Yue Lai – Joya Oriental

The hot pot there was good and I ordered the one which was extra spicy. I enjoyed the food there and highly recommend to people who like spicy food.

On a winter day, you can’t go wrong with going for some Chinese hot pot. This is definitely the place to have it. The food is delicious, the service is fast and the prices are affordable as well. I would come back again.

Tenía ganas de matar el antojo chino y me acerque a este «restaurant». Ordenamos la especialidad, Hot Pot (de ternera, sin picante), la sopa tenía muy buen gusto, era a base de jengibre, adicionalmente ordenamos vegetales, dumpling y albondigas de pescado. Estuvo muy rico todo. El servicio es muy típico chino; seco y sin detalles pero tampoco se puede exigir mucho cuando vas a lugares como esos (cutre). Es súper económico y sirven bastante comida, creo que siempre sobra. Autentico restauran chino, desastroso, cutre pero la comida muy sabrosa. Lo recomiendo si quieren matar el antojo!

Para mi gusto uno de los mejores «hot pots» de Madrid. Entonces ¿por qué solo tres estrellas? El camarero, cuando te ve perdido mirando la carta casi que te exige pedir tres guarniciones para la hot-​pot, con lo que al final te sobra comida a montones.
Si no fuera por este no tan pequeño detalle bajo mi punto de vista, la puntuación sería mucho mejor. Tiene una carta extensísima pero aquí hay que ir a las ollas calientes (hot pot), la fondue china. Se trata de una olla sobre un hornillo en la mesa separada en dos mitades, una con un caldo picante y otra con un caldo de pescado. Se piden acompañantes que cocinar en el caldo que se quiera, que el comensal irá cocinando a su gusto.
Las opciones de hot pot en este restaurantes son inmensas, más que en otros locales donde lo he probado y siempre se ven muchos chinos comiendo, pero la verdad, creo que como no andes listo se intentan aprovechar un poco de ti haciendo que pidas más cantidad de la necesaria.

Este chino me lo recomendó mi chica, y la verdad es que el trato y el local, sin ser malos, no son de primera categoría. Insisto, no son malos, simplemente se nota que no es su prioridad (aunque sí que sirven y atienden rápido). Ahora, comer, comer, se come fenomenal. La palabra sería «único».
En anteriores comentarios ya han descrito la técnica, así que añadir poco, pero decir que nunca la había probado (ni visto sitio igual) y me encantó.
La mayoría de las veces está hasta los topes, por lo que es recomendable ir un pelín antes o bien tener un pelín de paciencia y esperar un ratito.
Muy rica la cerveza china, que te la ponen casi helada.
Tampoco es nada caro y la zona está fenomenal.
Lo dicho, la palabra es «único».

He vuelto tras un montón de intentos fallidos, en esta ocasión vinimos dos personas.
Lo que queríamos era tomar el hot-​pot, cuando nos llegó la comida nos dimos cuenta que nos habíamos pasado un pueblo y medio, la mujer que atiende no nos avisó, no nos entendíà la mayor parte del tiempo ni nosotras a ella.
Todo estaba bueno, nos pusimos hasta arriba, pedimos unos tuppers y nos llevamos lo que nos sobró, yo me cené una estupenda sopa con todos los sabores impregnados tras la cocción de los distintos ingredientes.
Pagamos 18 € cada una, mucho más de lo que había pagado en otras ocasiones por lo que animo a ir en grupos grandes para poder probar un poco de todo y sea económico económico.

Un restaurante chino donde de verdad huele y sabe a China. Está especializado en hot pot, un tipo de comida china que es muy popular allí pero no demasiado conocida fuera. Consiste básicamente en que eliges los ingredientes que quieres comer y te los preparas en una olla grande con un «aliño» preparado que les da sabor a las cosas. Tienen ollas divididas en dos partes y lo más común es pedir una parte sin picante y otra con picante. Todo lo que comimos estaba bastante bueno.
El sitio es estrecho, incluso un poco agobiante, y el trato deja que desear, pero el punto caótico y despreocupado que tiene es muy chino y, tomándotelo con un poco de calma, hace la experiencia más completa.

¿Qué le ha ocurrido a este lugar? Me pasé 14 años de mi vida pasando 4 veces diarias por delante de él (camino y vuelta del colegio) y ahora me lo paga con una cena nefasta, ¿acaso merezco yo esto? Maldito sea mi karma.
Ayer al mediodía decidimos que queríamos cenar chino, japonés o indio; como las vicisitudes de la vida nos llevaron hasta esta zona y yo tenía bastante buen recuerdo de haber cenado aquí una vez y bastante malo de la otra opción que barajábamos, logré imponer mi opción sobre los balbuceos de mis contertulios y, dando un golpe en la mesa, nos acercamos hasta aquí dispuestos a ponernos hasta las trancas de buena comida. Pues bien, hartos salimos, pero en otros sentidos.
Para empezar, creo que este sitio no ha acometido una sola reforma en sus instalaciones desde que tengo uso de razón: la fachada es la misma, el interior sigue siendo lúgubre y cutre, su techo sigue estando lleno de humedades verdosas y su cocina sigue teniendo la salida en la galería comercial subterránea contigua, que de toda la vida ha sido conocida en este barrio como el «Puente Chino» por este restaurante. Y digo toda la vida porque mi madre corrió delante de los Guerreros de Cristo Rey aquí y ya se llamaba así, y yo iba de pequeño con mis padres a un pub que hay al fondo y se seguía llamando así, y con la gente de mi colegio íbamos los viernes por la tarde allí a que aprendieran a fumar y lo seguíamos llamando así. Vamos, que la impronta de este restaurante incluso sobre el urbanismo y el fomento en la zona han sido importantes desde antaño.
Pero dejemos estos arranques más propios del abuelo Cebolleta de lado y vayamos a lo importante. Cuando entramos nadie nos atendía, así que tuvimos que acercarnos a una de las personas que atiende para ver si podíamos sentarnos en la única mesa libre de tamaño adecuado que había; tardaron un par de minutos en decidirse a pesar de que no había otra, pero al final lo lograron (tanto ellos como nosotros). Nos preguntaron si queríamos Hot Pot o no para dejar el quemador o llevárselo; como no conseguí que mis acompañantes se decidiesen entre el de cabeza pescado, el de sepia seca o el de tendón de ternera, y el resto de la carta de comida china real tampoco les apetecía porque el corazón y las patas de gallina no son de su agrado, nos decidimos por pedir las cosas habituales de comida china occidentalizada: arroz con gambas, tallarines con tres delicias, cerdo agridulce, pollo al limón y chopsuey de ternera. Maldita la hora.
Para empezar, nos avisaron que la comida «normal» (palabras textuales suyas) iba a tardar unos 15 minutos; aparentemente ellos miden el tiempo con el mismo reloj que los andenes del Metro, que te dicen que quedan 15 minutos también y tarda media hora. Pues aquí lo mismo, solo que fueron 40 minutos hasta el primer plato, y digo «primer plato» porque hasta que trajeron el último ya habíamos hecho la digestión de todos los demás. Por si esto fuera poco, la mayor parte de lo servido no pasaba de ser mediocre: el arroz con gambas estaba bien, o al menos bien recalentado al microondas porque estaba bastante seco y con el arroz aglutinado, pero al menos se dejaba comer; los tallarines estaban buenos, aunque las tres delicias resultaron ser cebolla, zanahoria y pimiento y no los otros ingredientes a los que estamos acostumbrados, y teniendo en cuenta que a mí el pimiento me sienta bastante mal… En fin, a ver qué tal el resto de platos: chopsuey de pimiento, ¡maravilloso! Por suerte tiene algunos trozos de ternera informe y llenos de tendón, como a ellos les gusta. Puf, pasaremos al cerdo agridulce, o quizá mejor sería llamarlo «cerdo» a secas, porque ni agrio ni dulce ni salsa ni nada de nada aparte de unas bolitas enanas con mucho rebozado. Ahora es cuando digerimos bien esto mientras pensamos que se han olvidado del pollo al limón y vamos a pedir la cuenta cuando, para nuestra sorpresa, aparece el susodicho pollo: limón tiene y pollo también, pero solo han puesto la parte adecuada de una de las dos cosas y es del amarillo fruto, porque del pollo nos han puesto todo lo que el pollero suele cortar y desechar. Grasa, partes chungas, cosas salidas de relatos de Lovecraft…
El resultado final de esta odisea es que no nos pudimos terminar ninguno de los platos y salimos de allí tremendamente decepcionados, especialmente yo que había sido el impulsor primigenio de esta iniciativa. Y es una pena, porque pensaba que todo el mundo iba a salir encantado de allí porque tal era el recuerdo que yo tenía de mi ocasión anterior, pero se ve que la única posibilidad de que te atiendan rápido y medianamente bien (aunque los gritos entre los camareros te los comes igual) es pedir el Hot Pot: para todo lo demás es un desastre garantizado que, por muy barato que saliera, no merece la pena en absoluto. Creo que no volveré jamás.

Best Chinese food in Madrid and it is very affordable. Be sure you get spicy hotpot!

Restaurantes chinos en Madrid, haberlos, haylos… y muchos. Interesantes… pocos… y buenos… muy muy pocos. Por último… «auténticos»… prácticamente inexistentes (quien haya viajado bien por China y conocido su alta cocina Cantonesa o sus delicatessen de Shanghai… sus sorpresas en Hong Kong… sus picantes en Sichuan… o sus étnicas de Yunnan… por ejemplo, sabrán bien de qué hablo).
Este caso concreto, destaca en exclusiva por una cosa: su «Huo Guo» … La Olla o Pote (Guo) al Fuego (Huo), o de modo más asequible «la fondue china»… también conocida en China a menudo como «comida de Barco de Vapor».
En resumen consiste en un conjunto de comidas que se cocinan en un caldo caliente (de pescado o carne… picante o no) ubicado en el centro de una mesa, bajo el cual arde el fuego y lo hace hervir manteniéndolo caliente. Así podemos cocinar en él (al modo de fondue) los alimentos que pidamos crudos (verduras, setas, carne, mariscos, pastas, wontons… etc).
La comida cocinada suele ser luego mojada en una especie de salsas picantes o no. En muchas áreas los Huo Guo se sirven sólo en invierno.
Existen bastantes variedades de Huo Guo en China dependiendo de la región de que se trate.
Si queréis probar algo diferente, divertido, sorprendente… etc y, aparte, compartir y departir mientras coméis… Sichuan Huo Guo, que es la especialidad de éste lugar, es mi recomendación.
¡Que aproveche!

Montones de restaurantes chinos, asiáticos, orientales, etc. etc. se reparten a lo ancho y largo de la ciudad de Madrid. Cómo reconocer a los que merecen la pena y a los que, bueno, tan sólo quitaran el hambre…
La respuesta es sencilla: probando, probando, probando. Y así es como conocí este sitio, aunque desde el principio teníà la impresión de que me gustaría y lo cierto es que me encantó.
La especialidad de la casa es la founde china, un verdadero parque de atracciones de la alimentación, metes comida, sacas comida, mojas comida, apagas, enciendes, saboreas… y la disfrutas en un ambiente tan familiar que a veces te encuentras al personal amasando en la mesa de al lado. Los comensales también son chinos, lo que siempre es una gran referencia en estos casos.
Advertencia a los valientes que quieran probar este manjar de la comida china, usen las servilletas a modo de babero, es imposible no salpicarse encima. Si lo consiguen, avísenme y envíenme un documento gráfico que lo corrobore.