Llega el fin de semana y quieres variarle al menú de todos los días. Qué mejor para tu plan que un buen pozole. El viernes y sábado acá preparan uno de verdad sabroso, todo ambientado con un toque español. Si la fiesta estuvo buena y el sábado por la mañana buscas algo caliente, caldoso y sustancioso, un pozole rojo o blanco es una buena opción. Servido en plato de barro, este manjar adopta un sabor más que agradable para el paladar. Y pues con las tostadas con crema y queso rayado, el festín se complementa. El viernes no hay mucha gente, vale la pena darse una vuelta este día, porque el sábado, ya te imaginarás, toda la familia va a almorzar y a veces no hay lugar.