Hay incontables establecimientos que ofrecen el servicio de internet diseminados por toda la ciudad, sin embargo en estos meses que me he visto obligado a usarlos con frecuencia me he dado cuenta de que también en este rubro, por simple que parezca, hay factores que contemplar para poder preferir un comercio por encima de otro. El local de internet al que aquí aludo cumple con varias de las características que, sin ser un obsesivo de la calidad, resaltan de manera más o menos espontánea: los teclados de las máquinas están en buen estado, de manera que si uno tiene que escribir profusamente puede hacerlo de manera fluida sin preocuparse por que las teclas se peguen o algunas no se puedan oprimir; además la velocidad del internet es buena, y los precios de uso por hora o fracción son inmejorables en la zona; también, en cuanto a los horarios éstos son bastante amplios, y está abierto los domingos. Las personas que atienden, siempre dos jóvenes o una señora, son muy amables y atentos; y continuamente hay máquinas disponibles. Todo eso hace la diferencia.