Cuando estás en DF y llega un amigo que se mudo a Quintana Roo y te cuenta que por doquier hay pirámides y cenotes le dices sí ajá, y luego te comenta que esa cualidad es muy normal, que casi no causa revuelo en los lugareños, tú no haces más que imaginarlo como algo improbable y poco posible, pero saben qué, es totalmente cierto. A una distancia muy pequeña de la playa se encuentra un pequeño basamento piramidal, es interesante y nos hace imaginar dos cosas, una, que tu amigo que se mudó a Quintana Roo dijo la verdad, y la segunda es que cuando regreses de vacaciones y comentes esta situación, nadie te lo creerá, gracias Unilocal que nos permite reseñarlo y hacer que nuestras anécdotas como playense tengan más validez. Sugerencias, trate de visitarlo de día, sea respetuoso y no deje nada extraño y sobre todo, no suba al monumento, evite llevarse recuerdos en forma de roca y disfrute de nuestra pequeña pirámide.