Casa Paco

Perfecto, exquisito, de los mejores rincones de la ciudad. Tapas perfectas, buen vino y muy buena atención. Simplemente perfecto.

Bar muy escondido en la zona de Nervión pero que cuenta con una legión de seguidores, entre los cuales, me incluyo.
Dos partes diferenciadas, la barra y el salón que posee enfrente. En la primera pare pueda comer a base de tapas mientras que en el salón es a base de raciones. Tiene también veladores en la calle.
Siempre está atestado de gente, lo que no impide que el servicio sea rápido y correcto.
En cuanto a la restauración, cocina basada en buen producto sin olvidar clásicos como chacinas y mariscos. Es un MUST el Pulpo a la parrilla, que es una de las tapas estrellas y más demandadas. Otro punto fuerte es cuando carta de vinos y licores a cual mejor.
Para mí, una visita siempre obligada a este magnífico templo gastronómico.
¡Y eso es todo amigos!

Casa Paco para mí es toda una institución. De esos sitios a los solías ir desde pequeña con tus padres y que años A muestras a tus amigos y algún que otro noviete con orgullo y satisfacción.
Mis primeros recuerdos son de esas noches en las que el calor se dejaba notar, noches sentadas en su terracita, porque si, creerme, antaño en Casa Paco había una pequeña terraza en la que sentarse las noches de verano, de brisa agradable, y en las que tomar un baño de sol los días de invierno, durante el almuerzo… Era perfecto, terraza, horario libre… Pero supongo que los vecinos de la zona no lo verían así… Con todo y con esto, y pese a que el local es bastante pequeño, siempre, y digo SIEMPRE, se llena, pero lleno nivel pasas a las 7 de la tarde y está ya hasta la bola. Y es que no es para menos, merece la pena y mucho, y aunque con los años se han ido sacando de la carta muchas de mis tapas favoritas para dar paso a otras nuevas, cada una de ellas es una alegría para el paladar y el estómago.
Además tienen una increíble bodega de vinos, champagnes, whiskies, rones, ginebras… Y postres muy ricos y auténticamente caseros.
Básicos: taleguillas, champiñones rellenos, pastel de berenjenas, buey bearnesa, pollo en salsa de almendras, cordón bleu…
* Pregunta siempre por lo que tienen fuera de carta

Para empezar, comentar que Casa Paco tiene la opción de tomarte unas tapitas en barra o en mesitas altas, y la opción de restaurante. Ambas opciones no están en el mismo local, sino un local en frente del otro.
Después de haber ido varias veces al de tapitas, muy muy buenas y una relación calidad — precio magníficas, esta vez teníamos celebración familiar y nos decantamos por ir al restaurante, mucho más tranquilos.
Tengo que avisaros que los dos locales se llenan muy rápido. Es interesante llamar para reservar en el restaurante (llamamos de camino y no hubo problema) o ir pronto para las tapitas.
Llegamos cuando el restaurante estaba muy tranquilo, pero el camarero estaba totalmente revolucionado. MAL. Empezábamos mal. El sitio es pequeño, pero podría haber como unas… ⁸⁄₉ mesitas, la mayoría rectangulares, amplias para 4 personas (punto a favor). No me gusta nada los sitios que te intentan vender cosas quieras o no, y el hecho de encontrarme una botella de vino encima de la mesa, no me gusta en absoluto. Creo totalmente en que la profesionalidad de los camareros que tienes que tener te vendan el vino alegremente…
En fin! El local no es nada espectacular, ni pretencioso, ni elegante, ni nada. Es un local bastante normalito, además se escucha la cocina ;(Eso sí, está lleno de estanterías con botellas de vino, licores, y bebidas que te hacen pensar que el copazo allí, te lo tomas de categoría.
La carta es magnífica, ya podéis ver las fotos. Hice fotos a toda la carta porque me encanta saber qué me espera cuando voy a un sitio. Mil opciones disponibles, a mi parecer a un precio muy bueno. Además, con varias cositas fuera de carta muy interesantes.
Otro fallo. Soy la única de la familia que prefiere vino blanco a tinto, y cuando pido opciones de vino blanco por copa, solo me ofrece «un rueda», cosa que no entiendo cuando en el bar tienen varias referencias para tomar así. Me gusta elegir el vino y no conformarme con la única opción que tienen, llamadme especialita! También hay que decir que el vino no era ninguna locura…
La comida fue MAGNÍFICA. Pedimos varias cositas, todo para compartir al centro, que el camarero se encargó de traer poco a poco. Punto positivo. Todo lo que comimos lo tenéis en fotos y tengo que decir que el pulpo fue sin duda lo mejor que pedimos… no os lo perdáis por nada del mundo, por Dios!
Tengo que hacer una mención especial al servicio del restaurante. Lo siento mucho… Que pena más grande. Me dedico al mundo de los servicios y no puedo más que animar a los propietarios a tomar medidas… el camarero que nos sirvió literalmente nos gritaba. Todo el mundo se podía enterar de sus conversaciones fácilmente. Hablaba de la carta con un desprecio alucinante «pidete cualquier carne, lo que tu quieras. ésta misma!» Hola? Yo solo hacía imaginarme a lo que un buen profesional podría haber hecho en ese sitio. Buen producto, buenos vinos, clientes dispuestos a pagar por una buena comida… Que pena…
Le doy 5 estrellas a la comida, y 1 estrella al servicio. Total 4 porque creo que merece la pena…

Dilicious food, friendly service, reasonanble price. Highly recommend this restaurants. It is hidden gem. Thanks to Unilocal

Buenas tapas y mejor atención, innovación y cocina cuidada. Salmorejo y anchoas de escándalo, demás del cordón bleu

¿Vale la pena ir a comer a Casa Paco? La respuesta es si. La verdad deciros que uno sale de alli encantado y diciendote a ti mismo que bien hemos comido. Las tapas muy buenas y bien elaboradas acompañado por un buen servicio por parte del personal. El local no es nada del otro mundo, se le podria considerar un bar normal de barrio. Calidad-​Precio corresponde. Lo recomiendo ha todas las personas de buen comer.

Que sí, que hay sitios a los que hay que ir, poco o mucho, pero que hay que ir. Casa Paco es uno de ellos.
Partiendo de la base de que es un sitito bastante escondido en el que no te fijarías casi si no vas a tiro hecho, este bar, aunque chiquitito, lo tiene todo.
Si quieres comer, comes muy bien y a buen precio, si quieres buen trato, los camareros son los tuyos, no te pondrán pegas en casi nada, y siempre están dispuestos a aconsejarte.
No tardan mucho en servirte, y lo hacen que da gusto, es un bar «de barrio», pero, insisto, no tiene que envidiar nada a ningún otro local de la zona. Da GUSTO tanto para un tapeo rápido, como para el vermut o la cervecita del mediodía.
He ido un par de veces y la verdad es que las he disfrutado mucho, tanto por la compañía como por el sitio. Uno echa de menos que haya más sitios parecidos en la ciudad.

Uno de los mejores bares de tapas de Sevilla. Si quieres salirte de la típica carne con tomate, serranito y ensaladilla, no te lo puedes perder, cocina creativa de calidad a pecios populares.

Almost all locals only. No English menu, but the servers were very friendly & helpful. Mostly all standing tables & bars, with some small tables outside in the alley. Prices are mostly good. We had 4 tapas & 2 beer, which came to 18.60. The server was super honest & noticed his math error & gave us the correct change without us even noticing it. The shrimp muse & octopus & whisky pork were very good. The cordon bleu was dry. Overall, I’d recommend it for anyone looking for an authentic local joint.

Aquí lleva Casa Paco mis 5 estrellazas, y aquí lleváis vosotros el por qué:
Poco sabía yo de Casa Paco antes de venir, de hecho ni siquiera busqué nada en Unilocal como suelo hacer. Así que ideas preconcebidas, ninguna. Lo único que sabía, por una amiga, es que se come bien. Bueno, «bien» se queda corto.
Se accede por una calle estrecha, la típica calle de paso entre un punto y el siguiente. Entré en el local, y pensé (con todos los respetos): «Vaya tugurio». Y sí, es un bar pequeñísimo, sin sitios para sentarse (aunque por lo visto también tienen un «restaurante» en frente, no lo he visto). Pero si superas esa barrera, a partir de ahí todo va a mejor. Te atienden rápidamente, tanto para pedir, como para pagar, como para que te sirvan el pedido. Además son bastante educados, sobre todo el muchacho que atiende, con los demás he tratado poco.
La carta es muy variada, y una de las cosas que llama la atención, son las tapas fuera de carta, que tienen como unas 20, casi la misma variedad que en carta. Mola. Espero que todo lo que he pedido fuera de carta se mantenga porque todo, absolutamente todo lo que he probado, estaba increíble. Lo que desde fuera puede parecer una foto de 3 croquetas mal hechas, cuando lo pruebas es un bocado exquisito de roquefort suave con nueves, madre mía, y así con todo. El arroz negro con alioli estaba pa’ morirse (¿mezcla rara? Pruébalo y me cuentas). Las tostas con compota de manzana, foie y jamón, a la altura del plato más refinado, no puedo decir que se haya llevado la palma de lo que comí, pero está igualado al resto. La cebollita caramelizada te la sirven en una especie de pancake salado tan tierno que se deshace, olía de escándalo y sabía mejor.
Así, no te dejes llevar por las apariencias. Es un sitio para comer de pie con el codo apoyado en la barra o mesa alta. No apto para quedarte 2 horas cómodamente, pero perfecto para ir a comer, a secas. Aunque estés de pie no se hace cansado porque atienden muy rápido, sea la gente que sea que haya en el bar, que se suele llenar a eso de las 14:30 entre semana. Yo estoy deseando volver, y quiero probar a reservar una mesa alguna vez en el local que tienen en frente.
Puede que haya encontrado la mejor cocina de Nervión (o zona de Santa Justa, no sé dónde está la «frontera»).

Todo buenísimo. Lo mejor: el salmorejo y los postres!

Buen bar de tapeo, donde se come estupendamente tienen un salmorejo buenísimo con diferentes acompañamientos el rabo de toro espectacular, los huevos de choco para ponerles un piso, en general todas sus tapas son buenísimas

Ya lo dice su nombre: ‘el buen comer’; pocos establecimientos pueden decirlo sin que le quede grande. Aunque no suelo ir mucho, sí decir, que tiene una carta de vinos buena y un excelente maridaje: desde un sencillo espárrago tamaño 1 con anchoa y tomate natural rallado, a tostas de foie con compita de manzana y cecina, pasando por ensaladilla de gambas.
Su trato correcto y sus productos de calidad, lo hacen un clásico. Eso sí, cuidado dónde quedas, que Casa Paco 1 (el buen comer) y Casa Paco 2, quedan muy cerca. Lleva al equívoco; a mí me ha pasado ;)

No sé cuantas veces habré ido a Casa Paco en los últimos 15 años, innumerables!!! Eso si siempre q voy Paco ya sabe q ponerme sin q se lo pida: pulpo a la parrilla con salsa de boletus y una cerveza bien fría!!! Después voy variando de entre las magníficas tapas q tiene. Otra q casi nunca falta es el foie y el atún de almadraba (cuando lo tiene). Magnífico sitio!!!

Por favor, no os acerquéis a este bar porque su calidad está saturado por tod@s los que quieren comer excelente tapas con cervezas o una buena carta de vinos. Para mi es de lo mejorcito de Sevilla a excepción de su espacio y, por su puesto por la decoración. El que quiera disfrutar de la comida lo aprovechara, pero al que le gusten los lugares «bien decorados» que lo evite.

Ayer me llamó un amigo para salir por ahí a comer y, aunque ya estábamos un poco cansados de salir durante todo el puente, no le pude decir que no porque ya hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Nuestra intención era comer aquí en Casa Paco, así que llamamos y reservamos mesa para 4.
El problema es que media hora antes de salir de casa me llamó otro amigo, Alfredo, al que también hacía mucho tiempo que no veía. ¡Menudo follón!
Intentamos reservar para 2 personas más y nos dijeron directamente que era imposible porque el salón estaba lleno (el salón es muy pequeño y tiene 4 ó 5 mesas como mucho). Al mismo tiempo nos dijeron que hacía poco acababan de abrir un local nuevo muy cerca y que allí sí tenían sitio. Así que reservamos en el Casa Paco 2.
Yo tenía mi espinita de ir a Casa Paco, porque me encanta. Aunque pueda parecer un poco «masoka» ese rollito de tapear de pie y apretaditos me gusta… tiene su encanto. En Casa Paco existe lo que se llama la solidaridad del cliente «embutido». Todo el mundo tiene asumido que el espacio es mínimo y que o colaboramos los unos con los otros o no vamos a ningún «lao».
Le dije a Alfredo que por qué no nos adelantábamos, antes que José Carlos, y aprovechábamos para picar algo con una cervecita rápida en el bar original. No habíamos quedado con él hasta las tres, así que nos daba tiempo para una rapidita.
Llegamos y estaba a reventar, como siempre, y un chaval que nos vio mirando nos dijo, «Entrad, entrad, que si nosotros nos echamos un poquito ‘pal lao’, cabemos todos». ¿Es genial o no es genial la solidaridad del cliente ‘embutido’?
Nos colamos como pudimos y nos pedimos un par de racioncitas (porque había hambre y nosotros somos muy agonías, pero aquí es mejor pedir tapitas) acompañadas de unas birritas. Una de pimientos de padrón (de los que unos pican y otros no) y una de ortiguillas (una delicia del mar que no es fácil de encontrar… al menos tan buenas como aquí).
El fin de semana que viene dejo al niño con la abuela, apago el móvil para que no me llame nadie, y me vengo a Casa Paco a embutirme y tapear, tapear.
Ya sólo quedan 5 días para el sábado…

Uno de mis mejores amigos, Paco, sigue siempre el mismo ritual cuando viene a Sevilla. Es un sevillano de pro que ha tenido que emigrar por curro a Madrid y al extranjero pero, eso si, ha hecho lo imposible por poder ver los partidos del Betis allá donde vaya además de que sigue pagando su abono como buen bético. Como decía cuando vuelve a su ciudad sigue siempre la misma dinámica. Si es un día entre semana sale a la hora del café a tomárselo en O’Neill’s, después cena en Mr Beer y vuelta a O’Neills a tomar una copichuela. Pero si es fin de semana toca ir a comer a Casa Paco, salga el sol por donde salga.
Durante mucho tiempo me mató la curiosidad de qué tendría ese Casa Paco para tener a mi amigo tan enganchado. Porque mira que hay «Casa Paco» en Sevilla, son como una plaga y ni son la misma cadena ni tienen nada que ver. Al final me decidí a acompañarle un sábado, y la primera odisea fue llegar. Por las indicaciones que me habían dado sabía que el bar estaba en algún lugar entre la estación de Santa Justa y El Corte Inglés de Nervión pero no tenía muchos más datos. Y, claro, nos perdimos. Así que recomiendo llevarse un gps o a un amigo que sepa llegar sin problemas la primera vez que vayas.
Una vez que llegamos descubrí lo único que no me gusta de este local, ¡que no te puedes sentar! Y llamadme comodona, pero no me gustan los sitios en los que no hay sillas. No consigo relajarme ni disfrutar como debería. Pero es ela única pega que le puedo poner, porque la comida es tan buena como la fama que le precede y los precios más que populares. Además sirven bastante rápido para la de gente que suelen tener, que es el único motivo por el que les perdono que no tengan sillas porque de tenerlas no podrían atender ni a la mitad de gente que entra allí. Si quieres probar tapas sevillanas en estado puro, es tu sitio.

La primera vez que visité Casa Paco fue por recomendación y con la compañía de una buena amiga de Córdoba, y ex compañera de piso. La muchacha llevaba meses insistiendo en las bondades gastronómicas del lugar en cuestión, y aunque en ese momento la creía exagerada, no se equivocaba.
Recuerdo nítidamente aquella noche de junio, en primer lugar por el ya apremiante calor y, en segundo, por el bullicio y aglomeración de tanto personal en tan pocos metros cuadrados (reconozco que resultó un tanto agobiante), aunque ese pequeño inconveniente pasó totalmente a un segundo plano cuando degusté por primera vez el pollo en salsa de almendras más rico que jamás haya probado, buen comienzo, pensé, simplemente exquisito.
Reafirmó mi primera impresión la siguiente tapa, pudin de calabacín con queso y salmón, y también el posterior salmorejo, reconozco que ya con un poco de gula, porque prácticamente estaba saciada, ya que las cantidades no son raquíticas.
Desde entonces, y de eso hace más de tres años, cada vez que algún amigo o pariente viene a verme a Sevilla (o cada vez que quiero traer a mis amigos sevillanos a mi terreno), les hago una especie de chantaje emocional en plan de: «no voy al centro, pero te llevo a comer a un sitio de Nervión que vas a alucinar», y por ahora, siempre me funciona. Mi hermano, sin ir más lejos, es un auténtico fan, capaz de almorzar y cenar durante dos o tres días seguidos en este escondido lugar, cada vez que viene de visita. Porque la verdad, reconozco que al principio me perdía cada vez que intentaba encontrar el local, pues etá un poco escondido.
En mi opinión, los principales atractivos de esta pequeña tasca son una amplísima y exquisita carta de tapas (comida andaluza pero con un toque moderno) y otro tanto de buenos caldos, y lo mejor, a un precio razonable, que para mí es lo más importante.
Eso sí, hay que ser cauto e ir temprano (a mediodía antes de las 14.30 y por la noche, antes de las 21 horas), de lo contrario, te expones a esperar una hora en la calle, o la otra opción y más costosa para el bolsillo, entrar en el local que tienen enfrente (en plan restaurante), donde no puedes pedir tapas, sino raciones y, evidentemente, sale más caro.
Aunque no pilles taburete y tengas que comer de pie, la comida es increíble y el servicio es bastante rápido, ideal para los que vivimos por la zona o también para los viajeros que llegan hasta la estación de Santa Justa, que está a menos de diez minutos de este local.

En Sevilla existen ya muchos bares Casa Paco, pero éste es uno de los mejores, sin lugar a dudas, y también mi preferido.
El bar está ubicado en una bocacalle paralela a donde empieza la calle Sinaí. No es que sea difícil llegar, pero mejor si vas con un mapa en la mano la primera vez.
Este pequeño local ya es un hito en Nervión por la calidad de sus tapas creativas y su trato siempre agradable y familiar. Eso sí, está siempre llenísimo de gente, como todo lo bueno, e incluso algunas veces te encontrarás con una extensa fila para entrar que te dan ganas de dar media vuelta e irte. La buena noticia es que ya han habilitado un comedor justo en frente con unas diez mesas para los que lleguen primero o tengan reserva. En todo caso, os garantizo que merece la pena quedarse.
Todas las tapas aquí están buenísimas, sin exagerar, y tan pronto haces tu pedido, son bastante rápidos en servirte. Antes que nada, pregúntale a Paco cuál es la tapa del día, que generalmente no está en la carta, para que no te pierdas las novedades. La última vez que fui me recomendó un foie a la plancha con salsa de mandarina que estaba para chuparse los dedos.
Las taleguillas de queso es otro de sus platos estrella, junto con el bacalao con salsa de espinacas, el pulpo a la parrilla con crema de boletus, la merluza gratinada con salsa a la holandesa y muchos más…
El precio es bastante asequible y la cantidad suficiente. Muy recomendable.