Arquitectónicamente atractivo Se conoce por su historia, está muy bién ubicado, fachada llamativa, lugar espacioso, La comida, simplemente… equis, ni mala ni buena, es solo comida que sirve para quitar el hambre. Esa perenne insaciable costumbre de llamarle«cafetería» a los restaurantes, me pone en aprietos al tratar de criticar el café como su producto principal, ya que creo es la convivencia, el espacio y tiempo lo que vende este lugar, siendo así posiblemente cumpla su finción. Pero… En un intento de criticar su producto, el café, como el nombre del lugar así lo hace. Lo califico malo, por que, está quemado, demasiado caliente, el supuesto cappuccino, dista mucho de serlo con una espuma como de jabón, burbujoso, desproporcionado cero balance, huele mas bién a ceniza de cigarro, amargo, incípido y a la vez desagradable. También tuestan grano, y es de la misma muy baja calidad, rancio salitroso quemado… En fin no es una cafetería, si un espacio de relax.
Manu B.
Tu valoración: 1 México, D.F., México
No niego lo emblemático del lugar, pero hoy el desayuno fue malo. Ordenamos huevos con tocino y llegaron frios, sobre cocinados y sin tocino. Chilaquiles con 2 huevos y bisteck, no había bisteck y aunque me ofrecieron cambiarlo por pechuga, sólo acepté con 2 huevos… Y llegó con uno sólo. Y frío. Al comentarselo al capitán, musitó una disculpa, sin tratar de compensarlo ni en el precio, ni en algún complemento(/como algún pan dulce o más café) El encargado de la barra de café, peleándose y haciendo aspavientos con los meseros y cocineros. El capitán y /o gerente, ordenando a los meseros atender mesas que no les correspondían, provocando confusión. El mesero amable, pero confundido por sus jefes. El café bueno, pero eso no los salva . Puede subir pero les falta mucha organización y mucho por aprender.
Meli M.
Tu valoración: 4 México, D.F., México
Es simplemente uno de los lugares mas emblemáticos y antiguos del D. F solía asistir con mi familia, a mi papá le fascinan las tortas cubanas y miren que el es un catador oficial de las tortas cubanas jajaja. Mi mamá fanática de hueso colorado de los capuchinos. Pero ahora que crecí mi trabajo está a unas cuantas cuadras del este restaurancito y no pude evitar pasar a comer, pero al verme sola en la mesa y a mi alrededor tantos recuerdos de mi niñez no pude evitar sentirme nostálgica y pensar… «Haaay como pasa el tiempo quien diría que años mas tarde estaría aquí comiendo yo sola», pero luego me hice la promesa de que el fin próximo invitaría al conocedor de tortas y a la amante del café.
Antonio V.
Tu valoración: 1 México, D.F., México
Yo no puedo decir mucho del lugar. Lei las otras reseñas y me parecio buena idea venir a comer. El lugar es bueno. Pero la comida no. Pedi un caldo tlalpeño y era mas caldo que pollo o verduras, muy grande el tazon pero deja mucho que desear. Luego pedi una arrachera y no, muy mala, seca y de un tamaño muy pequeño, eran mas chiles y frijoles que carne. El café me salvo la mala experiencia. Que malo que un lugar tan bonito y de importancia histórica descuide la calidad de sus alimentos y solo se base en su fama turistica.
Ricardo C.
Tu valoración: 3 Bridgeport, Estados Unidos
En cuanto la comida regular. El café americano especial imperdible. La atención puede ser lenta. Sobre todo fin de semana. Pero es un lugar histórico que no ser deje perder
Evaristo B.
Tu valoración: 4 México, D.F., México
Un clásico del DF. Aquí estuvieron Fidel Castro y el Ché. Y yo también, claro. Hay que ordenar el café La Habana, que está muy bueno. Un sitio muy amplio perfecto para ir con amigos a tomar algo. Y aunque fuese únicamente por curiosidad debido a su historia, merece la pena ir.
Prasath S.
Tu valoración: 4 Hoboken, NJ
Solid Breakfast and even better Coffee. You can smell the beans being roasted when you enter and the meals are very affordable. Can’t go wrong with any of the egg dishes here. One of the only few options if you are staying at the Plaza/Le Meridien/Fiesta Americana Hotel area.
Carmen T.
Tu valoración: 4 Roma Sur, México
Me gusta el sitio, pero lo conocí en una extraña circunstancia, Ese día salía de la ciudad con unas amistades y querían desayunar. Vamos al Habana, decían, es que esta bien padre el lugar… decían. Recuerdo el local lleno, sus sillas ocupadas por gente en bata, gabardinas, otros con una cobija encima, se les veían las piernas y hasta el muslo con piel de gallina por el frío. Sin calcetines, sin medias, sin zapatos, bueno, con sus sandalías o tenis. Lucían nerviosos, con frío y no falto el que a pesar de los 2 grados de la mañana, bebía un café expresso vistiendo únicamente un par de boxers. La suerte me trajo al café Habana el día que Spencer Tunick tomo esa colosal manifestación de cuerpos desnudos en el Zócalo de la Ciudad de México y ahí estaba yo, sacando algunas notas mentales alrededor de gente semidesnuda a las 6 am en el Café la Habana mientras tomaba un chocolate caliente. Y aunque yo estaba alterada por el sufrimiento humano que supone ver a una mujer titiritando de nervios(no de frío) bajo un grueso abrigo de mink, los meseros y las meseras parecían sorprendidos únicamente por la cantidad de personas refugiadas en su restaurante sólo para beber café hirviendo. Desde ese día pasé varias veces al Café y nunca lo volví a ver tan desbordado, acalorado, como ese día. Con el tiempo pasé antes de la hora del cierre(por culpa del trabajo) y me han apresurado para ordenar, comer y pagar. Y aunque las meseras se molesten con los pocos visitantes a esa hora, no le quita el sabor al café, banderillas, molletes o ensalada cesar, menú tradicional ahora que mi hija me acompaña a las excursiones.
Azul C.
Tu valoración: 3 Mexico City, México
Aunque las cadenas son súper prácticas por su ubicuidad, me encanta ir a lugares que tienen personalidad e historia. Como el Café La Habana, que adorna la esquina de Morelos y Bucareli desde 1954. Este lugar tiene mucha tradición literaria, revolucionaria, y periodística, por estar ubicado cerca de la famosa esquina de la información. Hoy en díà la clientela es en su mayoría mayor, pero también se ven jóvenes con morral al hombro y camiseta del Ché. Ya hablando de lo que sucede en este siglo, a veces hay que armarse de paciencia y entretenerse la tripa con uno de los panes dulces que hacen aquí mismo en lo que te atienden, pero suelen ser amables y rápidos en traerte la orden una vez que pides. Los chilaquiles, que también venden en paquete a la hora de los desayunos, están entre los mejores del rumbo. Y por supuesto, el café es muy rico y también se puede comprar molido para llevar a casa.
Fabian C.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
Sales tarde del trabajo a eso de las 10 de la noche, tienes hambre, no hay que comer en casa, y para colmo la mayoría de las cafeterías y restaurantes están cerrados. El «Café la Habana» es una buena opción, no sólo para cenar, también para desayunar, comer o simplemente ir a degustar un café o chocolate. El lugar te lleva a remontarte a la historia con las fotografías de personajes importantes de Cuba, asi cómo la misma arquitectura del lugar y por supuesto, la máquina grande y ruidosa donde sale el preciado café y chocolate caliente. Sin duda el chocolate frances de «La Habana» es el mejor que he probado; espumoso y caliente para esas noches de frío extremo y con una pieza de pan o rebanada de pastel es la combinación perfecta. Un lugar que no puedes dejar de visitar en la Ciudad de México, muy recomendable y apto para todos los bolsillos.
Rober D.
Tu valoración: 5 Mexico City, México
Sitio casi histórico en donde no solo se dice se planeó la revolución cubana –Fidel, Camilo y el Che, fraguaban ahí y luego iban a entrenarse al cerro del Chiquihuite– sino que en los 70’s se convirtió en el sitió que alojó a los infra-realistas, grupo literario de donde se desprenderían las aventuras plasmadas en la novela más poderosa y revolucionaria de los últimos 30 años en Latinoamérica, los Detectives Salvajes del chileno Roberto Bolaño. Lugar ahora en el que los bolañitos departen y hacen sus nuevas conjuras literarias. Cafetería, restaurante y bar en la que la plática se magnifica; techos altos en donde colgadas enormes fotografías dan parte de la antigua Cuba, la perla del Pacífico, tierra fuera del tiempo; el café la Habana, la especialidad de la casa, rico y fuerte con un aroma cautivante y un sabor inolvidable. Con estas credenciales, sabes no puedes dejar de ir a tomarte un rico cafecito.
Fernando N.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
Un lugar infaltable para los turistas que visitan nuestra ciudad. Lugar de intelectuales, poetas y filósofos. Cuentan que aquí se reunían Fidel Castro y Ernesto«El Che» Guevara, así como poetas como Octavio Paz y Santiago Papasquiaro. Lo importantes es que cuenta con una vasta carta que incluye desde ricos desayunos hasta platillos mexicanos como la Carne a la Tampiqueña o Chiles en nogada(en temporada). El café es muy bueno. El servicio depende de quién te atienda, pues hay meseras súper amables y algunas que no tanto, pero en general te atenderán bien. Vale la pena conocer este rincón de la isla en México y apreciar las fotos y las placas conmemorativas que adornan el lugar y mencionan a sus visitantes célebres.
Carolina S.
Tu valoración: 4 Mexico City, México
Un clásico del D.F., este restaurante aparece en todas las guías turísticas de la ciudad. Más de 50 años de tradición lo han consagrado como un referente de comida mexicana y un buen lugar para tomar café y pasar horas platicando con los amigos. El que está en Bucareli tiene fotografías antiguas que registran sus primeros años y entrar en él es todo un viaje en el tiempo. La cocina es bastante buena, sobre todo las enmoladas que son por lo que llegan miles de turistas siguiendo las recomendaciones de sus guías. No se vayan sin pedir un café americano, y si no se les antoja el mole pueden pedir una tampiqueña, típico plato de estas cafeterías. También es una buena opción para desayunos, aceptan tarjeta y el servicio es muy bueno, todas las meseras te hacen sentir como en casa.