Pedro Alonso

Al parecer este restaurante tiene muchos años de antigüedad, en las foto que había en el menú aparecía como una tienda de ultramarinos y poco a poco se ha convertido en un prestigioso local.
El menú es exquisito y tienen sugerencias de platos según la estación del año, están especializados en pescados del Norte. Su carta de vinos está cuidada al detalle pero lo mejor de todo es la terraza en el primer piso porque además se puede fumar.
Este es uno de esos sitios que siempre tenía en el punto de mira para una ocasión especial. Fui la semana pasada a comer y nos pedimos ancas de rana, una ensalada de ahumados y merluza con pulpitos, una delicia. La jugada nos costó un poco cara, pero por la calidad y sobretodo el servicio, una vez al año no hace daño.
Como anécdota, se nos terminó el tabaco y la camarera muy amablemente nos dio dos cigarros en una bandeja de plata ya que ellos no tienen máquina expendedora.