Este lugar de comida corrida y café tiene muchísimos años de servicio, treinta y dos, para ser exactos. Ya te imaginarás que sus platillos son muy buenos y económicos. Aunque el lugar es grande, siempre tienen una buena cantidad de gente, por lo que en ocasiones tendrás que esperar unos veinte minutos para tener mesa. Por cuarenta y cinco pesos puedes tener consomé o sopa, arroz o spaghetti, cuatro guisados entre los que puedes elegir, pan o tortillas, postre o café y toda el agua que gustes tomar. En lo personal, me fascinan sus fajitas al pastor y sus tortas de papa. Si no te gusta ninguno de los guisados del día, puedes elegir entre pechuga o carne asada por diez pesos más, ambas incluyen ensalada o chilaquiles como guarnición. El servicio siempre es rápido y atento. Cuentan con desayunos y servicio a domicilio.