Esta panadería se ha convertido rápidamente en mi favorita de Coyoacán. Y es que ¿cómo no enamorarse? Apenas asomas la cabeza al local y ya te inunda un delicioso aroma a pan. Sin importar el horario en que vaya, siempre me atiende alguien amable. Y al darle la primera mordida al pan de mi elección, nunca siento decepción. Los croissants tienen ese increíble sabor a mantequilla, pero no se sienten grasosos. Los chocolatines están buenísimos y nada empalagosos. Además, tienen rollos de canela, baguettes y ahorita(octubre), un pan de muerto súper rico(y eso que no soy fan del pan de muerto). Para acompañar, cuentan con café y algunos tés. También puede ser opción para desayunar o comer, ya que tienen sandwiches, croissants con jamón y queso, y molletes. Y ahí está lo único que a mi parecer podrían mejorar: ¡les falta un sándwich vegetariano!