Cuando uno camina por esta parte de Ferrocarril de Cuernavaca, a la altura de Las Lomas, este lugar pasa casi desapercibido. Yo me negué por mucho tiempo a ir a comer a ahí porque por afuera no das un peso por el restaurante(aunque de hecho es una cantina, y de las mejores), sin embargo, un día cedí ante la insistencia de una amiga que lo recomendaba ampliamente… y tenía toda la razón. El lugar es muy amplio, cómodo y cuenta con un servicio de primera, como todo buen restaurante de la zona. La comida es mexicana, con todo lo amplio que puede ser el significado de la palabra, y todo está para chuparse los dedos. Van a encontrar desde camarón, arrachera y ceviche, hasta cochinita pibil y chiles rellenos, además de los típicos tacos de bistec, cecina, chorizo, etcétera. Los precios son relativamente accesibles, aunque la verdad es preferible venir cuando la cartera no nos tenga muy ahorcados. Con todo, si quieren pasar una tarde agusto de drinks con los amigos, ésta es una buena opción