Pepe Botella

I love this tapas bar! excellent for large groups. It’s in plaza 2 de mayo which is super popular neighborhood within the locals. The service is fast and friendly. We ate, we drank plenty and the total was unbelievable cheap! I totally recommend this bar. Super Español.

El café bon bon at Pepe Botella es divino!
Translation: The ‘café bon bon’ at Pepe Botella is divine!
This is one of my favorite coffee places in the world. I could read a book here or finish up a postcard all the while sitting solo or with a friend or two.
Do not expect a lengthy menu but rather some nice coffee, drinks and bocadillos.
I love it. And recommend it.
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Este es mi favorito café en el mundo. Puedo sentarme a leer un libro o terminar de escribir un postal bien sea solo o con un amigo o dos.
No tienen un menu extensivo sino una lista de cafes, tragos y bocadillos.
Me encanta! Y recomendo este lugar.

Me sigue gustando Pepe Botella tanto (o más) que el primer día. Sin embargo, el otro día he de decir que vivimos una experiencia que, si bien no fue ni mucho menos agradable, fue bastante rara teniendo en cuenta que éramos cinco tíos, sentados en la terraza, consumiendo a tope.
Para empezar, entiendo que hay mucho descabezado (y mucho CENSURADO) que se pida de la terraza sin pagar. Con solo un camarero en la barra y otro atendiendo en la terraza, es prácticamente imposible que puedas mantenerte alerta el 100% del tiempo para que la gente no se largue sin apoquinar las consumiciones. Más aún si el camarero se ve obligado a recorrer los casi cien metros que separan el bar de la terraza.
Es por eso que cobran cuando te traen las consumiciones. Te dejan la cuenta, y te piden que la abones en el momento. Esto es bastante absurdo cuando pides varias rondas, y sobre todo cuando se da el incómodo caso de que, a la vez que el tipo te trae la cuenta, le estás pidiendo otra ronda, que pagas con las vueltas. Un rollo.
Encima el Pepe no tiene cocina, y estábamos hambrientos. Así que un amigo preguntó si era posible, mientras seguía consumiendo la bebida del Pepe Botella, comerse una porción de pizza de la Pizzería Maravillas, al estilo de como se hace en muchas zonas del sur de la Península, donde te pides tu papelón de fritura, y te sientas en la terraza de un bar cualquiera a comértelo con una cervecita.
Pues bien, no se puede, de ninguna de las maneras. Al final mi amigo se comió su porción de pizza de pie, juntó a nosotros, y se sentó para apurar su cerveza. Cosas veredes, amigo Sancho.

Nice little spot to grab a few drinks. :)

This is a pleasant terrace to stop for a drink and a snack, with nice shade and a refreshing breeze. The seating is actually in front of the pizza joint, but is served by Pepe’s, just across the street (which, as an aside, seems to be a common thing in Madrid… you sit down at a table in front of a café, and end up being served from some other one!). Our drinks, a coffee and a tinto de verano, were prompt and good. They were accompanied by blue potato chips. At this point, you’re probably thinking why in hell would anyone want blue potato chips and what did they do to turn them blue?!? But they’re firstly, tasty and secondly, an entirely normal variety of potatoes. Go on, try them! The Plaza itself is a great spot for some people watching, and that would be my preference for seating, but I’m told they have some nice little window seats inside the bar too.

Una buena cafetería que ganó enormemente con la prohibición de fumar en locales (antes había niebla del tabaco que fumaban los clientes).
El sitio es muy acogedor y, salvo cuando está muy lleno, se puede hablar tranquilamente.
Eso si, prepárate para pagar una taza de café a 2 euros. El personal es atento y agradable y eso que he estado horas aquí con solo un par de cafés.

Ayer viernes 6 de julio, a eso de las 8 de la tarde llegamos a esta cafetería después de callejear un poco por Malasaña. El local es uno de los más agradables que hemos descubierto en esta estancia en Madrid. Nos sentamos en la esquina del asiento corrido forrado de rojo. Pedimos unas cervezas y yo me recosté un poco. El local estaba medio vacío, sin duda porque la mayoría prefería las terrazas. La luz tenue, la música de jazz, los ventiladores del techo… todo creaba una atmósfera muy agradable… me llamaron la atención poderosamente las fotografías en blanco y negro que en marcos variopintos adornan la pared de esa zona del local. Llena de intriga miraba y volvía a mirar una en que tres individuos ya cincuentones, dos mujeres y un hombre, si el bigote no engaña, comparten una cama, los tres tendidos rígidamente, como si estuvieran muertos.
Pasamos allí una hora hablando de esto y de lo otro, mordisqueando las patatas fritas, siguiendo a los camareros en el cristal algo velado que hay entre las dos ventanas abiertas a la plaza y que ocupaban una chica con aire intelectual concentrada en la pantalla de su ordenador y una pareja joven entregada al arte de seducirse.
Me fui con pesar, pero con la intención del volver algún día a ver si alguien me aclara el misterio de la foto, jejeje

Esta mañana me he decidido a abandonar mi reino para dar un paseo hasta otro barrio, a ver si encontraba una cafetería donde, finalmente, pudiera concentrarme para leer y escribir, así que he seguido lo que he leído en uno de los otros comentarios y me he asegurado de ponerme en la ventana, donde todo el mundo pudiera ver lo maravillosamente bohemio que soy.
A diferencia de la experiencia de otras personas, yo he estado maravillosamente cómodo porque apenas había gente y la que había estaba con ordenadores y cascos a su bola; la música estaba muy bajita, el sol brillaba en el exterior y los perretes campaban por la Plaza del 2 de Mayo a sus anchas. El café estaba algo mejor que aceptable y venía acompañado de una pasta de mantequilla y naranja muy decente.
El único fallo que me he encontrado es que, justo esta mañana, había algún fallo técnico por el que la WiFi no funcionaba correctamente, pero eso no es señal de mala calidad del sitio realmente. Otro día volveré en hora más punta y comprobaré si es tan infernal como dicen.

Me encanta. Es un sitio que tiene un aire bohemio. Te encuentras a chicas con cara de intelectuales, (muchas de ellas muy guapas), escribiendo en una Moleskine aparentemente desbordadas por la inspiración.

A pesar de vivir muy cerca y tirarme mucho tiempo de mi vida por el barrio de Malasaña, sólo he ido un par de veces al Pepe Botella. La primera fue para hacer un trabajo de la universidad sobre el barrio de Malasaña y la verdad que tampoco pude analizarlo mucho en cuanto a consumir en el bar, y el resto de veces ha sido de tomarme algo rápido y punto. Pero el otro dia estuve un buen rato y la verdad que tengo sentimientos encontrados.
Primero decir que había mucha gente, mucho ruido y que la camarera hasta que no la mantuve la mirada 10 minutos no vino a tomarnos nota. Para la primera ronda nos pedimos cafés, bastantes buenos con taza medio grande y pastas de las de toda la vida para acompañar. Después ya nos pedimos caña y nos las acompañaron de patatas fritas. La caña era una especie de doble.
Entre el ruido ensordecedor y la cantidad de gente, la verdad que uno no puede relajarse mucho ni tener una conversación tranquila. Luego cuando vi la cuenta dije OMG! la verdad que es bastante carte, 2 euros el café y 2,5 un café bombón con lo pequeñito que es. Luego las cañas 3 euros creo recordar. Es decir que unos 14 euros dos rondas.
En definitva, el emplazamiento genial, pero creo que los hay mejores.

Despues de haber ido a un excelente restaurante mexicano (review coming soon) un amigo sugirio este lugar para tomar café y seguir la amena conversacion.
La verdad que el lugar me gusto mucho, solo que la bulla era terrible!!! es decir la gente hablaba alto entonces el proximo tenia que hablar mas alto y asi… entonces casi ya todos gritaban!!! la verdad nose como las meseras escuchan los pedidos… yo estaria… eh??? como???
Pero saben, la parte de atras es todo lo contrario, super tranquila… se puede conversar civilizadamente y bueno nos quedamos alli mas de dos largas horas, saboreando un rico café, seguido de un rico cocktail.
Regreso? yo creo que si
las 4 estrellas van porque el café estaba muy rico y el ambiente de atras bastante relajado.

Me encanta para tomar un café o un vino y pasarte horas de charla.
La parte interior invita precisamente a eso.
No sé cuantas tardes he perdido ahí el tiempo…

No puedo opinar sobre el interior, porque sólo estuve en la terraza que, curiosamente, pensaba que era la de Malabar. Y es que tanto la de Pepe Botella como la de Malabar y Maravillas son como el aceite: «tres en uno».
El caso es que como no había sitio en la terraza del Ojalá, donde había leído que los mojitos (que aquella noche se me había metido uno entre ceja y ceja) estaban bastante bien, pues acabé en esta terraza un poco por error. Y, como decía, no llegué a entrar, pero las terrazas son todas bastante parecidas. Se estaba bien.
Lo que no me gustó tanto es el mojito… No soy yo muy ducha en cócteles, pero aquellos mojitos eran «feos» de cojones, como bien decía mi amiga. No entraban nada por el ojo: copa redonda (tipo balón), hielos enteros, trozacos de limón del mismo tamaño que el hielo… Vaya, una presentación nefasta. Y de sabor un poco cargado para mi gusto.
En fin, que me llevé un pequeño chasco…

Para los amantes del mojito, uno de los mejores que se puede tomar en Madrid. Pese a que el cóctel es su fuerte, presenta una gran variedad de tés y se puede tomar café. Como camareros trabajaron actores que ahora son celebridades de nuestro cine, un servidor se encontró en una ocasión a Javier Bardem riéndose en la barra y en otra a Amenábar, que se partía de risa porque mi acompañante comentaba con entusiasmo un corto del joven talento sin percibirse que este le escuchaba. Imprescindible su visita.

Este es, en mi opinión, uno de los sitios más agradables del barrio para tomarse un café y charlar con amigos. Especialmente en su parte más exterior, donde la luz de la plaza Dos de Mayo entra por las ventanas limpiamente. Las zonas más interiores son propicias, en mi opinión, para una copa en la noche.
Mucha gente viene con el portátil a aprovechar el wifi, e incluso a escribir poemitas al lado de la ventana, o a que los vean escribir, nunca se sabe.
El servicio es rápido y eficaz, aunque el sitio esté petado.
Aunque el café te cueste 1’70 (creo recordar), vale la pena venir y quedarse un buen rato.

El sitio perfecto para esos días de lluvia en los que no te apetece estar en casa. Local muy amplio, con una decoración que invita a recogerse. Hay mesas de sobra, por lo que no es difícil encontrar un sitio. Es muy curioso el hecho de que, cada vez que entro, hay por lo menos cinco personas con sus portátiles. También hay una salita con juegos de mesa. Las cañas, siempre dobles y con frutos secos.
Yo lo prefiero los fines de semana por la mañana, cuando hay menos gente y la Plaza del Dos de Mayo tiene un encanto especial, con sus puestos ambulantes de películas y discos. Aunque las camareras no sean la alegría de la huerta, precisamente, merece mucho la pena.

El Pepe Botella lleva tanto tiempo en uno de los esquinazos de San Andrés con la Plaza del Dos de Mayo que ya ni si quiera llama la atención, pero es un lugar encantador.
Su aspecto, de antiguo café, hace de este sitio en el que se toman más cervezas que otra cosa, uno de los bares más apropiados de la zona si lo que quieres es sentarte tranquilamente y charlar. Nada de agobios, nada de ruido ensordecedor (el típico y característico de cualquier bar).
Ideal para media tarde, incluso puedes tomarte la primera copa pero no olvides que no se trata de un bar de copas al uso, así que no te esperes musiquita y bailecitos