Le Pain Quotidien

Me encanta el estilo rústico de la decoración. Aunque el restaurante es belga, abreva de su herencia francesa: en su cocina, su ambientación, su servicio y su repostería.
Debo admitir que en esta ocasión la comida fue insípida e, incluso, algo sosa. Pero ha sido la excepción. En la gran mayoría de las ocasiones está perfectamente sazonada, con un sabor delicado pero delicioso. Por eso, aunque lo menciono, le doy el beneficio de la duda.
Recomiendo la sopa de cebolla, la cazuela de lentejas y la de ternera, el tartin de roast beef y todos los postres, no hay modo de encontrar uno malo. Incluso pasen a la pastelería después y llévense pan y cofituras.
Soy un firme y acérrimo opositor de las mesas comunales, pero aunque las tienen, no las imponen. Uno puede elegir mesas normales y no juntarse con los demás… Como Dios, en su infinita sabiduría lo quiso.
No es barato, pero usan sólo productos de primera calidad, frescos y, en algunos casos, incluso orgánicos. Así que uno recibe lo que paga tanto en el valor del producto como en el que se le agrega.

Carta con productos orgánicos. Atención algo deficiente por distracción de meseros. Es decir, me sirvieron una pasta con los ingredientes diferentes a los que había seleccionado. El precio me pareció alto. Sopa, plato fuerte, postre y café ~$ 450-​pesos más propina.

Un muy buen lugar para comer, toda la comida está deliciosa y la atención es muy buena

Me encanta el estilo del restaurante.
Creo que es perfecto para ir a desayunar, todo estaba delicioso!
El servicio fue muy bueno, son muy atentos y el precio es adecuado.
Lo recomiendo mucho!