Restaurante Escuela Zéfiro

This place is amazing. It is a restaurant school in a former convent and the quality and creativity of the food was first rate. I had a three course meal for $ 245 pesos: soup, a fancy fish meal in an elegant presentation and an apple caramel dessert. It’s my new go to place in the Centro district.

La idea de esta escuela es buena, dar más atención a la práctica del servicio de cocina y de mesa a los estudiantes con este restaurante. La presentación del lugar es buena aunque un poco sombría cuando la mesa esta al lado de la pared. Moderno y al mismo tiempo respeta al lugar del siglo 18.
Muy amables, los meseros intentan hacer lo máximo pero a veces este máximo no es lo mínimo que se espera.
Ejemplo uno: no se trae únicamente el menú de las bebidas sin el menú de comida. Claro hay que dejar la gente escoger la bebida y tomarla mientras escoge la comida. Pero cómo escoger la comida si no tenemos el menú? Y como tarda un poco en venir la bebida, realmente no se sabe si hay otra cosa de comer que el platillo de la temporada (Chile en nogada por ejemplo cuando fui). Pasó lo que pasó, ordenamos el Chile ya que no sabíamos si había mas, y para únicamente saber, pedimos si había un menú para las entradas después, y si había. Y entonces no se podía hacer esperar los chiles para comer la entrada antes. Eso realmente no me gustó. Entonces tuvimos que probar la entrada después del chile.
Ejemplo dos: la costumbre mexicana de dejar todo el tiempo la mesa limpia delante del cliente se vierte en una presión constante para comer. La idea que el cliente pueda comer lento, hablar con su amigo dejando unos instantes los cubiertos al lado del plato para enseñar cosas o simplemente hacer una pausa porque uno se siente un poquito lleno, es interpretada inmediatamente en una llegada para quitar el plato aunque haya cosas adentro. Pesado, aún pesadisimo ya que si uno no se atiborra, se le quita la comida (pidiéndole a veces si se puede quitar). Cuando uno entra en un restaurante, sobretodo de calidad, no es para comer su platillo en 30s y salirse. Es para DISFRUTAR. Por eso me quejo. Son costumbres que deben cambiar y las escuelas de este tipo debrían hacer lo necesario para elevar el servicio al nivel internacional.
Lo del sabor: presentación de los platillos impecable, muy lindo, apetitoso, pero no muy práctico porque ceda a las modas internacionales de afectación burguesas de «cositas» multiplicadas para «reinterpretar el platillo (jarritas de nogada tan fría que no se vacía fácilmente sobre el Chile y le enfría realmente quitando sabor a la comida, puntitos de cremitas que no añaden nada al resultado final…).
El tamal de jaiba tenía demasiado especias y tapaba el sabor final del cangrejo.
Al final, este restaurante me dejó medio satisfecho. Bien, pero podrían mejor para el mismo precio que es mucho más elevado que en los otros restaurantes de escuela del mismo nivel.

¡Excelente comida! Sabor único, porciones correctas y un menú que cambia mes a mes con platillos hechos de acuerdo a la temporada.

Siempre es una grata sorpresa probar el menú y los especiales del restaurant escuela de cocina del claustro de sor Juana.
El chef Juan Pablo Flores lo lleva de una manera impecable.
Pueden probar la lengua, la gordita de sudadero y una de las especialidades es el mancha manteles receta nada mas y nada menos que de la mismísima Sor Juana Inés de la Cruz.
Los postres también son básente buenos y muy variados
De verdad es uno de mis restaurantes favoritos.
Y sigo viniendo y sigue sorprendiéndome.
Hoy comí un pollo al tamarindo de los especiales igualmente impecable.
Y por favor cuando sea la temporada de chiles en nogada no se pueden perder ir a probar la creación especial del chef Juan pablo.

Zéfiro es un lugar distinto para bien: es un restaurante-​escuela, un innovador y al mismo tiempo un guardián de nuestra herencia gastronómica. Situado en un edificio renacentista diseñado por Tolsá, también es un espacio diferente. Aquí hay mucha pasión y esmero. A veces, también un poco de inexperiencia en el servicio pero puedo asegurar que nunca grave. Todo lo que he probado, que no es poco, ha sido espectacular. Probablemente mis favoritos son el Mole Manchamanteles, que se dice es de la autoría de la mismísima Sor Juana y los tacos de pescado al pastor, pero hay muchas buenas opciones. La técnica de preparación es impecable, bajo la supervisión del Chef ejecutivo Juan Pablo Flores. Un lugar perfecto para llevar a amigos extranjeros visitando el Centro Histórico, pero también para regresar seguido con la pareja o amigos. Es digno merecedor del reconocimiento Tesoros de México. Bravo a los alumnos!

Había comentado en reseñas pasadas que estudié la Lic. en Gastronomía en la Universidad del Claustro, les platicaré un poco del restaurante escuela, esté sitio es totalmente manejado por los alumnos de noveno y décimo semestre, desde la administración del lugar, los preparativos en cocina y en pastelería, así como la limpieza previa del salón de comensales, también se cuenta con un encargado de higiene, el cuál supervisa que todos los cubiertos estén completamente limpios, si se encuentran con una mancha, por muy mínima que sea, se vuelven a lavar, todos los días se realiza la limpieza del restaurante, pero cada lunes es aún más controlada, porque es inicio de semana y el restaurante debe lucir impecable. Tanto meseros como cocineros son alumnos, la idea es que se aprenda a llevar un negocio, se vea los pros y contras, porque lo más importante es que no es un juego, los clientes son reales, las felicitaciones o las quejas son verdaderas, y los regaños o la materia reprobada también es real, sobre todo para el bolsillo de nuestros padres. La comida que se realiza se le asigno bajo la categoría de Mexicana Contemporánea, lo que se busca es elaborar platillos tradicionales con una presentación o un toque más moderno; si visitas Zéfiro tienes que probar los postres, la verdad es que el profesor de pastelería se esmera mucho en la elaboración de los mismos; lleva suficiente dinero, ya que no es un lugar muy barato, pero de verdad vale la pena conocerlo.

El restaurante-​escuela Zéfiro es un proyecto donde los alumnos, de los últimos semestres de la carrera en Gastronomía, realizan sus prácticas profesionales. Aquí se enfrentan a la experiencia de manejar un restaurante, desde su administración hasta la atención a los clientes.
El lugar está ubicado dentro del campus Regina de la Universidad del Claustro de Sor Juana, y ofrece al público una selección de platillos de la alta cocina mexicana (su nombre se lo debe a los versos de la Décima Musa).
La carta de alimentos y bebidas que ofrece es variado, y cada mes preparan una menú y una bebida de recomendación diferente.
Los precios están en la media, no es un lugar demasiado caro pero tampoco es barato. El servicio es bueno, ya que así debe serlo, porque los alumnos están siendo calificados en todo momento; así que si no te atienden bien puedes hacer una sugerencia a la entrada del sitio. Cuenta con valet, así que no hay de qué preocuparse por la estacionada.