Zinco Jazz Club

Es un lugar muy agradable y ampliamente recomendable, tocan jazz y esta exquisito.
Los alimentos son de buena calidad y el servicio bueno, se llena bastante el viernes.

Cozy atmosphere. Every seat is close to the musicians. The food, drinks, and service are all top notch!

Si te gusta el jazz seguramente ya has venido y no te lo tengo que recomendar. Que esté en el centro y que anteriormente fueran unas bóvedas lo hace un lugar muy especial. Me gusta que el centro de atención sean los músicos. Incluso te piden que guardes silencio cuando tocan entonces no pasa que el ruido de la gente opaque a los músicos.
Hay cover como dicen otras reseñas entonces sí va a ser una noche donde gastes por el taxi/​estacionamiento, el cover (yo pagué 250), la comida y la bebida. Pero creo que realmente vale la pena. Tienen varias cosas de comer y beber en la carta y los precios de comida se me hicieron bastante razonables (ej. una pasta $ 85). Si quieres una mesa tienes que llegar temprano, entonces me programaron mi reservación para una hora y media antes de que empezaran a tocar los músicos. Así que te recomiendo llegar a cenar mientras empieza la música. La comida está rica (tampoco deliciosa). También te puedes pedir un vino, una cerveza, cocteles o de plano una botella.
Pedí una copa del Acordeón Malbec y se hizo ácido después de un rato, de plano no me lo acabé. Luego pedí una caipiriña que tenía mucho limón pero me gustó. El servicio se me hizo bien (promedio). El gerente muy buena onda pero sí caché a un mesero que solo nos ofrecía las cosas más caras del menú, típico.
En cuanto al público que atraen, yo diría que de todo. Puedes ver gente cincuentona, un señor rockero ya con pelo blanco, unas niñas fresitas, hipsters, etc. Yo creo que está bien, al final a todos los une la música.

Great food and best jazz in town, love it. Totally recommend checking this place out while in DF

Some of my best nights out in Mexico City have been at Zinco. This is a downtown jazz club. Everyone says being at Zinco feels like you have been transported to New York City and that is true. Charlie Hunter and many other famous people have played here.
The bar is small and in the basement of an old bank. You can see the old vaults on the way to the restrooms. Because it is small most of the seats are fantastic. Many types of jazz musicians play here. You may want to checkout who is playing if you are looking for a specific type of jazz. Sometime the tickets are costly but I think they are priced correctly for the level of entrainment. The first time I went, a Friday, the tickets were 250 pesos each and it was worth it. This last time, a Wednesday, the tickets cost 100 pesos, it was also an amazing show.
The bar is entered from the side off of the street. They do not open the door early so if you get there early it is hard to know you are in the right place. There may be other people on the street waiting to get in. Tables are only available by reservation. I have been here twice, both times without a reservation, and I have been happy sitting at the bar. It is small club and it doses fill up. If you can make a reservation it is better. We tried many times to call the cellphone number listed on the website and sent a text but never got a response. Last week at the bar we were given a flyer with the 5512 – 3369 number listed, this might be a better number for reservations.
Once you are inside there is a full bar menu, they also have expresso and food. The first time I was here I had dinner, pasta, and it was good. I have ordered cocktails and wine and both were good.
The two times we have gone the shows have started much later than advertised, more than an hour/​hour and a half late. If you don’t have a reservation it is better to show up early and wait it out. This can be tough if you aren’t with the right company.
Because the place is small the bands relax, and chat with and meet the patrons. The owner is often there sitting at the bar. The service is good and the music is great. If you are a fan of jazz you can’t miss Zinco. This is the best way to see great jazz.

Recuerdo la primera vez que vi este increíble lugar fue cuando visitaba la casa de un amigo que justo vivía en el edifico donde se encuentra el Zinco, decidí asomarme y ver que pasaba ahí, ya que soy fan del Jazz, al entrar fue como estar en una película de los 20’s y empezar a tomar un Martini Seco, en cuanto entre realmente me enamore. La música que en este lugar se escucha es totalmente deliciosa, de esas que solita la piel se te pone como cocodrilo y donde empiezas a gozar y moverte de lado a lado sin darte cuenta, a las 10pm es la mejor hora ya que ahí empiezan todos los músicos a sacarnos de nuestros sentidos y transportarnos con ellos a la música. Lo mejor para tomar definitivamente son los Martinis o el Whisky en las rocas (mis favoritos) y si también quieres cenar pues encontraras algunas opciones pero lo que se recomienda es el Pulpo a la griega aunque si vas con una chica no lo recomiendo ya sabes por eso del olor a pescado…

Después de escuchar referencias del Restaurante Nueva Orleans, este resulta un sitio indicado para los verdaderos fanáticos del jazz. Una noche sin plan andaba caminando por Motolinia y al no ver actividad en el centro (cosa rara) vi la puerta abierta de este lugar. Bajando las escaleras me tope con una pesada puerta de metal, tipo banco. Me recibió un caballero, que tras explicarme que era un bar con música de jazz en vivo me indicó que la entrada costaba 90 pesos y me abrió la cortina.
Descubrí un lugar pequeño y acogedor, el cual te transporta a otro sitio. Imagínas que estas en Nueva York, pues todo el ambiente se presta para imaginarlo asi. Muchas estructuras de acero al descubierto. El escenario compartiendo espacio entre las mesas del bar… Fue increíble escuchar en aquella ocasión a 3 miembros de Paté de Fuá interpretando libremente jazz.
Definitivamente toda una experiencia que no debes dejar pasar. Anímate a vivir una sorpresa al atravesar la cortina de este increíble lugar.

A espaldas, la noche chilanga de ruidos, vendedores ambulantes y globeros. Un edificio art déco anuncia el número 20 de la calle Motolinía en el centro de la ciudad de México. Se abre una puerta clandestina, o como bien lo indica su letrero, «solo para conocedores». Apenas se alcanza a ver las escaleras que conducen a un sótano, son resonancias metálicas que se escapan hasta la superficie para dar invitación a lo que pasa en lo más profundo de aquella puerta. Por unos segundos (y solo por unos segundos) el resto del mundo puede escuchar la música que se origina dentro de la guarida.
Empieza la música, en ocasiones nacional, en ocasiones internacional, en ocasiones solo son improvisaciones las que deleitan a los oídos más entrenados; en otras se trata de Ximena Sariñana o Natalia Lafourcade, que invitan a que el jazz explore un sonido más pop. Sin embargo, este pequeño lugar no se trata solamente de la música, sino de la experiencia que se vende. Por unas horas el público se pierde en otro tiempo y espacio: París de los años veinte, Nueva York en los cuarenta. La gente juega a ser Allen Ginsberg, Tom Waits y Serge Gainsbourg.

Por fortuna, en el Centro Histórico existe un lugar como el Zinco Jazz, un sitio especializado en dar promoción a la propuestas más frescas del género jazz, funk, soul y otras fusiones musicales que no puedes perderte si te consideras melómano o amante de la buena música.
Ubicado en el sótano del otrora edificio del Banco de México, el Zinco Jazz tiene todo a su favor para satisfacer a los clientes más exigentes. Su carta de comida y vinos es de primera y en su cartel de presentaciones incluyen a bandas de primer nivel tanto nacionales como extranjeras.
Este sitio es de mis favoritos, pues aparte de la buena música, su atmósfera bohemia resulta muy agradable y da la sensación de estar dentro de cualquier club neoyorkino que no podrás encontrar en ningún otro sitio.
Dado el concepto de este lugar, a veces el cover no barato, pues para entrar deberás pagar, como mínimo, en algunas ocasiones, 200 pesos, mas tu consumo dentro del lugar.
La acústica es excelente y la ubicación de lo mejor.

Uno de los pocos lugares de jazz de la ciudad. Una cueva de la música urbana… en medio de la calle Motolinea en el Centro Historico se encuentra este lugar atipico abajo de sus escaleras. La programación es muy pertinente, uno no se da cuenta de las joyas que se presentaron en este pequeño lugar.
Es cálido y con buena acustica. El publico, túristas y aficionados se juntan para disfrutar de los conciertos.
Tienen buenos tragos, estilo NY… La carta propone buenos platillos.
La programación está anunciada en la página. Algunos eventos cobran cover.

La acústica es increíble en este bar que solía ser una bóveda del Banco de México.
Aquí se presentan músicos de nivel internacional, o talentos emergentes que están a la altura de tocar en los mejores clubs de jazz del mundo.
Los martinis son muy buenos.

¿Eres fanático del jazz? Entonces no debes perderte el club «Zinco», en el centro histórico, está en un sótano en la calle de Motolinia.
No conozco mucho de esta música, pero los que saben han admirado las presentaciones de jazzistas internacionales, un lugar muy acogedor y discreto.
Con buenos tragos y tapas, que no están nada mal.
Puedes consultar su página los eventos que habrá, pues en ocasiones cobran cover.
El Zinco, los extranjeros lo adoran por su ambiente «intelectual».