En este lugar me la he pasado realmente bien: la vez más reciente que estuve ahí, fue para ver a un amigo con el fin de platicar, entre otras cosas, de proyectos laborales. Es más bien un bar un poco alargado hacia el fondo, en el que predomina el color negro y un ambiente súper ventilado: es un local totalmente abierto al exterior, con mesas y asientos bajitos adentro, todo negro de madera; y afuera mesas y sillas de mayor altura, en un área protegida lateralmente por lonas transparentes. Pedimos unas cervezas, un lunes bien soleado al mediodía; al lado de nosotros dos chavos estaban terminando con una botella gigante de cerveza cuyo contenido extraían de un grifo en la parte inferior. El viento sopla en esta área y el calor se siente moderadamente puesto que está parcialmente cubierta. El entorno es casi el de una plaza de provincia, de hecho enfrente hay un kiosco, y sin embargo la avenida División del Norte está a escasos veinte pasos.