La Juquileña

Me encanta la Juquileña, es que es uno de los restaurantes low cost mejor servidos de la zona, realmente comer ahí es delicioso y muy muy barato, tal vez por que no voy tan seguido pero después de las 5 horas manejando para llegar a puerto escondido, lo que más quiere el cuerpo es algo de comer y este lugar es ideal para ese propósito. Las raciones son buenas así como el sazón, Tienen especialidades por día y es cuestión de mirar la pizarra en el área de producción para saber que servirán ese día.
También la Juquileña tiene hotel, si, hotel. Un hotel sin grandes lujos pero una cama, aire acondicionado y baño decente si tienen y para cuando lo que necesitas es descansar no importa donde y a un bajo costo pues, esta es una buena opción.
El restaurante ofrece, desayunos, comidas y cenas, las tortillas te las hacen ahí al momento, así como todos los productos que usen estas de base, preparan jugos deliciosos que por la región siempre llegan calientes a la mesa pero yo siempre pido hielos que sin ningún problema me hacen llegar, también venden cervezas y toda clase de sodas.
Vengan a este local a probar la comida, sobre todo si van en plan de mochileros a esta zona, digo no es un lugar ostentoso, pero la comida es buena y los precios aún mejor.

¡El mejor caldo de camarón que he probado! Desde la esquina, casi al llegar a este negocio, se pueden ver las dos enormes cortinas abiertas de La Juquileña, el enorme salón con mesas laargas y en ellas molcajetes con salsas, cubiertos, servilletas y todos los insumos necesarios, son la señal que podrás degustar una comida de dioses.
Yo he probado las memelitas, empanadas, tacos y guisados, pero ningún platillo puedo recomendar tanto como el caldo de camarón, es en verdad riquísimo. Aparte tiene suficientes y gigantes camarones que deberás pelar con tus propias manos.
Te sugiero que pidas un platito aparte para poner ahí los cadáveres, por que realmente van a ser varios y enormes, créeme…enormes. No pidas nada más, hasta que veas el tamaño de la porción y entonces decidas si tu estomaguito resistirá otra dosis de alimentos.
Me gusta el sabor picosito del caldo, el que debes acompañar con cebolla, más chile, cilantro (o perejil, realmente nunca he sabido diferenciarlos) y limoncito. Además el precio de este platillo es bastante accesible ($ 60 pesos) y no tengo idea cómo lo hacen, pero el servicio es rapidísimo, a pesar que en ese gran salón caben como 200 personas, todas hambrientas al mismo tiempo.
Entonces, si andas por estos lugares playeros con poco presupuesto y hambre suficiente, La Juquileña es una gran opción para ti y tu bolsilo, ya que con menos de 100 pesos podrás alimentarte y seguir tu camino con rumbo al mar.

Uno de los lugares mas típicos para comer en Puerto Escondido es justamente La Juquileña, un enorme galerón que tiene mesas largas y para uso colectivo, en la cual te puedes encontrar desde la familia de gringos voraces, hasta la pareja de viejitos que, para no cocinar, van en búsqueda de alimentos con alto contenido calórico y, en su mayoria, poco valor nutricional.
Pero todos sabemos que en Mexico la garnacha es la base de la alimentación, harina de maíz más grasa en abundancia son la perfecta combinación para abatir esos ataques de hambre que todos sufrimos en algún momento del día.
El menu es variado, eso nos permite al menos escoger alguna opción que vaya más acorde con nuestros hábitos alimenticios, pero también es importante señalar que ya estando ahí es muy fácil caer en la tentación y dejarse seducir por una rica pancita o un buen huarache servido con abundancia y sin mesura.
Definitivamente, un clasico de Puerto que vale la pena conocer.
Buen provecho y, primero Dios, buena digestion, ja.

Pues yo no se ustedes, pero cuando estoy en la playa no se me antoja comer mucha carne o queso, o tortillas. Sin embargo, también hay días en que los antojitos y la comida más salsera se extraña. Para eso está la Juquileña, un lugar obligado en Puerto para desayunar. Tienen una carta deliciosa, quesadillas, queso fundido, taquitos, carne y unos jugos inolvidables. Recomiendo el de zanahoria, para ayudar al bronceado y porque está fresco. Las porciones son generosas y no gastas más de 100 pesos por persona, a menos que vengas con un hambre voraz después de nadar o haber ido de fiesta. Se encuentra muy cerca del mercado y siempre está lleno de gente. A veces hay que esperar mesa, que por cierto son más como unos tablones enormes compartidos. Tienen también muchas salsas muy picantes o ligeras. Las tortillas vienen directo del comal y prácticamente todo se está cocinando enfrente de la gente; así que es un lugar muy muy limpio. Si de repente les entra el cansancio de desayunar fruta, ensaladas, bagels o granola, corran a la Juquileña, empezarán el día con una sonrisa de satisfacción.