Antonio Álvarez Gordón

Cada viernes convocan a mi peque a un partido de fútbol sala a su equipo y a otro de otros Clúbes, eligen normalmente estas instalaciones para los partidos.
Comentar que el aparcamiento pese a estar en plena Ronda de Triana no es complicado a la hora que suelen ser los partidos. Si no encuentras por la Calle Castilla o Ronda de Triana siempre tienes opción de darte un paseíto desde la Cartuja ;)
Las instalaciones son aceptables pero muy mejorables. Constan de 4 pistas de fútbol sala, y 2 de pádel. Las de fútbol están aceptables, aunque las de pádel las vi bastante dejadas, mal acondicionadas, desconozco si están en uso actualmente.
En cuanto a los servicios ofrecidos en el Complejo deja bastante que desear. Sólo hay un puesto prefabricado como «terraza» o «ambigú» que no te sirven el café en taza sólo en papel y poca o ninguna variedad en cuanto a merienda se refiere (los peques tras los partidos salen con hambre atroz!!), lo cuál se suple con el Carrefour Express que se sitúa justo frente al Complejo. :)
En definitiva buena opción para pistas dentro de la ciudad aunque me da la impresión que en otro tiempo estuvo mucho mejor acondicionada.

Ella antes solía ir frecuentemente a «Tejares» por sí misma. Le gustaba patinar y estaba apuntada a Patinaje Artístico allí mismo. La verdad que le encantaba, pero uno de sus motivos principales por los que se apuntó fue porque meses antes, se había roto el brazo mientras patinaba en la calle.
Vivió muchos momentos bonitos allí, pero pronto pasaron…
Ahora, sus escapadas a tejares son muy pero que muy diferentes…
— ¡Vamos Fernando! Corre!
— Tú puedes Jorge, ¡quítale ese balón!
— Vaya golazo!!!
Si… sus experiencias ahora son el ver jugar partidos a sus amigos y por supuesto, a su novio… seguir compartiendo momentos y apoyarlos aun cuando van perdiendo de 4 goles… Escuchar sus quejas por alquilar las pistas o sus constantes problemas con los árbitros…
Aunque también son muchas las veces que los apoyo desde casa por haber salido la noche anterior… pero eso no cuenta ;)

En el centro deportivo Álvarez Gordón (o Tejares, como se le conoce) es donde se fraguó mi grupo de amigos de la facultad. Al principio de la carrera no se conoce a nadie, y tratas de juntarte con los que piensas que pueden tener unas aficiones similares a las tuyas. En mi caso fue el fútbol.
La cuestión es bien simple: a nadie le gusta jugar de portero, y para uno que le gusta, se lo rifan. ¿Adivinan a quién le vino bien que de niño no lo escogiesen hasta el último, y encima lo pusieran de portero? Sí, yo. Así que cuando me enteré que estaban montando un partido, a principios de curso, me lancé a preguntar si necesitaban un portero.
Así que allí fuimos, después de clase, un día de noviembre con el cielo encapotado. Nunca había jugado allí, y me gustaron muchos las pitas. Muy cuidadas para las pistas que hay por ahí (las cercanas de El Charco de la Pava, por ejemplo). No recuerdo quién iba ganando aquel partido. Lo que sí que recuerdo es que empezó a llover a mares y salimos corriendo como alma que lleva el diablo. Tanto corrimos que se nos olvidó hasta pagar el alquiler.
Luego, volvimos muchos veces allí a echar partidos. No sólo de fútbol, sino también de tenis de mesa (aunque las mesas no son muy allá). Siempre los mismos. Lo que empezó como un partidito de fútbol entre compañeros, acabó fraguando un grupo de amigos que hoy, varios años después, sigue muy unido.

Jojojojojo (véase frotamiento de manos estilo Sr. Burns)
He vivido varios años junto a estas pistas pero, el primero de ellos, habitaba un tercer piso con un balcón desde el que disfrutaba de unas vistas envidiables. Sí. Tenía palco en las pistas de Tejares.
Cuánto nos gustaba a una compañera de piso y a mi sentarnos en el balconcito a ver a los muchachos jugar. Tan deportistas ellos. Tan uniformados a veces. Tan serios otras. Yo he visto muchos domingos las pistas llenas a las diez de la mañana. La verdad es que pocas veces recuerdo haberlas visto vacías y, ya os digo, las miraba mucho durante una época.
La verdad es que proporcionan un ambiente bastante sano al barrio y, sobre todo, a los bares de alrededor, ya que pocos equipos hay que no se tomen una cervecita después del partido.