La Red

Hoy me di mi vuelta por esta marisquería que no es mi favorita pero tampoco le hago el feo. En esta sucursal te sientes como si estuvieras en la fiesta de quinceaños de la prima o en el bautizo, hay música en vivo creo que todos los días, pero el ritmo es guapachoso (pa´ bailar). Para quienes gustan de reunirse con sus amigos y que por cada bebida les den una botana «consistente» considero que la Red es una opción, a mí no me late mucho ya que la música esta muy fuerte y no puedes platicar agusto, pero la verdad es que es muy demandado es lugar, así que probablemente al llegar tendrás que esperas a que se desocupen algunas mesas para que puedas pasar.
Yo esta vez fui en plan de familia, así que nos pasaron pronto, porque hay un área destinada para restaurante y el servicio es a la carta. Antes pedía filete de pescado empanizado hasta que me supo a ese filete refrigerado por muchas semanas, antes sentía que era más fresco el marisco. Ahora todos lo empanizado sabe diferente. Me hace pensar que quizás no sea frescos, aunque sus cocteles si los surten de mariscos!!!

Este sitio es uno de los pocos que continúan como los conoces aunque pasen los años, forma la red se ha convertido en una cadena de restaurantes locales y aunque desconozco el número exacto de los mismos podría apostar a que no son menos se 5.
A veces cuando llegan las vacaciones y no logré salir de las ciudad esta sucursal es como sinónimo de que la temporada de calor ya está aquí, digamos que si el sol está a todo lo que da y no has comido, te gustan los mariscos y no quieres complicarte llegas y te sientas en el área de bar, pides tu bebida favorita (una cerveza bien fría por ejemplo) y te traen automáticamente una botana, aunque si no quieres beber y te pides una limonada la promoción aplica igual.
También hay un área familiar por si la idea de un Botanero no es lo tuyo, los precios son bastantes accesibles por poco menos de 100 puedes echarte un platillo con camarones. Eso sí, como generalmente hay grupo en vivo tienes que ir preparado para un poco de ruido !

No recuerdo con precisión cuándo fue la primera vez que vine a este lugar, seguro fue durante algunas vacaciones de los primeros semestres de la universidad, cuando mis amigos y yo salíamos todos los fines de semana sin falta, y éste lugar se convirtió en uno de nuestros favoritos.
Hace un tiempo vine al festejo de un amigo y me dio gusto saber que la dinámica sigue siendo la misma: eliges tu mesa dependiendo del tono de tu reunión, la parte que está cerca de la entrada tiene un ambiente más familiar, mientras que la del fondo es para ir con los amigos a tomarse unas cervezas.
También puedes elegir sobre cómo vas a consumir, puedes pedir alimentos y bebidas a la carta, en la que destacan los pescados y mariscos, u ordenar rondas de cervezas, las cuales vienen acompañadas de botana (la cual también es de mariscos, y te pasan caldos, empanadas, tacos, etcétera), en esta modalidad puedes comer y beber hasta que estés súper lleno, muy borracho o se te acabe el dinero, lo que suceda primero.
Aquí seguro te la pasas muy bien porque además de disfrutar de deliciosa comida y bebida también hay música en vivo, es un lugar espacioso, el personal siempre está atento y los precios están de acuerdo a lo que te ofrecen.

Esta sucursal me encanta. La primera vez que fui acudí con mi familia. Ellos me habían comentado de lo grata que les pareció la visita a este sitio cuando ellos asistieron a convivir con sus compañeros de trabajo.
Ese día mi padre se puso generoso y nos invitó. Entramos y la cadenera de inmediato nos asignó una mesa. Entré y lo primero que vi fue su llamativa barra. El lugar está dividido en dos secciones, por decirlo así, no es que haya división física sino más bien es como de ambientes. Un área es más restaurantera, familiar; la otra es más parecida a un bar pero ambas conviven sin problemas en el interior del mismo local.
Fue aquí donde probé los camarones empanizados. Un platillo excelente, muy sabroso y con una generosa cantidad. Comí hasta casi reventar, les juro que no me era posible moverme cómodamente aún estando sentado, mi gula pudo más.
La atención es muy buena. Los meseros siempre atentos y con el timing perfecto para preguntas si requeríamos algo. La variedad de bebidas de la barra es notoria, hay toda clase de bebidas alcohólicas, y la carta también incluye bebidas sólo para hidratarse y degustar (refrescos, aguas frescas, naranjadas y limonadas, por decir algunas).
Estábamos comiendo cuando comenzó la música viva. Un grupo que tocaba cumbias y demás música tropical de forma aceptable, tanto que algunas personas se pararon a bailar.
El precio es justo, ése fue el veredicto de mi paladar, del volumen de mi estómago y de la cartera de mi padre, quien ahora nos invita cada que está de buenas, jeje.