Como chilango expatriado, tengo la mala costumbre de esperar que haya lugares abiertas para comer a «deshoras», como diría mi madre; es decir, la clásica taquería para finalizar una noche de fiesta o nomás pasar a echarle fruta a la piñata. Por obvias razones, el no comer carne roja suele limitarme bastante las…