Lo mejor de venir a casa de mis abuelos de chiquita era que sin falta me daban domingo y podía ir a comprarme lo que quiera; mi elección siempre era ir a comprarme algo con la señora de la voz chillona. A eats alturas tengo 23 años y no tengo ni la más remota idea de como se llama, lo que sé es que tiene una voz bastante peculiar y prepara unos deliciosos plátanos fritos. La señora, que se ve igualita desde que tengo memoria, es muy amable y la verdad es que sirve muy bien todo lo que vende: esquites, elotes asados, elote normales, chicharrones preparados y plátanos fritos. Lleva vendiendo en esa misma esquina justo afuera de la tienda por largo tiempo y su clientela es fiel a pesar de su melodiosa voz.