Belfast Beer & Food

Belfast no llama la atención desde la calle, no está bien iluminado ni tiene carteles en la calle, caminando apurado por la vereda me lo salteé y tuve que volver sobre mis pasos.
Pasemos al tema que nos atañe: las cervezas. Me gustaron todas las que estaban ofrecidas en el 2×1, me parecieron de muy buena calidad, mejor por ejemplo que las de Fenicia (que para mí, según la época, son a veces aguachentas). De todas maneras hubo opiniones dispares, a algunos de mis amigos les parecieron demasiadas amargas, que para mí no es un problema porque me gustan las cervezas fuertes.
Con respecto a la comida, me pedí la hamburguesa BAICON (sic) que estoy casi seguro de que era Paty o similar, no parecía casera. Sí es para aplaudir la panceta, abundante y de excelente sabor.
A la mañana siguiente volvieron a haber opiniones dispares: yo me levanté sin dolor de cabeza (tomé 4 pintas) pero dos de mis amigos se quejaron de tener resaca debido a la cerveza.
La atención fue para destacar: tanto la chica como el chico que atendían fueron muy amables, nos ayudaron a elegir y explicaron claramente de qué se trataba cada cerveza.

Justo en frente al imponente verde del Parque España, entre las calles Corrientes y Entre Ríos, existe un local que en muy poco tiempo supo ser una óptica (que cerró), y luego un bar que vendía comida estrambotica sin ganas, y también (merecidamente) cerró.
Hoy en día, hace poco más de un mes, milita en la zona Belfast. Una cervecería que parece estar cortando con la mala racha y vibras negativas del resinto (que a mi manera de ver las cosas, se la estaría dando el inservible arbolito que tienen justo en la entrada porque lo tapa por completo, dándole oscuridad de noche y sombra de día).
Realmente, sus dueños jóvenes, cada vez con más pilas, le van poniendo un buen tinte. Venden cerveza artesanal, ofertan muchas cosas en sus pizarras, pasan partidos de fútbol, y música cálida. Este aparente bar irlandés ofrece un buen ambiente para todos aquellos que quieran tomar una cerveza a las media noche.
Esperemos que con el correr del tiempo sigan aumentando sus buenas expectativas, y puedan resistir a la maldición de la cuadra. Por el momento, son 3 estrellas a un bar que parece tener un buen y mejor futuro.

Pobrecito este bar que recién abre y no saben que ese local tiene una maldición, yo si se porque soy vecino, NADA FUNCIONA NUNCA. Porque la verdad que está medio escondido entre los árboles y no es muy luminosa la vereda, y es el frente de unas canchas de fútbol y un gimnasio que me parece que le absorben la presencia. Y además el parque en frente le compite con tres bares. Pobres en serio ojalá que les vaya bien.
Parece al menos que tienen con qué pelear, porque venden cerveza artesanal que aunque probé una sola no me defraudó en lo más mínimo, al contrario. Comí maní nomás pero la carta tenía una lista interesante y los precios no eran sorprendentes, ni para bien, ni para mal. Poca gente y música linda, tranqui para hablar. Le falta un poco de ganas para mí.
En cuanto a la decoración y ambientación del lugar, pretende un estilo irlandés medio sobrio que NO seríà la manera de hacerle frente a la maldición de la que les hablo. Pero bueno, le ponemos fichas porque dicen tener una terraza hermosa próxima a inaugurar, veremos.

Tiene aproximadamente un mes desde su inauguración pero claramente ya promete. Tiene con qué. Como su nombre lo indica, este bar hace referencia a todo lo referido con la cultura irlandesa, en especial sus buenas cervezas artesanales de gran calidad local y una amplia gama de platos y bebidas varias en su carta. Su ubicación lo favorece: está emplazado a unos veinte metros del parque España, uno de los más codiciados y paseados por autóctonos y turistas. En unas pocas semanas el local va a ampliar su oferta mostrando su amplia terraza con vista al río. La atención de sus dueños es correctísima y la música, como en la mayoría de estos lugares, no falla. Un repertorio amplio y variado que acompaña toda charla y juntada entre amigos. Sus precios son, por así decirlo, comunes y corrientes. No hay que dejar pasar la cerveza artesanal que ofrecen, en todas sus variedades. A pesar de su juventud y su (por ahora) poco conocimiento en el medio local, Belfast es un gran exponente de bares temáticos en la jungla rosarina.