Esos estudios fotográficos que aún usan cámaras viejas y los materiales de plata, para realizar sus fotos y son capaces de sacarte de un apuro, pues en ocasiones para algunos trámites quieren las fotos en medidas que ya son conocidas como cartilla, infantil, diploma. El dueño de este estudio, un tío, algo obeso, sigue con esa vieja práctica y conoce tanto su labor que si no vas preparado, tiene algunas camisas y espejo para que te arregles rápidamente y tengas la foto para tu trámite. Resulta útil tener este tipo de estudios a la vuelta de la esquina, ya que si le pides urgencia en algún trabajo, te lo tendrá, claro con un dinero extra, pero sin problemas y a tiempo estarán las fotos listas. En general las fotos son baratas y normalmente te las tiene de un día para otro; con este tipo de negocios se puede ver que tan viva sigue la vieja escuela en algunas cuestiones.