa, resistente y obrera, en años pasados se disponían fábricas(como la fábrica de sombreros, aledaña a los corralones, hoy abandonada) y numerosos talleres de trabajadores que a día de hoy aguantan de forma simbólica en los locales que se alquilan en los corralones por unos 250 euros al mes. Si eres observador/a verás por el barrio algunos sorprendente solares, los culaes van desapareciendo por el ansia constructora de los últimos años. Esos solares son los restos de derribos realizados durante la guerra civil puesto que en esta zona hubo amotinamientos de resistencia republicana. Toda esta mezcla de factores convierten este lugar en un sitio encantador y lleno de autenticidad que por mucho tiempo ha sido olvidada. Por el alto número de guiris que pasa por Sevilla y por ser la era de las supermegacomunicaciones, puedes encontrarte con algunos grupos, sobre todo erasmus llamados al descubrimiento del verdadero flamenco, templado e hiriente como un cuchillo desgarrador que parte con su látigo el silencio de la noche clara.