Mont Helados es una heladería típica rosarina, que hace algunos años adoptó este nuevo nombre pero que es más reconocida como La Montevideana. Me dijeron que tuvieron alguna problema con la denominación y por eso tuvieron que cambiarla, lo cual no creo les haya resultado muy beneficioso ya que si antiguo nombre era muy reconocido y valorado por su excelente calidad. Los helados siguen siendo muy ricos y cremosos. Uno de los mejores de la ciudad(por algo Rosario es la capital nacional del helado!!). Se nota que son elaborados artesanalmente y con cuidadosos productos ya que no tienen ese gusto artificial como otros. Además de helado por kilo, o en vasitos o cucuruchos, en Mont Helado encontrás variedad de productos helados, por ejemplo, alfajores, palitos bombón, palitos de agua, bombón suizo y escocés, y variedad de postres y tortas heladas. Son los mismos fabricantes de la línea de helados Com Com, que tiene helados de una calidad un poco inferior pero a un excelente precio, que son muy conocidos porque los venden los heladeros que pasan por la calle. ¿Quién no ha comprado alguna vez un palito bombón o de agua al heladero ambulante que pasaba gritando por la calle? Si bien esta costumbre se fue perdiendo con el tiempo, en algunos barrios de la ciudad todavía es normal que en verano pase el heladero gritando: heladoooo heladoooooo!!! y en invierno el infaltable churrero ofreciendo bolas de fraile o tortas fritas!
Daniela A.
Tu valoración: 4 Rosario, Argentina
Una de las mejores cremas heladas de la ciudad, en la capital del helado, rosario se luce!, mont es de mis preferidos, especialmente con las copas que prepara estilo macedonia!!! Realmente es recomendable estos helados y si tenes que llevar a una casa de postre ni dudes las tortas heladas! vas a quedar como un rey!!! o reina!!! Del gusto que busques hasta los llamados gourmet se encuentran en Mont, solo hay que animarse a despertar los sentidos del gusto y probar todo lo que esta a la vista!!! Quien se puede negar a un buen helado, nadie! y más si están muy pero muy buenos!!! Una buena opción como salida o para merienda de la tarde también puede ser darse una vueltita por la heladería, ese es otro de los paseos que nadie se pierde
Sofía M.
Tu valoración: 4 Rosario, Argentina
Mont es una heladería ubicada en zona oeste, frente a las llamadas Cuatro Plazas, a media cuadra de Mendoza y Av. Pcias. Unidas. Paso al menos una vez a la semana camino a mi trabajo de verano y siempre, siempre, haga calor o llueva, está lleno de gente. Quizás sea por los precios de los helados(el kilo sale $ 90, algo que ya casi no se ve en ninguna heladería artesanal), por la calidad de sus cremas(Mont es parte del grupo de La Montevideana, después de todo) o porque es parte del espíritu del barrio, salir los domingos a compartir un helado en familia. Los chicos que atienden son muy simpáticos y siempre tienen la mejor onda. El lugar es muy familiar y se llena de chicos, por eso los fines de semana arman un castillo inflable en la esquina para que los más pequeñines jueguen mientras el resto disfruta de su helado. ¿Los mejores sabores? Va a sonar tradicional, pero la frutilla a la crema y los chocolates. Para mí, la cremosidad justa.
Rocío E.
Tu valoración: 3 Rosario, Argentina
Y después de una dulce tarde de plaza, un broche de helado es lo mejor. Cuántos paseantes hacemos este trayecto: arena, tobogán, hamacas, helado. Y no podía haber una heladería más acertada que ésta para despedirse de la tarde: Mont. La heladería está pegada a la esquina, y el sector mesas de la vereda está protegido por barandales de hierro. Adentro, un grupo de personas atiende con toda la simpatía. La heladería es un golazo porque los helados son ricos, cremosos, y por los precios, sobre todo por los precios, ya que hay helados en palito, que son los más baratos, y helados de bocha desde los $ 20. Hoy fui por primera vez, y me senté bajo una sombrilla, en la vereda. Ocurrió algo singular: a la primer gotita de helado que se me derramó sobre la mesa, un señor, el mismo que me había abierto la puerta con tanta prestancia, apareció desde atrás mío con un trapo amarillo. –Le limpio acá, así está más cómoda– me dijo. –Ah, pero mirá que esto se me cayó a mí– le dije pensando que el pensaba que mi mesa estaba sucia de antes. –No importa, no importa– me dijo, y explicó –el helado se cae por la diferencia de temperatura con la mesa. Al rato, volvió y limpió de nuevo, cosa que ya me resultó un toque bizarra, aunque no dejó de ponerle color a la consumición. Me pregunto si esperaba que le dé propina.