Casa Licha

El mejor pozole Gerrerense de la CDMX ya hay dos sucursales que abren todos los días Acoxpa y Narvarte lo que hace más accesible poder disfrutar un buen pozole verde y unas chalupitas

Es mi pozole favorito, el servicio es rápido aunque algunas veces seco, muy recomendable el pozole blanco acompañado de una orden de chicharrón, imperdibles las chalupas, los postres carecen de creatividad aunque son típicos no son nada extraordinario, sería muy bueno que buscaran agregar más postres para cerrar con broche de oro.
No hay estacionamiento y los días que abren es muy difícil encontrar lugar, si es posible llegar sin auto.
La falta de estacionamiento y los postres le restan una estrella.

Regresé muy buen servicio y muy rico todo. Al momento de dar check in me salió Un promoción de una bebida gratis, pero no me fue válido porque solo era para la sucursal nueva de acoxpa. Sería bueno q si no se va a ser válido se quitará que se activará o que me lo hubieran dado o algo en su lugar. Al final el cliente es lo más importante para que se siga pasando la voz :) aún así lo seguiré recomendando por su sabor y precios

Pues si valió la pena leer las recomendaciones de Unilocal un lugar que no llegas a menos que sea vía alguien que te diga, creo que todo te orilla a pedir el plato más grande por las diferencias de precio, entre los dos pedimos uno y lo compartimos, las aguas frescas están bien aunque podrían estar mas ricas, las chalupitas ricas, un poco agrudulces así que si no te guta sabores así pues mejo no las pidas, a mi me encantaron.

Tengo recuerdos de este sitio desde que era niña y siempre ha sido un placer comer ahí…
Años después, para «curar» el fieston de la noche anterior, nada como una cerveza oscura y un pozole chico blanco con aguacate y ½ kg de limón para hacerte sentir como nueva!
En definitiva el mejor sitio para comer Pozole de la ciudad ;)

El mejor pozole estilo guerrerense que he probado en mi vida. Esta pozolería tiene los años de la vida y está situada en el interior de una casa en la colonia Sinatel, adornada con máscaras típicas de guerrero, desde que entras te inunda el olor a pozole, cuando lo pruebas es simplemente delicioso.
Mi recomendación y combo perfecto es pedir un cazuela chica verde, chalupas y orden de aguacate y chicharrón.

Si eres como yo que ama las cosas «caldositas» que son como el «apapacho de mama» cuando uno esta crudito, este es el lugar!!!
Como ya habrás leído en otros reviews hay varias cosas además de sus tradicionales pozoles blanco y verde, yo le entro a las chalupitas una posole grande y una orden de pata son suficientes para salir contenta y con ganas de irte a la camita.
Puedes pedir para llevar, si lo haces te recomiendo pedir para menos personas pues siempre terminan poniéndote un pilón.
Si tengo que alimentar 10 trogloditas en casa, pido 9 órdenes y siempre salen platos dobles para 10!
Lo malo: es que sólo abren en fin de semana.
Evitando tumultos: definitivo te encontrarás lleno a cualquier hora pero después de las
3 tendrás que esperar unos 15 min max.

Tengo familia de Durango, Jalisco, Michoacán, Tijuana y Guerrero. Cuando en mi niñez se juntaban todos los tíos en casa de la abuela, siempre terminaban en verdaderos festines gastronómicos donde cada uno presumía sus cocinas locales y por lo tanto (para mí) el pozole siempre debe: ser verde, llevar sardina y adornarse con chicharrón. Así lo preparan en Casa Licha desde hace más de 40 años.
Primero sólo vendían para llevar pero la clientela exigió que también pudiera comerse ahí. Para quienes somos acalorados, el vapor de las ollas es insoportable y elegir las mesas de la entrada (el restaurante en realidad es un patio) es lo más acertado.
Como en muchas pozolerías, acá también todos los complementos los cobran por separado pero sigue valiendo la pena darse la vuelta hasta Iztapalapa para probarlo al menos una vez.
Si son primerizos pregunten bien por los tamaños de los platos que no se identifican fácilmente. Es buena opción llegar caminando porque el estacionamiento es un relajo.

Para mí éste es uno de los mejores lugares para comer pozole y un ejemplo del éxito que puede alcanzar un local cuando su producto es bueno.
Casa Licha empezó vendiendo pozole para llevar los fines de semana, no existía como restaurante, ha ido creciendo poco a poco gracias a la enorme demanda que tiene, y su éxito ha alcanzado hasta a los vecinos, pues algunos aprovechan el fin de semana para convertir sus cocheras en tiendas y no les va nada mal.
Efectivamente, es un lío estacionarse y adentro hace mucho calor, así que lo mejor es que lleves tu olla y compres para llevar.
Casa Licha abrió recientemente una sucursal en Acoxpa (número 457, frente al Sam’s) que funciona de lunes a domingo de nueve de la mañana a nueve de la noche.

Se trata de un lugar muy tradicional entre las familias del Sur del DF, pero poco a poco comienza a hacerse famoso entre los fieles amantes del pozole. Tiene más de 40 años siendo asiduamente atendido por Doña Licha y su familia, quienes convirtieron su casa en un auténtico palacio del sabor.
Su especialidad es el pozole estilo Guerrero, que puede ser verde o blanco y con todos sus ingredientes como debe de ser; lo venden en varios tamaños (que para el poco conocedor, pueden resultar un poco confusos), perfectos para el almuerzo familiar: El plato, que es perfecto para los niños. El chico, que se sirve en un plato de barro y sería el equivalente a el «grande» en muchos lugares, así que es el ideal para la mayoría; y el grande, que está pensado para alimentar a todo un regimiento.
Adicionalmente tienen delicias más comunes pero no menos ricas, como barbacoa, salpicón y hasta mole; y para los conocedores, la pata en escabeche está de diez. Pide lo que quieras acompañado de un refresco rojo y me lo agradecerás después.
Un tip: te aconsejo que antes de pedir, no te olvides de abrir apetito con unas chalupitas preparadas con el caldo del pozole y un pedacito de chipotle. Son de lo mejor.
Solo está abierto los fines de semana y el precio es muy accesible aunque solo aceptan efectivo. Qué rico un sábado en familia ahí, me encanta.

El pozole tradicional verde es su especialidad, en lo particular no me encanta cómo lo preparan, me parece que está muy condimentado comparado con otros pozoles que he probado.
También tienen pozole blanco, pero como la mayoría de las pozolerías, te venden todo por separado, tostadas, crema, aguacate, etc., me parece que el costo es un poco alto comparado con la calidad del platillo.
Si no comes pozole también cuentan con otros platillos pero pues es un restaurante de especialidad de pozole así que si no tienes ganas de eso, no es la opción, lo que es de reconocerse es el agua de horchata, además si haces check-​in te dan un vaso de agua del sabor que elijas gratis.
Es muy complicado encontrar lugar de estacionamiento pues está en una calle cerrada y con muchas casas alrededor.
No se vayan hasta el fondo del lugar porque morirán de calor, preferible estar en las mesas del principio para que tengan más aire y se sientan menos encerrados, aunque cuentan con ventiladores.

La Casa Licha se fundó hace más de 4 décadas ofreciendo sus servicios de pozole
únicamente los fines de semana (sábado y domingo).
Puedes saborear un delicioso pozole estilo guerrero al que tu prepares a tu gusto, agrégale aguacate, chicharrón, sardina «Muy al estilo de la región», o bien sólo prepararlo con su lechuga, rabanitos, orégano, chile piquín y cebolla. Bien calientito, que tal para el almuerzo o la merienda ¡delicioso¡.
La casa te sirve la orden de pozole y si decides agregar aguacate chicharrón, sardina lo tendrás que ordenar por separado en tu comanda.
A mi me encanta acompañar mi platillo con una orden de chalupitas estilo guerrero, las preparan con una salsa verde caliente, un poco de carne de cerdo deshebrada, un pedacito de chile chipotle y la chalupa bien dorada en forma de cazuelita… para chuparse los dedos.
Los precios son muy accesibles y el lugar es muy limpio, el comedor esta instalado en la planta baja de la Casa de los dueños y está adornado con algunas pinturas de la región de Guerrero, es un sitio pintoresco y muy familiar.