Museo Experimental El Eco

This museum defines experimental art. Space is big but installations appear random. I think more people end up walking on the round structure in the yard.

Un rincón oculto en el mar de la ciudad, diseñado por Mathias Goeritz. Pequeño pero con exposiciones interesantes, vale la pena entrar al menos para disfrutar del patio central. La entrada es gratis

Una vez tomé un curso de arte con Diego Teo en este museo. El espacio arquitectónico está muy padre. Fue un proyecto de Mathias Goeritz y ahora es recinto universitario. Cuenta con varias salas de exhibición y un amplio salón de usos múltiples, donde tomé mi curso.
Las inmediaciones están llenas de atractivos y una vida de barrio en los alrededores. Es un espacio de experimentación que da cabida a nuevas propuestas de artistas jóvenes pero en el que se presentan también buenas muestras de arte internacional.
Cuenta con otras actividades de vinculación con la comunidad y colaboraciones con otras entidades dedicadas al arte contemporáneo.

Sin duda un «must» para los amantes de la arquitectura y el arte, pues este edificio fue diseñado en 1953 por Mathias Goeritz (quien también creó las icónicas Torres de Satélite). La historia es así: el mecenas Daniel Mont encargó a Goeritz crear un espacio donde la única regla fue «haga lo que se le de la gana». El resultado fue este espacio, hoy perteneciente a la UNAM, dedicado a las artes experimentales en todas sus vertientes. La arquitectura es singular pues se pensó para que no hubiera un solo ángulo de 90º, por lo que el sentimiento al entrar es el de estar en un ambiente nada convencional.
Es un museo que solo cuenta con dos salas, más un patio, pero generalmente las exhibiciones itinerantes que ofrece valen la pena por ser de un carácter experimental y hechas específicamente para el sitio.
Conviene seguirlos en sus redes sociales pues ahí anuncian eventos especiales e inauguraciones. @museo_el_eco (Ojo el cupo es limitado).
El acceso es gratuito.

El pasillo de entrada está diseñado de tal forma que se genera un interesante punto de fuga, si se aprecia de afuera hacia adentro. A un lado de la puerta reposa un pequeño caballete que anuncia el nombre, así como el horario de funciones del recinto.
El establecimiento da espacio a obras conceptuales, que usualmente necesitan de un marco contextual o explicativo para ser comprendidas como una exposición. El patio es amplio y se usa como una extensión más en donde se realizan actividades comunitarias.
En una de las habitaciones puedes encontrar una barra, con artículos curiosos, como una jarra de vidrio moldeada con la forma de Krishna, el dios hindú, así como vasos de diversas formas y colores.

Uno más por visitar este museo, a mi me encanta el arte y mi tiempo libre lo paso visitando cada museo que puedo, y este lugar es uno de mis favoritos es totalmente vanguardista en su diseño y tiene arte contemporáneo increíble, antes fue un museo experimental el cual quería expandir los leguajes de las artes y después fue un restaurante, disco, teatro y luego un lugar para actividades políticas. y así fue como poco a poco este lugar se fue cambiando de fachada hasta que decidieron hacerlo un Museo totalmente increíble, gracias a la UNAM ahora podemos disfrutar de diferentes exhibiciones de arte, un lugar altamente recomendado para alimentar esa cultura.

El Museo del Eco es un pequeño edificio ubicado en la calle de Sullivan, en la San Rafael. Es parte de esta cadena de museos que tiene la UNAM. A diferencia de grandes complejos, estos pequeños espacios son dedicados a prácticas un poco más «under».
A simple vista, pareciera un edificio cualquiera más, de hecho si no lo conoces es un poco difícil distinguirlo. A pesar de ser pequeño, la logística que realizan los encargados del mismo permite que las muestras que ahí se exponen tengan el espacio indicado para ser contemplados.
Sin duda, y como su nombre lo indica, es parte experimental del arte, nacional o extranjero y, aunque quizá poco –o mucho– pueda apreciarse del arte abstracto que muchas veces se expone –por ejemplo el Ojo de Dios que exponen de Claudia Fernández-​, sin duda es una experiencia más y un conocimiento que puede ser adquirido.

Parte de los museos de la UNAM, está dedicado a prácticas artísticas menos convencionales, tanto de artistas jóvenes como a los que suenan más. Por ejemplo, hace poco reactivaron una pieza del escultor mexicano Hersúa, que se expuso en 1970 en Bellas Artes.
Es un museo pequeño, pero gracias a su distribución puede albergar esculturas, cuadros, proyectar películas, muestras de trabajo editorial, piezas sonoras e incluso instalaciones a prueba del clima en su patio.
Por si fuera poco, Mathias Goeritz es responsable de la arquitectura de este lugar. Así que también es una buena oportunidad para apreciar el edificio, que aunque es poco visitado y conocido, es uno de mis favoritos de la ciudad, tanto por lo que pueda guardar en su interior, dependiendo de cada exposición, como por lo que veo por fuera cada vez que pasó por ahí.