Las pizzas saben mejor recién hechas, por eso en cuanto probé una rebanada que algún día alguien me compartió de una pizza a domicilio, sabía que quería venir aquí. Por ahora esta es la única ubicación y se trata de un local que acomoda pocas mesas, unas de ella en una terraza techada y sirve lo que es ahora una de mis pizzas favoritas de la ciudad: Mermelada de higo, espárragos salteados, queso gorgonzola y prosciutto, la especialidad de la casa. No se preocupan mucho por la decoración y, tal vez haya sido que los agarré ya casi por cerrar, pero el servicio no fue el mejor. Tuve que recordarles un par de veces que quería tomar antes de que lo trajeran. Los rescató la gran oferta de dividir la pizza en diferentes preparaciones. «Pasión por la pizza y el mejor lugar» dicen, y coincido, más que nada, en la importancia de la comida para quedar con un buen sabor de boca. Entre otras cosas, tienen empanadas, calzone, ensaladas y pastas. Recomiendo también probar la riquísima pizza de Portobello y Alcachofas.