Amable atención de los meseros y agradable lugar en la esquina de Gabriel Mancera y Romero de Terreros, siendo ese lugar hace muchos años una cocina económica del barrio. De arranque un agradable vasito servido con caldo de camarón. El taco gobernador, extrañamente en un «picadillo» MUY picado el camarón(nada especial ni extraordinario) La gringa de Marlin, dispuesta en cuatro, con trocitos de piña y acompañada de una bondadosa cantidad de guacamole al centro y el Marlin resulta al pastor, algo extraña, sin ser el sabor característico del Marlin. En resumen bien sin un sobresaliente, para los precios y la calidad es extremo caro
Ramón P.
Tu valoración: 5 Del Valle, México, D.F., México
A pesar que el capitán de meseros, los cantineros y dos que tres meseros son americanistas, el servicio y la comida están de lujo.
László P.
Tu valoración: 4 México, D.F., México
Tiene platillos muy buenos. El servicio es rápido. Los precios no son baratos pero tampoco caros, digamos que el cheque promedio es de 300 a 500 por persona dependiendo obviamente de si consumes bebidas alcohólicas. El aguachile es muy bueno.
Andrei V.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
Sábado al mediodía, nuevo en el rumbo, con ganas de un aguachile. Salí a caminar hasta que encontré este lugar llamado la pescadería, por el nombre y por el aroma, supuse que ahí encontraría el aguachile. Por supuesto, con el calorón que hacía, el lugar estaba lleno de gente probando sus tacos de camarón, sus sopas de mariscos, bebiendo sus micheladas. Lejos de asustarme y buscar otro lugar, tanta gente se me hizo señal de que el lugar estaba sabroso. Me apunté en la lista de espera mientras observaba a los meseros levar carpaccio de salmón, hamburguesas de atún, cazuelas de mariscos gratinados. No podía más. Cuando me senté a la mesa quería probar todos los platillos, pero seguí firme en mis intenciones y pedí mi aguachile mixto, con camarones y callo de hacha. Luego no pude más con la curiosidad y pedí una lasaña de marsicos. Fue sublime, de hecho no me importó pagar la cuenta, había cumplido con las expectativas que me generó lo quince minutos que estuve esperando por una mesa.