Lamentablemente este lugar no está más cerca del Centro. En cuanto entré al restaurante, el ambiente se me antojaba de una fonda tradicional, de esas que apuestan más por la comida que por las instalaciones. Un lugar muy cómodo con un olor similar al de la cocina española, y que a todas luces yo no conocía. Pregunté por cada platillo que me interesó, para darme una idea sobre cómo es la cocina en el lugar. Muy amable la mesera me recomendó algunos de sus platillos. En la carta tienen una sección bastante larga para empanadas, grandes y sobre todo, sin tanta grasa. Empanadas de carne molida, pollo en salsa, jamón, acelgas o setas como bocadillo. El menú también contempla ensaladas, con aceitunas, vinagreta y/o diferentes quesos, pastas, pizza y sandwiches, pero me recomendaron el platillo del restaurante, que era un corte filete de pescado con champiñones en salsa de naranja, y vino blanco muy bueno. El filete bien cocido, y la salsa acompaña muy bien el sabor. Si lamento que no esté más cerca del centro es porque está un poco perdido, y no creo que mucha gente lo conozca.