Situado en la planta alta de lo que anteriormente era una casa, este local da opciones distintas pero que se complementan y que son ofrecidas desde el nombre que ostenta, tatuajes y barbas, la atracción es evidente y más cuando se contextualiza lo bien que funciona, en términos estéticos, dentro de la moda urbana la utilización de una barba bien cuidada en conjunto de tatuajes que adornen el cuerpo. Después de subir las escaleras el lugar muestra la complementación de estos aspectos, una sala de recibimiento en la que se ha montado un espejo con una silla negra delante y utensilios para el corte de cabello, más al fondo se puede ver una división y el inicio de un cuarto con mucha luz donde se elaboran los tatuajes. Las luz natural inunda el lugar gracias a las amplias ventanas que lo rodean y se hace mayor al chocar con los muros blancos donde unos pocos dibujos a color resaltan.