El Antiguo Edén

Yo no lo conocía como «El antiguo» Edén, sólo como El Edén, y este lugar para quienes conocen y gustan de buena comida libanesa, es el mejor. Metido en un antiquísimo edificio en el Centro, tiene muchísimos años, no quiero inventar cuántos, pero recuerdo que mi abuela me contaba que iba ahí a comer muy seguido, hace por lo menos unos 40 años mínimo.
En fin, este lugar es un ícono de la comida libanesa y si nunca la has probado, ven aquí, las recetas se conservan originales, así como la gente que trabaja aquí y sus dueños. El lugar no es nada fancy ni elegante, es casi una fonda tradicional con algunas decoraciones libanesas, pero el asunto importante es la comida.
Aquí puedes encontrar keppe bola, charola y crudo, manjares imperdibles de carne de cordero, trigo y especias. El tabule wow! riquísimo y montado en hojas de lechuga frescas. Para probar de todo puedes pedir el plato mixto, trae un poco de todo en entradas para que conozcas: tabule, hojas de parra rellenas, jocoque con zatar, pan árabe tostado, humus, falafel y shanklish.
Los postres son increíbles, no te vayas sin pedir unos «dedos de novia» o baklava, que son capas de pasta de hojaldre con miel y nueces. Un café de esos fuertes que casi te matan la lengua (muy en mi personal punto de vista) o un té y estás listo, para después dar un rol por el centro de la ciudad.

Si eres primerizo tienes que probar un poquito de todo, el plato libanés es suficiente para ti y uno más. Acompañado de pitas y pan árabe vas a degustar el kepe, fathe, los taquitos de hojas de parra, el cuscús y otras especialidades.
Lo mejor es pedir una jarra de té, que la verdad se lleva muy bien con la comida aunque puedes pedir agua o cervezas.
Una joya gastronómica en el mero centro de la ciudad.

No conozco otro sitio que supere a «El Antiguo Edén», discreto, cordial, exquisito y en el Centro Histórico. Una joya dentro en la mezquina ausencia de restaurantes familiares sin televisión o playlist a todo volumen en domingo. Es un recuerdo permanente cuando regresas, la comida con el mismo sabor, la frescura de los cebollines, el pan pita crujiente, el falefel aromático y el café humeante. Familias numerosas, parejas confidentes y solitarios contemplativos desde el balcón. La calma se ve dispersa por votación popular y sólo si hay Liguilla de futbol, de otra manera la televisión esta iluminada pero muda. Recuerdo con afecto este sitio, mi madre odiaba la comida del medio oriente, por razones personales y de las que nunca quiso acordarse, pero un domingo después de visitar Palacio Nacional fue el último día del rencor y el primero de vuelta a tabule, briouats, chubakia y cuernos de gacela. El Edén es un sitio que pasa y donde todo pasa. Esta cerca de metro Zócalo, muy cerca de Palacio Nacional.

El Antiguo Edén es uno de esos paraísos culinarios en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en donde podrás probar los mejores platillos de la cocina libanesa.
Si visitas este restaurante, y no conoces mucho de este tipo de gastronomía, lo recomendable será que pidas un plato libanés, el cual podrás compartir con algún acompañante, pues está bien servido, y contiene probaditas de varios platillos tradicionales de esta cocina.
Tacos de hojas de parra, fathe, o kepe crudo, son tan sólo algunas delicias que podrás encontrar en este sitio.
No te olvides de acompañar tus alimentos con té de jazmín, el cual complementa la agradable degustación de cada uno de los platillos que decidas probar.
Se trata de un lugar que, por excelencia, ofrece los mejores alimentos de este tipo. No dejes de visitarlo.
Lo recomendable es llegar en transporte público, pues la zona llena de comerciantes ambulantes y transeúntes hacen de las calles cercanas un lugar caótico.