Una de las cosas que me gustan de esta clínica es que hay internet en la sala de espera. También hay una librería con novelas y ensayos interesantes, revistas de todo tipo y unos sofas muy cómodos. A veces allí me olvido de que estoy en el dentista, sentada en esos grandes muebles, con la librería antigua y los techos altos, es exacto a lo que siento en la biblioteca una tarde de esas en las que apetece concentrarse en las líneas de la imaginación de algún escritor. El equipo que trabaja es gente joven y responsable y las instalaciones son buenas y están muy limpias. Ofrecen servicio de urgencia las 24 horas y todo el año y en su sección de noticias puede apreciarse que el equipo está en continua formación, además de asistir y dar conferencias entorno al mundo de la salud bucal.