Starbucks

Qué se puede decir de Starbucks? Todos tenemos una opinión formada sobre esta cadena de locales. Lo que puedo agregar es lo siguiente:
Si venís de un día de caminar por el barrio chino, con bolsas de boludeces que compraste en los negocios y supermercados, y tenés ganas de sentarte un rato en un lugar con aire acondicionado a tomar algo fresco o caliente sin que nadie te moleste, es una gran opción. Si no te gusta el café de Starbucks, siempre hay té (caliente y frío), chocolate caliente, y algunos jugos. Es un local limpio, el baño está muy bien cuidado, hay sillones, enchufes y wifi. Es un local chico, por lo que asumo que los días que el barrio chino está muy lleno debe ser más difícil conseguir lugar.
Los chicos que atienden fueron muy copados y los productos son los de cualquier starbucks.

Un starbucks de buen tamaño ideal para refugiarse del calor. Tiene un par de sillones con mesas bajas, mesas comunes para sentarse con la notebook y mesas afuera.
Mis favoritos son el frappuccino de frambuesa y el dulce de leche cream.

No les voy a mentir, no me vuelve loca el café de Starbucks pero en este caso el todo vale más que la suma de las partes: café, ambiente, comodidad, wifi, budines de limón y los etc que ya que todos conocemos de esta famosa cadena, le dan éxito y motivo a ir.
Esta sucursal queda muy cerca de mi casa por lo que en más de una oportunidad paso por un café to-​go para cuando estoy apurada y en ayunas.
La zona es muy buena, es un polo de oficinas que cada vez está creciendo más por lo que muy oportuno que haya un Starbucks.
Si llegaste a este Starbucks sabé que estás muy cerca del barrio chino. Pégate una vuelta, con café en mano.
Otro punto a favor es la cercanía con la facultad UBA, muchos estudiantes con maquetas en las mesas múltiples, gran punto de encuentro ya sea con amigas o de estudio. Oportunísima sucursal.

Creo que a los que nos gusta el café nos pasa lo mismo con este tipo de cadenas. La facilidad de paso, lo pido y me voy hace que sea una opción a la hora de desayunar.
Es uno de los nuevos locales en la zona y esta muy bien en cuanto a ubicación. Tiene mesitas al aire libre así que en días de sol es lo mejor.
Es bastante ruidoso y mas en horarios de salida de colegios.
Entre mis preferidos a la hora de comer elijo el scon de cuatro quesos o el muffin de chocolate tibio… Siii pediles que lo calienten un poco y entonces las chispas de chocolate se derriten y queda tipo volcán.
Otro tip es si tenés tarjeta del banco Galicia te hacen descuento hasta las 11am.
También tienen promos de combos como capuccino con medialunas o alguno especial de la semana.

¿Por qué Starbucks? No sé. Es una de las grandes contradicciones de mi vida, adorar el café y adorar Starbucks. Porque, seamos sinceros, en Starbucks venden cualquier cosa menos café. Y si vamos a Starbucks, hacemos cualquier cosa menos cumplir el ritual porteño del café: gesticular para pedirlo, gesticular para tomarlo y gesticular para pagarlo.
Este Starbucks probablemente me guste porque está a dos cuadras de mi casa y cuando me tiento con un roll de canela a la mañana, me acerco a comprarlo con el buzo más roñoso y las zapatillas más rotas que tenga y. no, no me molesta. Lo inauguraron hace –relativamente– poco, de la mano de la proliferación de Starbucks en toda la ciudad. Es amplio y, por ser nuevo, todavía los sillones no tienen olor a usado, ni los tapizados están deshilachados ni las mesas rayadas con biromes o llaves.
Al tener pocas mesas y todas muy amplias con muchas sillas, no suele ponerse demasiado barullero como puede pasar en otras sucursales más pequeñas y apiñadas. Sillas afuera, una mesa alta adentro para cuando se acabaron los sillones, no se llena nunca del todo salvo por el horario de salida escolar, alrededor de las 4 de la tarde. Por el resto, al mediodía aparecen oficinistas y médicos del Fleni, pero muchos prefieren el café de enfrente, este sí tradicionalísimo.
¿Tengo que hacer una apología de Starbucks? Pues no. Estoy más que segura de que cada uno tiene la opinión más que formada sobre este lugar. Yo solo recomiendo el de Olazábal porque me siento como en casa cada vez que voy. Y porque en casa me encantaría tener esos ventanales.