Kafé Mua

Hace como un año tuve la oportunidad de ir al café Mua, pensaba en un concepto «arte chic» como el que se puso de moda, y en todos lados había café con la misma tendencia, sin embargo, me encontré con un concepto bastante original que otros lugares han tratado de imitar pero ninguno prevaleció como el Mua.
Tienen una onda muy Hunder, gruppie, rock/​alternative, hipster, pixie, extraña, me fascinan por la variedad de gente, es decir, el pasaje Rodríguez reúné muchos artistas noveles de todas las ramas y adolescentes que quieren seguir esos pasos, pero en el Mua Kafé se dan cita toda clase de personas, lo cual es genial, puedes sentarte y ver la cantidad de personas que entran.
Lo mejor que he probado aquí, durante una plática de un poemario dado por el autor, fue el latte de cocoa, sabe delicioso, además del expreso, el cual creo que es la etiqueta de cualquier lugar: «Sí el expreso sabe bueno, tiene aprobación», y el de aquí, sencillamente genial.
Ir a Mua, es ir y perderte un rato, dejarte ser y olvidarte de angustias.

Era 2012 cuando estaba el furor de las elecciones presidenciales y el movimiento #YoSoy132 estaba tomando fuerza, antes de consolidarse como tal, había muchos mini-​movimientos culturales que terminaron en fusionarse y hacer el 132 en Tijuana.
Es en ese tiempo en el que me invitan a Kafé Muá a una conferencia de un colectivo llamado Coyote y era para protestar sin marchar, solo con manifestaciones artísticas, acerca de la situación política del país.
En fin, no hablaré de ello porque no es el espacio para hacerlo. Llego al café bajando unas escaleras y era oscura la iluminación pero se sentía un ambiente cálido, vi que además de tener el área de baristas, había una especie de tianguis artesanal donde vendían accesorios y demás hechos de material reciclado.
En algunas ocasiones hay música en vivo para ambientar el lugar. Siempre se disfruta mucho el tomar un café de Muá por el ambiente tranquilo que hay y la iluminación que no agobia los ojos.

La primera vez que ingresé al Kafé Mua, llegué accidentalmente, me encontraba explorando el centro de la ciudad, al entrar al lugar, me agradó y también me llamó la atención la iluminación de este mismo, las luces eran muy tenues, y la música simplemente la adecuada, el solo hecho de entrar al lugar te brindaba una especie de atmósfera tranquilizante e intrigante a la vez.
Era la primera vez que veía un negocio tan innovador y tan artístico, ofrecía tantas cosas de una manera completamente bizarra, pero agradable, y para mi sorpresa había varios instrumentos que podía tomar libremente, sofás, especie de camas, pedí un café, una galleta, me lleve la guitarra y accedí a un cuarto con un techo muy reducido, una especie de túnel y disfrute mi estancia.
Sí de pasar un rato en tranquilidad se trata, acompañado de buena música y una particular atmósfera, creo no hay lugar más acorde.