Heladería Esther

Puedo decir, que cuando inauguraron su primer local de calle Ovidio Lagos en Rosario, estuve en la fiesta.
Mi familia conocía a Héctor y María que habían comprado esta heladería a un señor que no recuerdo como se llama, y empezaron a trabajar en un garaje.
Muy rápidamente, aprendieron el oficio y sobe todo, supieron proyectarlo.
Recuerdo como a mi suegro, amante de los helados, le sirvieron un cucurucho de 4 o 5 bochas apiladas que terminó en el suelo, llorábamos de risa.
Los vimos crecer, e íbamos muy seguido a aquella heladería, los gustos cada vez eran mejores y la creatividad asomaba por todos lados.
Ellos estaban allí, y tras los cristales se veían las maquinas batiendo tanta delicia.
Hoy por hoy, ya son 7 los locales que tienen repartidos por la ciudad, cada uno manteniendo la estética original, y sorprendiendo con sus productos.
No es solamente helado, son tortas, postres, la pasión de chocolate me trastorna.
La ampliación fue con cafetería, no sé si todas las sucursales la tienen pero esta sí, y de verdad se agradece poder tomar un café acompañado de algo rico y dulce, hoy le toco al «prodigio de manzana», no dudes en pasar a saber de qué se trata.