Esta cadena local de cafeterías tiene un sello específico y un estilo característico, que, sin embargo, en este local se rompe. Los acabados y pisos en madera, los sillones y el jardín al frente no son lo habitual en el resto de los locales de la franquicia, más enfocados al cristal y el minimalismo. Quizá por eso, el lugar es agradable, sobre todo al caer la tarde. Es un lugar bueno para tomarse una cerveza o un capuchino(depende del día y el humor) y disfrutar de buena compañía en pareja o con amigos. El servicio es amable y también hay opciones para comer o botanear. Además, es accesible y no es tan complicado encontrar estacionamiento en esta zona. El café no es bueno y su comida tampoco, pero la ubicación ha ayudado a este lugar a posicionarse como restaurante de cadena, donde encontrarás todo lo que estás buscando, sin mayor emoción, cierto, pero también sin esfuerzo.
Chema A.
Tu valoración: 3 Oaxaca, México
La verdad es que este lugar no se caracteriza por su café, está medio maleta. El espacio no es muy grande, cuenta con mesas al aire libre y en el interior encontrarás sillones bastante cómodos. Esta decorado modestamente pero de una forma agradable, la terraza está muy buena para pasar el rato pero no ayuda mucho la calidad de lo que venden. El servicio es un poco lento, los meseros son algo distraídos, pero son amables. También encontrarás una carta de desayunos oaxaqueños, como entomatadas y denmoladas. Para la comida opciones como baguettes, quesadillas y puedes combinarlas con alguna cerveza, ya que este sitio ofrece servicio de bar. Un lugar debajo del promedio, pero como va poca gente es un buen lugar para estar tranquilo.
Enrique P.
Tu valoración: 3 Oaxaca, México
Un día fui aquí a cenar con mi novia después del trabajo, el lugar era de los pocos abiertos por ahí de las 8pm y se veía bien, ninguno de los dos lo conocíamos. El lugar se ve muy bien, el café es rico. La atención y decoración muy padres y tiene un pequeño estacionamiento. Pedimos de cenar spaguetti a la bolognesa y lasagna, las cuales no nos gustaron mucho. El aspecto era bueno, bien adornado, pero la textura que tenían era que habían sido recalentados. No desagradable pero no era lo mejor. Comimos un poco por el hambre pero no terminamos. Los precios accesibles y la atención de maravilla pero si hubo ese detalle. Recomendarle para los cafés, tes, etc…
Maria Esther J.
Tu valoración: 4 Oaxaca, México
Hola chic@s: Caféína tiene un concepto distinto, refiriéndome a los cafés, en ofrecer diferentes servicios, me refiero a que es un Café-Restaurante-Bar; de éstos existen muy poco en Oaxaca. La primera vez que conocí Caféína fue gracias a mi prima, debido que ella siempre me mencionaba ese lugar, me recomendaba un postre junto con una bebida. Aparte también por otras personas escuchaba mucho éste lugar; por lo que un día decidí visitarlo. El día que lo conocí fue por una reunión que tuve con mis primas; entre ellas estaba la que me lo recomendó tanto; el que conocí fue el que se ubica en en la calle de Amapolas, cuando pise el lugar me agrado el ambiente. El ambiente es bueno, debido a que tienes la opción de tomar asiento dentro o fuera del lugar; pero no es cerrado al 100%, me refiero a que tiene una excelente luz, aparte no tiene un gran muro, sino una excelente vista, por lo que cuenta con una gran ventana. Referente al servicio es bueno, desde que llegas te atienden bien, te preguntan si ¿deseas sentarte adentro o fuera? Se portan muy amables; son pocos los lugares que te dan un servicio de calidad. Referente a los platillos, claro esta que pedí lo que tanto me recomendaba mi prima, el cual era un strudel de manzana; este viene acompañado de una bola de nieve; y también pedí un café con una bola de helado; me gusto mucho; que de echo es donde me gusta más el strudel de manzana; pero éste strudel en sí es con manzana, pera y plátano. Otro alimento que puedo recomendar para picar son los gajos de papas; saben muy ricos. Cuenta con servicio a la carta, lo que me agrada son los baguettes y las malteadas que preparan; por cierto también sus tapas; no al 100% éstas pero si saben ricas. Lo recomiendo para ir con la familia ya sea a desayunar, comer o cenar; como igual puedes ir con amig@s o pareja; también puedes hacer reuniones y realizar algún evento. Si no quieres un café, tienes la opción de pedir otra pedida que va desde un vaso de agua hasta un vaso del licor que te guste.
Bengy B.
Tu valoración: 3 Oaxaca, México
Sólo he ido una vez a esta cafeteríà la cual me resulta tipo como una flor sin aroma, bonito pero no pasa de ahí. Una persona con la que iba yo a hacer un negocio me cito en este lugar porque según él le quedaba cerca de su casa. En lo que esperaba sólo pedí un café americano. Al poco tiempo llego está persona y seguimos tomando café y unos panecitos. El servicio por parte del mesero me pareció bueno y los precios también Este café es muy tranquilo donde puede venir y disfrutar de un bonito encuentro mientras degustas una de las bebidas del lugar. Los asientos son bastante confortables para disfrutar de tu estadía y la decoración es bastante clásica. Es una buena opción para visitar, aunque para mi gusto no ofrece nada novedoso que los otros lugares no tengan. Si te queda cerca y no sabes dónde ir, no lo pienses más y ven aquí.
Betsy C.
Tu valoración: 3 Oaxaca, México
Hace poco me reuní con una amiga que tenía años de no ver, al momento de decidir en dónde nos veríamos ella sugirió que fuera en Caféína de Escuela Naval, pues le quedaba muy cerca de su trabajo y, como sale un poco tarde, se le complicaba desplazarse hasta un café del centro, además así íbamos a poder platicar más tiempo. En cuanto llegamos nos acomodamos en los silloncitos y quisimos brindar por nuestro reencuentro, entonces pedimos unas micheladas, las cuales llegaron acompañadas de unos cacahuates. Cuando nos terminamos las cervezas de inmediato llegó uno de los meseros a preguntarnos si se nos ofrecía algo más, como ya había refrescado un poco decidimos pedir unos capuchinos. Seguimos platicando tranquilamente y escuchando de fondo la música del bar que está al lado del café. Entre risas y recuerdos se nos fueron volando las horas, cuando vimos el reloj ya eran las once de la noche, pero como la plática estaba muy buena decidimos pedir unas tizanas, terminárnoslas y luego ya marcharnos. Fuimos las últimas en salir del lugar, muy contentas por habernos visto y satisfechas con el servicio que recibimos.