A pesar de tantos años viviendo en Coyoacán nunca había visto esta escuela, que es tan discreta que sólo la descubrí cuando me la recomendaron. Fui a pedir informes con mi bebé y me recibió Regina Sáez, la dueña, con mucha amabilidad. Es guardería, maternal y kinder. Tiene instalaciones sencillas y limpias, lo mejor es el comedor donde les enseñan a los chiquitos a comer de todo. Un ambiente cariñoso donde también aprenden inglés. En mi opinión, el gran punto a favor de la escuela es el horario flexible, una vez que está abierta de las 7 a las 19 horas y se adapta a las necesidades de los papás trabajadores. Hay clases los últimos viernes de cada mes, guardias durante casi todos los periodos vacacionales. Mi hija estuvo ahí por tres años, me siento satisfecha y agradecida por todo el apoyo que recibimos. Si estás buscando un lugar donde cuiden y apapachen a tu chiquito, recomiendo que te asomes a conocer esta escuela.