Un pensamiento en tanto pensamiento no objetivado no es más que la errancia de las palabras. Lo verdadero únicamente es posible si el pensamiento encuentra su símil en la realidad. La verdad es la disolución del pensamiento y la cosa. El pensamiento sin palabra se conserva en el propio encanto de su semisueño. Pensamiento y silencio es el cortejo eterno de los remisos… los hambrientos que ofrendan su órgano tesoro a las fondas económicas. ¡Mamá mía! Qué bonito perderse con el estómago vacío y arrimarse a una fondita a escuchar canciones que te tocan el alma. Desayunos, uffff, comidas, uffff. Todo está bien bueno por acá que, deseas poner tu boca en todos los platillos. Juguito natural, aguas frescas, comida a la carta. Doñas que se ríen a trompicones; lindo, lindo, lindo. Ahora bien, un pensamiento deja de ser válido en tanto se manifiesta.