Siempre he tenido ganas de aprender a bailar como el de arriba manda y uno de los sitios donde uno tiene la posibilidad de hacerlo se encuentra en la colonia Narvarte, se llama La Maraka y es conocido como«el Palacio de la Salsa y el Merengue». Lo que tiene de interesante para aquellos que contamos con dos pies izquierdos es que en el sitio se imparten clases de Salsa cubana, Danzón(a la vieja escuela), Bachata(para los que gusten de algo más «pegaito») y de Salsa en línea los martes y jueves para dominar de a poco los pasos de este sabroso baile con la enseñanza de la gente del lugar. Ya para ir a bailar, la recomendación es que vayas acompañado con álguien que sepa raspar suela y así pasar una noche excelsa, por que el lugar en ese sentido es algo cutre, pero no niego que nunca falta quien diga yo y comience el romance con una bachata o una sabrosa salsa escuchada en altoparlantes o en vivo con intérpretes reconocidos mundialmente por su ritmo candente y su letra melancólica(una auténtica ironía del destino).
Francisco D.
Tu valoración: 5 Mexico City, México
Uno de mis mejores lugares para ir a bailar. En este sitio se mueve el esqueleto de una manera cómoda por lo espacioso del lugar. La pista de baile es enorme, por lo que no es tan común chocar con las personas que danzan a tu alrededor. Lo bueno de esta pista de baile es que hay lugares para que descanses un poco después de algunas piezas de andar dando vueltas. Aunque he ido a bailar, tengo entendido que se dan clases de ritmos como salsa y bachata, para después poner en práctica lo aprendido cuando grandes salseros, grupos y exponentes de ritmos latinos se presenten en el lugar. Sin duda, es uno de los mejores lugares para ir a bailar ritmos tropicales, aunque no recomiendo ir a ligar, ya que la gran mayoría lleva pareja por lo mismo, así que, si a eso ibas, ese no es un buen lugar para ello.
Iván C.
Tu valoración: 3 Mexico City, México
Yo describiría La Maraka como un lugar enorme; un estrado para orquesta grande, delante de éste una pista de baile, ambos en el centro; y alrededor, distribuidas en dos plantas, sillas y mesas para convivir y refrescarse, sobre todo durante las pausas del bailongo. En ocasiones yo soy de los que les gusta estarse refrescando continuamente, quizás porque en otra vida ya bailé demasiado; de cualquier manera, es válido también. En este lugar fue que escuché en vivo a Willy Colón, un salsero de renombre, y su orquesta; he ido un par de veces y siempre, en una oscuridad llena de luces, se arma un ambiente de baile al estrepitoso son de grandes orquestas de salsa, principalmente, y la pista, eso sí, se llena. Me parece también un lugar ideal para aprender a bailar, puesto que asiste entre la concurrencia gente muy experta de la cual no sólo en mi caso me he admirado, sino que considero que se puede aprender mucho de ellos, observándolos e imitándolos. Claro que, como en todo, la práctica hace al maestro. A pesar de que me parece uno de los lugares más concurridos para bailar, es tan grande que al menos en las ocasiones en que yo he ido no se alcanzan a ocupar todas las mesas.
Ollin I.
Tu valoración: 2 Mexico City, México
Aunque adoro los salones de baile, La Maraka no es precisamente de mi agrado. No me encanta su selección musical cotidiana, aunque reconozco que su pista es amplia y bastante cómoda para bailar. He ido un par de veces a diversos eventos, como festivales de música y baile afrocubano y conciertos de grupos de timba cubana(mi delirio), como la Charanga Habanera. La Maraka también ha sido la sede de los talleres de varios congresos de bailes cubanos a los que he tenido el gusto de asistir, sin embargo, no me parece un lugar adecuado para impartir ni tomar clases porque para los alumnos es complicado ver y escuchar a los maestros.
Norma Luz B.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
La salsa me empezó a gustar desde que, cuando era niña, las Navidades familiares se amenizaban con los discos de Salsa Estelar 90, 91, 92 etc., y luego se afianzó cuando entré a la secundaria y por mero destino me rodeé de pura gente que la bailaba y escuchaba en fiestas y en sus casas. Ahora bien, la primera vez que vi a un salsero tenía 18 años(recién cumplidos) y fue a Eddie Santiago el que canta la de «La cita», el lugar de aquel encuentro fue La Maraka. Con palmeras y letras de néón, tiene uno de los escenarios más tropicales que he visto y un ambiente ajeno al tiempo. El alcohol no es tan barato pero los sábados abre sus puertas para quienes le interesa bailar salsa en línea, no hay cover y sólo se paga la clase. He de confesar que hay muchos que tienen tiempo yendo así que si son meros principiantes al principio quizá se sientan desencanchados. Sugiero reservar las mesas más cercanas a la pista para que les toque espacio donde puedan bailar.