La Panadería de Pablo

Lindo lugar, buen atención, comida normal, precios un poco altos (respecto a calidad).
El desayuno americano vino con huevos sin panceta, el café estaba bien lo mismo que el jugo de naranja pero para desayunar no hay opciones muy elaboradas como para ver la mano del cheff o justificar el precio.

Ricos platos. No son para compartir. Buena atención. Generalmente el plato del día es la mejor recomendación. Entradas muy sabrosas y postres exquisitos. Sumamente recomendable.

Lugar hermoso, la atención Bárbara y la comida riquísima como era de esperar. El mejor aperitivo cinar con pomelo lo tome ahí. Súper recomendable pero los precios son elevados.

Fuimos a almorzar por el bafoodweek, para conocer una de las cocinas con renombre en capital federal (palo massey).
La verdad que fue deprimente, desde el personal que atiende hasta la comida seca, sin sabor y poco original.
Pedimos una sopa de calabaza con jengibre que tenía en su interior una espina de pescado. La camarera nos preguntó si estábamos seguros que era correcto lo que decíamos, una desubicada.
Luego el matambre de cerdo estaba muy seco como los vegetales que acompañaban, se notaba que había sido producido en cantidad sin tener en cuenta la calidad de su producto.
Que lastima que hayan Chefs que ponen su nombre para realizar algo netamente comercial y no tengan control sobre sus productos.

¿La verdad la verdad? Mucho ruido y pocas nueces. Tenía expectativas muy altas de este lugar, que fueron bajando con el tiempo y finalmente cayeron bastante bajo cuando mi papá, luego de una cena, me hablo mal de la atención (la moza se auto-​adjudicó la propina y hubo problemas a la hora de pedir la factura) y de la cantidad de olor a aceite refrito que había en el lugar. A pesar de esta advertencia, y con ganas de experimentar por mí misma (ya estoy grande como para seguir todos los consejos de papi) me tomé el bondi a San Telmo un domingo a la tarde con muchas ganas de brunchear.
El lugar es amplio y lindo. Desentonan, para mi gusto, los televisores. Lo afean, pero es solo mi criterio. Pasamos al final del local y decidimos sentarnos en el patio, cerca de la barra, porque vimos que tenía ventiladores. La verdad es que el patio está bastante lindo, todo lo fresco que puede estar una tarde de verano (magia no hay pero estaba ok); tiene macetitas con distintos plantines aromáticos, una barra y unas 5 o 6 mesas de aproximadamente 4 personas cada una. Pero (por qué no oíste a tu padre, Florencia) por momentos venían unas ráfagas de aceite quemado que medio me asqueaban.
La atención de la moza que me tocó a mí fue muy buena; me recomendó un trago muy rico (el frozen de maracuyá, sin alcohol) y se mantuvo muy atenta durante todo el almuerzo. También nos recomendó las cantidades a pedir de cada cosa, y no le erró.
Para empezar a picar te traen una panera con tres o cuatro variedades de pan, muy ricos todos excepto el negro que no decía nada distinto a cualquier otro pan negro de cantina de barrio y que no le hacía honores al nombre del restaurant. Para brunchear pedimos unas empanadas (ricas, con picante aparte –por suerte, porque era mucho), unos huevos benedictos, una fritata de queso de cabra y una ensalada de camarones. Los huevos, ricos, pero no estaban en el punto que debe tener un huevo benedicto. Estaban pasados, y eso te arruina el plato, porque lo convierte en algo totalmente distinto a lo que pediste. La fritata de queso de cabra resultó ser un omelette de cualquier tipo de queso menos el anunciado. Si había una sola feta de queso de cabra ahí, me ofrezco a ir y pagarle la cuenta a todos los comensales un sábado a la noche con el local lleno. Este queso se nota, es invasivo, si no lo percibís es porque no está. Ni un dejo de sabor a queso de cabra. Imperdonable. La ensalada buena, estuvo bien.
En fin: de 4 cosas que probamos, dos estuvieron bien, dos estuvieron mal. Para un lugar que te cobra precios de restaurant 5 estrellas, yo prefiero no volver.

Fui en horario de merienda (domingo a las 5 de la tarde) y así como entré, salí. La «carta» es una sola hoja que ofrece café, brownie, cookies y medialunas. Tristisimo, un buffet de egresados tiene mas variedad. Al ser una panadería y habiendo leído críticas positivas en su mayoría, debo decir que es una gran decepción. Desconozco si en horario de almuerzo/​cena ofrecen más variedad, pero la mala experiencia me saca las ganas de darle otra chance.

Las dos estrellas son: atención y limonada frozen.
Tenía muchas expectativas y no se cumplió casi ninguna. Llegamos 17 horas de un sábado, la carta MUY acotada. Cuatro meriendas básicas, ⁵⁄₆ opciones de pastelería, 5 de café.
Elegimos la opción con panceta y la otra con ensalada de frutas. La primera opción era puro huevo, 2 tiras de panceta y una sola tostada fina y dura.
La otra opción, el yogur y grabó la ricos, las frutas de la ensalada no eran del día. Estaban pasadas, al igual que el jugo de naranja.
Una de las meriendas las pedimos con té, esperamos que traigan la carta con los té en hebras o al menos preguntaran, pero trajeron directo té negro.
Agregamos al menú dos limonadas frozen. Excelentes. Volvería sólo para tomarlas.
Aceptan tarjetas y tienen un espacio al aire libre al fondo.

Debo actualizar la Reseña. (fui hace 2 años)
Estaba descansando en el centro Sabia que tenia que conocer el Lugar porque sentia que estaba Bueno. No me equivoque!
Llego y me recibieron muy gentilmente. lo cual es clave!
En ese momento estaba vacio, cosa que me gusta mas… tambien tiene un patio que se ve lindo.
Pido una Limonada. excelente muy rica! para comer habia pedido una tortilla de papa española, con chorizo colorado. una locura
Mientras como el Salon empieza a llenarse pido la cuenta y me fui.
El rato que estuve la pase bien. No se como es ir en grupo o en pareja con el Salon lleno!

Un lugar muy lindo y bien ambientado con buena atención. Fui tres veces, esta última me pedí una ensalada de langostinos, estaba mediocre y algunas hojas de lechuga estaban achicharradas. Supongo que lo mejor deben ser los sandwiches porque el pan es rico y tienen pinta, el menú del brunch es anecdótico. Los huevos revueltos con panceta son desabridos y escasos.
Es excesivamente caro para lo que ofrece. Hay muchos lugares en buenos aires que se come mejor por ese precio y menos también. No lo recomiendo y probablemente sea la ultima vez que vaya.

Fui con mi novia a cenar, en el marco de la BA Food Week. El lugar estaba lleno de gente como era de esperarse, pero pudimos conseguir una mesa rápidamente.
El local es espacioso y bien ambientado. Tiene un patio al fondo que está bueno por si uno va a desayunar o para el brunch.
Ambos pedimos una entrada de un mini bife de lomo con una salsa que era una reducción con oporto y panceta que estaba muy bien.
El plato principal fue para mí unos ravioles de salmón con salsa de manteca con salvia. Muy suave y no era para nada pesado. Me gustó mucho. Para mi novia fue un ojo de bife con otra salsa que no recuerdo.
El postre fue una mousse de chocolate amargo exquisita, con una porción ideal para no reventar luego de tanta comida. Las porciones son correctas particularmente si uno pide entrada y luego plato principal.
Los precios creo que son acordes al lugar, y la calidad es muy buena. Lo recomiendo.

Okay restaurant in a lively neighbourhood. I had high expectations after reading its review in the Lonely Planet and especially after seeing it in the WallPaper but we were disappointed. It reminded me of the chains such as Va Piano or Jamie’s Italian (for European experts :)). The atmosphere was nice but a bit noisy and having TVs on the walls really does not fit with the style. We wanted to eat something light and ordered a salad and a vegetarian sandwich but it wasn’t light at all. It was fine for lunch but nothing special!

Fuimos a almorzar hace unas semanas y la verdad que no esta tan mal como leí.
Pedimos el menú del del día que es una entrada, plato principal y postre. Yo me pedí de entrada una especie de bomba de espinaca, muy rica, después el pastel de papa que, la verdad, estaba para comerse una bandeja entera. Buenísimo. De postre pedí el panqueque caramelizado que parecía pequeño pero con todo lo que había comido no pude terminar.
La atención es blah, atienden bien pero no son súper esmeradas.
La parte de afuera es linda y tiene esos tubos que dan calor, ideal para los días fríos.
El café es horrible. Pero los budines son generosos.
El precio esta acorde a la zona, se puede comer más barato? Seguro, pero también se puede comer menos y más caro en es zona.
Esta lindo y volveré por el pastel de papas.

Reseño merienda. Me debo ir a almorzar y/​o cenar. Con esto quiero decir que se que no estoy viendo todo el bosque. Más que nada por los precios que vi. Para el servicio de café/​merienda no son elevados. Merendamos sencillo y muy rico: café con leche, medialunas rellenas, scons con queso y dulce. La atención fue muy buena. El lugar es entre retro y minimalista. Muy agradable. Se presta para pasar un momento relajado, de charla. Seguramente vuelva (a merendar, no se en otros momentos) porque por la zona aún no encontré otro lugar así o mejor, más que nada por el espacio.

Our experience at this restaurant went awry almost from the moment the door was opened by the hostess. Although there were several open booths on a slightly cool day, she insisted that we had to eat on the patio because the booths were reserved for four people. As soon as we sat down those booths were filled with couples. She clearly communicated that she did not really care about our desires, comfort, or our positive experience of la panaderia. Our waiter Carlos apologized for not having an English menu although it was not necessary. The bread that arrived in a basket was fairly tasty. The food, when it arrived, was excessively portioned and at best, mediocre. Although there were lots of Argentinians there, it is sad to see the local corner cafés being forsaken for a sterile efforts such as this. While in Buenos Aires we ate at several corner café’s that were much better than this, with food that was portioned for what you needed, not necessarily what you wanted and was extremely tasty with highly attentive elegant service. One of the questions that I asked while I was here was whether any of these waiters would still be doing this when they were 35 or 40 years old, like those at the corner cafes. If you are visiting Buenos Aires, come here if you would like, and if your expectations are low, you will not be disappointed. Otherwise, just catch an authentic corner café and enjoy it.

Un lugar que se define como panadería y te sirven como tostadas unos panes que dan penita, ya te mal predispone con respecto al resto. Fui a tomar la merienda con una amiga, porque pensamos en un lindo lugar en San Telmo y la reputación de Massey nos llevó hasta allí. El lugar es precioso: muy moderno, los boxes son comodísimos. La atención fue regular, tirando a descuidada, me dió la sensación que molestáramos en una tarde tranquila para los empleados. Pedí una «merienda» de las que ofrecen en la carta con café con leche, tostadas y jugo, nada que se destaque especialmente, tampoco es caro para escandalizarse, pero como diría tu profesora del colegio «esperaba más».

Muy cool. Muy lindo. Muy caro. El resumen Unilocal de la jornada.
La verdad es que todos se zarpan de amables y le ponen muchísima onda. No es mi estilo y sé que eso impide que sea imparcial, pero la comida escasea en el plato (aunque es riquísima).
La cocina abierta (de la cual no sale ni un solo olor, no sé como lo hacen) trabaja a full. Y como siempre digo, qué tranquilidad me da ver a la gente trabajar con la comida.
Algo que les puede pasar desapercibido, es que en la barra tienen una pequeña pero excelente selección de whiskies para degustar. Es el cierre ideal para una salida o un after del microcentro. No volvería, pero le reconozco que es muy buena. Merece que se la conozca.

El lugar es re poco San Telmo. Entras y estas de nuevo en Palermo.
Fuimos un Domingo a almorzar re tarde y como opción para un post sábado de rotura es genial. Te levantaste re tarde y necesitas comer bien, y sabes que se hicieron las 15, y ya tus opciones de comida se redujeron en un 70%, acá pude almorzar super bien a las 16.
Era un menú de 3 pasos, entrada, principal y postre. No era mega abundante, pero si anduviste de joda el dia anterior, comés por el rehab. Sabroso era y había 2 o 3 opciones para cada plato.
Me pedi un jugo de pomelo, pero no estaba rico.
Es un toque caro, pero por la hora que era, pase y venga.

Domingo al mediodía. Food week! Defensa expone su famosa feria para turistas y porteños que salen a pasear. Detrás de unos puestos nos encontramos con nuestro lugar: La Panadería del reconocido chef Pablo Massei. Un gran salón con boxes y mesas con manteles cuadrille en blanco y negro. Una reminiscencia neoyorkina que me encanta.
La comida riquísima. El menú del food week no me llamaba ni un poco. Cosas demasiado «elaboradas» para mi gusto del momento. Mejor unas papas doradas con salsa baernesa de entrada, unos huevos revueltos con bacon y una limonada frozen.
Un más: las papas doradas. La calidad de la cocina y los tamaños de los platos.
Un menos: los baños. Muy chicos para la capacidad, feo olor y toallas sin reponer.
La atención estuvo bien. Mucho más para ser un domingo al mediodía lleno de desesperados amantes de la cocina.

Comimos el menú de flavour nights y menú food week. Bueno platos ojo de bife y pollo. La espera fue bastante mala 40 min cada plato entre entrada y plato principal.
Por suerte el ambiente era ameno y la charla fluyó de la mano de unos buenos tragos

This was our first restaurant in Buenos Aires for brunch. We sat outside and it had great music. The service was a little slow but I think that’s typical here. The food was totally on par. Nothing special but did the job.

fuimos por el brunch a ver que onda, teniendo en cuenta el chef dueño del lugar.
El ambiente es simple y muy deli de NY, con cocina abierta a la vista del público.
Nosotros pedimos hash browm con salsichas parrilleras, huevos revueltos, papas doradas y una empanada noa. de tomar, jugo de naranaja y frozen de lima con jengibre y menta. Todo exquisito. La atención buenísima y los precios están bien.
un lindo lugar para tener en cuenta.

De lujo. Así me hicieron sentir desde que me abrieron la puerta para darme la bienvenida hasta que me fui del lugar. Pablo Massey sabe que su nombre está detrás de este restaurante y no ha dejado un solo detalle librado al azar. La decoración es moderna pero agradable, con espacio entre las mesas y una luminaria que cae por encima de los comensales sin estorbar. Tiene un patio para quiénes prefieren evitar el aire acondicionado (soy fan, no me molesta en absoluto) y una barra con botellas de todos los colores que suben hasta el techo y que invita a explorar.
¿Qué podemos decir de los pancitos caseros y el platito con aceite extra virgen de oliva para amenizar la espera? Abrir las manos y hacer la seña: ¡10 puntos! Hay un menú ejecutivo al mediodía que por $ 143 ofrece entrada, plato principal postre (sin bebida). De todos modos me tenté con unos fetuccinis con salsa de limón y langostinos que no entraban en la promoción. Una delicia; excelente calidad. El tamaño está bien para mujeres pero es un tanto escueto para hombres. Maxi, el mesero, nos trató muy bien, siempre atento a lo que necesitábamos. El vino llegó en una mesita pequeña, con balde y hielo; muy práctica para nosotros pero no tanto para una de las camareras que se la llevó puesta. Afortunadamente saltó el agua y no el vino al pantalón de mi viejo.
Al momento del postre llegó un brownie con una vela y un Feliz Cumpleaños escrito en dulce de leche en el plato para alegría de mi hermana que celebraba sus 31 años. Me pareció un gesto de lo más amable. Como fui invitada no alcancé a ver la cuenta pero había varios dígitos; si querés conocerlo sin dejar un riñón podés venir a desayunar un café con leche con dos medialunas por $ 35. Dicen que de noche la magia aumenta, será cuestión de volver.

5 estrellas para cada ítem que ofrece este sitio: servicio/​lugar/​calidad/​decoración/​comida.
Qué bien comí en este sitio y que bien fuímos atendidos!!! Desde que llamamos para hacer la reserva nos atendieron de lujo, y la camarera estaba siempre presente pero sin ser jamás molesta. Cada vez son menos los lugares que te atienden con mozos «de verdad», con vedadera vocación de servicio y saber culinario. Este es uno de esos sitios.
El salón es una cosa fantástica; no podés parar de mirar todos los rincones, no sólo está decorado con muy buen gusto, sino que cada rincón ofrece algo: barra de tragos por acá, panes y aceites de oliva para vender por allá, jardín con más barra de tragos, plantas por aquí…etc.
Han sabido lograr que el sitio (realmente grande pero no con sensación de ser un comedero, al contrario, un espacio más bien exclusivo) sea apto para todo tipo de público, yo fui en pareja pero habían grupos de gente grande, amigos, familias. Tiene varios ambietes y es cómodo y espacioso.
Yo fui un día que una dj ponía música, súper tranqui, chill out. Sinceramente dan ganas de quedarse 7 horas, entrar a comer y quedarse a tomar tragos hasta lo que dé!

Stopped here during our walk thru San Telmo and was pleasantly surprised by how lovely this place was. Had a fantastic Apple crumble and café con Leche. The empanadas were just ok. The dulce de Leche soufflé with banana was also very good.