Agua purificada Layf

Cuando éramos chamacos ¿a cuántos nos habrá preocupado beber agua directamente de la manguera del jardín? Cloro, sodio y otros minerales eran lo de menos si se trataba de saciar la sed para seguir jugando.
Pero luego corrió el rumor de que era preferible purificarla y en casa la opción fue hervirla, pero nadie, mucho menos la abuela, pensaría que con el tiempo el agua se envasaría y que pulularían las marcas para su consumo en tan variadas presentaciones.
Hoy la competencia en el mercado por el agua envasada es una realidad, a la que cada vez se suman más opciones que hace 30 años ni siquiera imaginábamos. Y aunque sigo confiando en el punto de ebullición, admito la comodidad que implica que alguien te ahorre el proceso proveyéndote de ese líquido con un garrafón lleno, listo para el consumo.
Hace algunos meses encontré esta otra opción. Baja en sodio y altamente purificada, Layf te provee de 20 litros de agua en tu hogar u oficina por 23 pesos. Punto a su favor pues el garrafón por el que pagamos en casa sale en 36 y honestamente nos hemos ido por las marcas famosas sin conocer el proceso de purificación.
Y si a ti te preocupa precisamente esto, Layf te lo ofrece de forma detallada e incluso puedes acudir a su mini planta de purificación con ventanales abiertos para que lo atestigües. Le doy otro punto por eso, porque además venden agua destilada y cuentan con servicio a domicilio y registro ante la Cofepris.
Por último, prometen excelencia en sabor y gracias a mi curiosidad me dieron una muestra gratis para probarla, con la garantía de que posteriormente podré acudir por botellas desde medio litro y al llenado de galones desde diez pesos.
Dado el bombardeo actual por consumir al menos dos litros de agua al día, la tercera fue la vencida: punto a favor de Layf por sabor, precio y transparencia en su proceso. Y a propósito, el mío pasó del grifo a la ebullición del agua y, por último y definitivo, al cambio de proveedor de garrafón. Tú dirás.