Le Pain Quotidien

Mmmm, que decir de este lugar. Había tenido otras experiencias no tan buenas en otros locales de la misma cadena en otros países, pero como me quedaba cerca de la Universidad y necesitaba salir y leer un poco me decidí a darle una oportunidad.
LPQ es un lugar especializado en panes y cuestiones similares, que también tiene un gran espacio para sentarte a tomar algo y hasta almorzar o tomarte un brunch. Hay una mesa bien grande para grupos o que en realidad es comunitaria y te puedes sentar si todas las demás mesas están ocupadas.
Admito que la carta es extensa y tal vez medio confusa. Creo que su diseño gráfico no colabora en este sentido. Acabé decidiéndome por un crumble de manzana y un café con leche. Todo esto vino enseguida, literal. Creo que hasta tardaron menos tiempo que el Starbucks jaja. El café no me convenció para nada, tenía un sabor medio quemado, y encima vino en una taza sin asa, con lo cual yo lo llamaría cuenco, que no era muy cómodo al menos para leer y tomar café al mismo tiempo.
El crumble exquisito, muy buen sabor y textura. Pequeñin para mí que andaba con hambre, volveré a probar el resto de su pastelería pero creo que más bien para llevarme a casa.
No me convenció que no hubiera (o al menos yo no ví) una opción de desayuno que no sea con una cesta de panes. Soy del team croissant toda la vida así que me decepcioné en ese sentido.
Con respecto al precio creo que termine pagando 5 € con algo por ambas cosas.

Descubrimos este sitio gracias a Unilocal!
Productos ecológicos de gran calidad!
Recomiendo la limonada de sandia, repetiré seguro!
Pedimos cesta de pan para dos y probamos sus mermeladas, cremas de chocolate y con tomate! El desayuno perfecto!
No hemos probado el brunch pero tb tenía buena pinta por lo que se veía!
Los precios son medios, pero la calidad y el local merecen la pena!

Cuando un sitio especializado en panes escatima precisamente en eso, mal vamos. Como cafetería al uso no puedo valorar, pero su servicio de brunch deja muchísimo que desear. 17 euros por una rebanada de pan con un huevo pasado por agua, lonchas de jamón york y queso, muesli, café y zumo es una exageración. Máxime si uno es de untar o acompañar con pan cualquiera de estas «exquisiteces». Básicamente, un brunch de los que puedes preparar en casa previo paso por la panadería y tirando de loncheados.
El servicio también dejó muchísimo que desear. La camarera nos informó atropelladamente de los muchos recargos aplicables, no prestó atención a nuestra comanda y acabó trayendo los tamaños que le parecieron (encareciéndose así la cuenta y convirtiendo el proceso de pago en un infierno de clarificaciones).
Confundió además «napolitana» con «pan al chocolate» y se negó a aceptarlos como dos tipologías dulces diferentes… No han aprendido aquí que el cliente siempre lleva la razón (y en este caso con todas las de la ley).
Una degustación cara e insulsa.

Estuve una vez desayunando con unos amigos y nos pedimos la cesta de panes con aceite, mantequilla y mermelada. El café quizás fue lo más caro en comparación con todo lo demás. En mi opinión compensa pedirte un buen chocolate. Pero claro, tienes que ir mentalizado que este sitio no es un bar y no vas a desayunar por 2 €. Aún así, por sus panes y sus bollos, y las enormes mesas de madera merece la pena darse un homenaje.

Far too expensive. Eggs benedict horribly executed. Coffee incomprehensibly served in a bowl instead of a cup. Nothing more than a pretentious hipster coffee shop. Not comming back.

This place is a bit too expensive, but very good for breakfast as they have several options, quite healthy and many choices including eggs, yogurt, different breads with homemade marmalades, chocolate, olive oil and, my favorite, tomato :)… They also have very good coffee (strong) and some original juices, and you can choose lactose free milk and soy milk.
The place itself is very nice, big room with wooden tables, cozy atmosphere and nice service, probably a good choice if you want a special breakfast day!

He estado varias veces en este LPQ (y otras tantas en el de Gran Vía), pero hacía aproximadamente 2 años que no lo pisaba.
Ninguna razón en especial, más que la de probar otros sitios y posiblemente un recuerdo «ni fú ni fá» de la última visita.
Mi pareja y yo queríamos picar algo rápido y medianamente saludable por la zona de Fuencarral, y LPQ me parecía una buena opción.
Al echarle un vistazo a la carta, me llamó mucho la atención en que habían aumentado las opciones de desayunos y brunch con respecto a la última vez que fui.
Vi cositas que me gustaron mucho: opciones integrales/​con harina de espelta, opciones veganas: entre ellas, desayunos «fit»
Con semillas de chía por ejemplo, algunos pltos con la col de súper de moda jale, y un croissant vegano que sin duda tengo que probar ¡porque estoy hasta los mismísimos de no poder comerme en ningún situo un croissant que no esté hecho con mantequilla/​leche!
El caso es que eran las 21h así que no procedía nada de eso, y pedimos la ensalada de langostinos con aguacate y vinagreta de cítricos: correcta, pero un pelín sequita. Y un tartine de atún «marinado» con hummus. Entrecomillo lo de «marinado» porque no sé qué entenderán aquí por este concepto, pero a mí me pareció una especie de plasta de atún con algún ingrediente que no consigo identificar que le daba esa consistencia… Muchísima cantidad, demasiada para el tipo de pan, vamos que había aue comérselo con cuchillo y tenedor. La mezcla en sí es buena, pero demasiado atún y no lo que esperaba por la descripción…
Si habéis estado, sabéis que no es un sitio barato. Antes era bastante novedoso, pero ahora con todos los sitios nuevos que han surgido que siguen la tendencia bio/​healthy, deberían arreglar un poco la carta de comidas/​cenas y ajustar un pelín los precios, creo yo.
En cualquier caso, volveré para desayunar ¡ y comprobar por mí misma lo que he comentado arriba!

La comida de otras mesas muy buena pinta. Pero el servicio no eche amable, sirvieron 4 mesas que llegaron con posterioridad. Me levanto y hablo con el encargado por si se habían despistado. Me manda a la mesa y me trae la tostada fría y ni un lo siento. El servicio pésimo

Servicio lento y descoordinado, caro para lo que ofrece. El local parece sofisticado y chic pero al final comimos a medias por la descoordinación al servir los cafés y la comida.

Siempre me ha gustado mucho esa cadena. El ambiente es agradable, los camareros atentos y cualquier cosa que haya en la carta está buena. Recomiendo el pan con tomate y aceite… Es un pan tumaca un poco a la francesa, con pan integral. Muy rico. La limonada con hierbabuena me decepcionó un poco, pero el café está delicioso y tengo entendido que los chocolates calientes también.

Es un lugar que me gusta mucho para desayunar, el pan, mermeladas y zumos están muy ricos. Los dulces que tiene también están muy buenos. La última ves que fui nos atendió una chica que estaba un poco perdida no se si era nueva pero le faltaba un poco, pero esto no quita que siempre quiera volver.

Sinceramente perfecto Productos ecológicos, hacía mucho tiempo que esperaba encontrar un lugar para «comer como en casa» nunca mejor dicho! Si eres amante del iogur (de verdad) granola (para acomapañar) excelente surtido de bollería y panes con todo tipo de cereales, texturas y aromas que nos recuerdan el verdadero orígen de los alimentos más cotidianos y a la vez más industrializados en la mayoría de las cafeterías.
Leche se soja para el café, para mí le doy las 5 estrellazas y porque no hay más!!! La calidad excelente, he probado varias y cuesta encontrar la buena (en el súper, imagina en los bares!) Por lo demás bebidas todas naturales, frías calientes adecuadas para toda ocasión. No pude degustar todo, pero sólo de pensarlo… Voy a buscar uno en barcelona!!!

Me encanta este sitio por lo tranquilo que es y sobre todo por la calidad de su repostería. La cafetería es muy agradable y tienen un chocolate caliente belga que es una delicia. Te ponen un tazón con la leche y el chocolate concentrado en una jarrita al lado para que lo tomes con la intensidad que más te guste.
Para los no-​amantes del chocolate recomiendo encarecidamente la limonada con hierbabuena. Es un refresco preparado en el momento por ellos con azúcar moreno, y hierbabuena y sabe como a mojito sin alcohol. ¡Es lo más!

Esta panadería ecológica es un sitio perfecto para un capricho a la hora de desayunar, en el brunch o a media tarde.
La decoración del lugar es tan delicada y cuidada como los productos que sirven. Las mesitas de madera y la vajilla de loza parecen transportarte a algún rincón de la campiña francesa, y los pequeños detalles, como las cartas colocadas sobre cortes de pan de hogaza, me parecen simplemente espectaculares.
Lo mejor de todo es que la calidad de los productos que ofrecen no se queda atrás. Aquí he probado yogures naturales buenísimos, con trozos de fruta de temporada que sabían a gloria, o croissants con jamón y queso acompañados de tres mostazas, con un hojaldre que se deshace en láminas finísimas al cortarlo que me volvió muy loca. Por no hablar de su especialidad, los panes. Merece la pena pedir una cestita de degustación, que sirven acompañada de aceites ecológicos, mermeladas y chocolate fundido del que mejor dejo de hablar, porque se me hace la boca agua.
Si bien es cierto que el precio se sale un poco del estándar de Madrid, realmente el nivel de calidad compensa la diferencia, convirtiéndolo en un gran sitio para un día en el que se quiera hacer algo especial.

Cuando vivía en Londres iba bastante a las tiendas de Le Pain Quotidien porque me gustaba mucho el café que hacían y nunca cobraban extra por la leche de soja. Además los precios no estaban mal, en la línea del resto de cafés y bakeries de este estilo. Sin embargo, aquí en Madrid los precios son tan caros como para pensarse mucho venir. Los productos son prácticamente los mismos que en Londres pero todo cuesta bastante más caro (cosas por las que allí pagaba £1 o £2 aquí salen por 3 – 4 €).
Todo lo que he probado aquí me ha parecido siempre súper rico, eso sí, y los desayunos con la cesta de panes son deliciosos. También es de los pocos sitios donde tienen scones (de avena, en este caso). Pero hay otros cafés independientes en Madrid donde hacen ellos mismos el pan y preparan cosas riquísimas que no tienen nada que envidiarles (con mejor relación calidad-​precio), así que en general prefiero gastar mi dinero allí.
Es una buena opción si no hay nada similar cerca.

Excelente lugar para desayunar con productos de mucha calidad, por suerte ya han mejorado el servicio que hace unos meces era lamentable (meseros muy desagradables). Hoy es lejos una de las mejores opciones para tomar un brunch espectacular.

Quizás si hubiera escrito este comentario hace 3 meses le daría 4 estrellas sin pensarlo, es un buen sitio, buena comida, mejores cafés y el cacao para huntar que te dan es una delicia, sin embargo y como apuntan algunos comentarios es un pelin caro y vas descubriendo con el tiempo lugares mejores para desayunar.
Que nada de esto te disuada de acercarte cualquier día, merece la pena !!!

Had amazing breakfast here. Everything was so good. I had one of the best Benedict here. And definitely get the bread.

This chain is a bit different from the quirky neighborhood spots found nestled around Malasaña. Instead, you get an airy and chic looking restaurant with a nice bakery in front and a rustic dining area in the back. After traveling to Paris, I fell in love with the French food and wanted a taste of that in Madrid so stumbled into here for some brunch.
Their menu offers a lot of food that you cannot find all over the city– different salads, lighter options, and of course, different types of delicious breads with their jellies and spreads. From the quiche to eggs benedict, I have never been disappointed with the food. Unfortunately, the biggest disappointment comes with the service.
Each time I have come I felt neglected and like I was fighting to get the workers attention. The food makes you want to come back but after the last time when my relaxing breakfast rendezvous turned into a bitter affair thanks to the service, I am not certain I will ever go back again. At least to this location.

This café & bakery is eye-​catching. If you catch a glance while strolling along Fuencarral you know what I’m talking about: it’s woodsy, or rather, rustic looking, but in a cozy French bakery way (though it’s origins are Belgian) and not in the tavern with medieval light fixtures and straw on the floor way. The large window view invites you to take in the bakery delights offered for take-​away, breakfast, lunch or a comforting late afternoon snack. And what I’m talking about here are gorgeous breads, cakes and pastries made on the premises and with mostly organic ingredients.
Breakfast happens to be my favorite meal. I love to start my day with something wholesome, delicious and substantial. So you can imagine my sheer delight when I discovered this place. The menu makes me swoon. Aside from the great bakery selections (croissants, chocolate pastries, scones, grainy bread rolls served with various jams), I could also opt to start my day with one of my absolute favorites: a belgian waffle with fruit! And I’m happy to report, having tried all of the options along with a piping hot, frothy cappuccino, it’s all good. The oatmeal scones and fresh breads being particularly good.
Then, there’s lunch. I’m a big salad eater so menu offerings are right up my alley. There are roughly 4 – 5 salads to choose from, and I’ve had several of them and they are good. The stand-​out salad, in my opinion, is the Mediterranean salad. I was about to order one solo the other day when the friendly waiter recommended the lunch special where I could choose from a first course, like gazpacho, and one of the salads as the second. Which absolutely turned out to be the better deal: gazpacho with all the extra toppings, a huge delicious salad, bread, a drink and coffee or tea. The average «menu» is reasonably priced considering portions and quality at 13 Eur. Had I just ordered the salad, that alone would have cost me about 12 Eur, so the special is definitely the way to go.
Their menu also includes sandwiches (on their awesome bread), a variety of soups, lentils, humous, and other healthy and scrumptious options. The dining area is nicely lit, with plenty of solid wood tables for any size party. I’ve been to the 3 locations in Madrid and the on Fuencarral has the best service, without a doubt.

Nunca he desayunado ahí por el tema de entrar a trabajar pronto y levantarme con la hora pegada al culo, pero si que paso de vez en cuando a comprarme un croissant de mantequilla. Deliciosos, aunque un pelin caros. Hay mejores desyaunos en esta ciudad.
Eso sí, la limonada con hierbabuena está muy muy rica. Pero también muy muy muy cara.

¡No em puede gustar más!
Antes de visitarlo una compañera me dio a probar uno de sus deliciosos croissants, con ese toque de mantequilla… ¡Y me enamoró!
Así que cuando he ido (ya van varias veces, claro) ya no sé ni qué pedir: ¡todo me gusta! Su hojaldre con chocolate, buenísimo, la limonada (sea de limón o cualquier otra furta) igualmente deliciosa… Lo cierto es que siempre tengo ganas de probar alguno de sus platos salados, como las sopas del día, pero siempre voy en la hora de la merienda.
Por cierto, la idea de la mesa central es genial para grupos e incluso para conocer gente. En el recién inaugurado local de la Calle Serrano la tienen inmensa en una de sus estancias.

La decoración, que se puede ver a través del cristal antes de entrar, llama la atención desde el principio. Todo el mobiliario es de madera muy clarita y las paredes de un color también claro… dan un aspecto de espacio abierto a la vez que peculiar. Me recuerda a una cafetería que solía ir en la zona de Temple Bar, en Dublin, la cual tiene una mesa comunitaria, como aquí, en la que te puedes sentar, leer el periódico o charlar con el de al lado… sin molestar claro.
Nada más entrar se ven las vitrinas llenas de productos, muchos de ellos delicatessen… como mermeladas, hogazas o panes orgánicos. Toda la colocación esta muy cuidada. En resumen, tiene aspecto de panadería tradicional con el añadido de que se puede desayunar, comer y cenar de una forma muy sana.

Le pain quotidiene es sin duda una referencia de buen pan en Madrid. Le Pain Quotidien es una mezcla de panadería, pastelería y restaurante donde vamos a encontrar un ambiente muy cálido y acogedor donde degustar diferentes tipos de platos de muy buena calidad.
Le Pain Quotidien nace de la idea de Alain Coumont, un joven belga que intentaba encontrar el tipo de pan que cocinaba su abuela todos los domingos: un pan con una rebanada firme y una buena corteza.
Y solo con esto ya me atrajo este lugar, pues me gustan los lugares con historia propia, sobre todo si es una historia de búsqueda y superación como es las de Alain coumont, que tras trabajar un tiempo como chef en bruselas sin poder ecnotrar ese ansiado pan de su infancia, decide abrir una pequeña panadería a la que llama le pain quotidiane, donde conseguir por fin elaborar un pan lo mas parecido posible al que tantos recuerdos le traía a la mente.
Y con esta bonita historia encontramos en pleno corazón de Madrid, la gran vía, una de estas tiendas, con su mezcla entre panadería, pastelería y restaurante, yq eu guarda la filosofía que predomina en todos sus locales, la de utilizar productos ecológicos y naturales.
Un buen ejemplo es una propuesta que ellos llaman la mesa común, que es una mesa elaborada con madera recuperada, por lo que ningún árbol se tuvo que talar para construirla, y donde los clientes pueden disfrutar acompañados de quien se que se les siente al lado de los productos que le pan quotidiane les ofrece,
La decoración sigue esa idea rústica y campestre. La madera y el ladrillo visto en paredes e incluso techos, dan un toque muy acogedor al lugar, que queda complementado con una luz muy cálida y suave.

Solo con pasar cerca de esta panadería te entrarán unas ganas irresistibles de entrar a comprar uno de sus deliciosos productos como los tartines o cualquier variedad de pan que tienen.
El establecimiento está decorado de una forma bastante rústica que se asemeja a la campiña francesa. He ido alguna que otra vez a desayunar y aunque es un poco caro, me doy el capricho de vez en cuando ya que el ambiente es muy acogedor.