Antes estaban tres números por delante, pero se ve que los chicos de Alce se han cansado un poco de ese pasillo larguísimo que conducía a los probadores, y se han decidido a marcharse a una tienda más diáfana, mucho más amplia y con el doble de escaparates. Yo diría que han salido ganando con el cambio, porque la verdad es que esta tienda es mucho más luminosa. Sin embargo, en esencia, la tienda tampoco ha cambiado en exceso. Siguen teniendo ropa cuidadosamente escogida, a veces de marcas algo complicadas de encontrar en otras tiendas, pero siempre estupenda. Ellos son muy simpáticos y te atienden siempre fenomenal, lo que siempre añade un plus a la experiencia de compra. Yo voy mucho a comprar allí cuando necesito ropa, aunque la realidad es que la última vez les visité para un regalo, y triunfé como la Coca-Cola.